Raymond Spencer pudo comprender el verdadero significado de la pregunta formulada por la Princesa porque era una mujer muy transparente.
Sin importar lo que Raymond respondiera, Agnes diría algo como "Es una excusa después de todo, ¿verdad? Está aquí porque estaba preocupado, ¿no? A Sir Spencer también le gusto, ¿cierto?"
No era agradable verla caer en sus propias ilusiones y decir tonterías. Ni siquiera quería viajar en el mismo carruaje, pero necesitaba tiempo para advertirle lejos de la mirada pública.
En el Palacio Imperial no tenía ninguna oportunidad y tampoco quería que lo vieran junto a la Princesa Agnes porque seguramente trataría de fingir ser su amante, consciente de las miradas ajenas, como si lo hubiera estado esperando.
En pocas palabras, un encuentro público sólo alentaría los rumores. Entonces, Raymond reprimió su incomodidad y subió al carruaje.
—Princesa Agnes.
—Por favor, hable, Sir Spencer.
La voz de Agnes era más calmada que de costumbre y algo cortante, pero Raymond no se dio cuenta en lo absoluto.
—Por favor, no haga cosas que puedan dañar el futuro de Su Alteza el Príncipe Heredero.
—¿...?
—Debe tener en cuenta que cada acción y declaración de la Princesa tiene el potencial de convertirse en una debilidad para Su Alteza el Príncipe Heredero.
Agnes parpadeó.
—La razón por la que vine hoy es para decirle estas palabras. Por favor, deje de mostrar interés por mí a partir de ahora y muestre la dignidad de un miembro de la Familia Imperial —dijo Raymond con firmeza y frialdad.
Fueron cientos de veces las que le había dado a la Princesa un rechazo firme, pero ella nunca se rindió.
Raymond se sintió más cómodo en el campo de batalla sin ella, y ahora que había regresado de la guerra, estaba claro que lo molestaría todo el tiempo. Pensó que las cosas mejorarían después de ser transferida a los Caballeros Negros, pero fue una expectativa absurda.
Entonces, lo mejor sería trazar una firme línea y advertirle de antemano. Le gustaría pensar que tendría éxito, pero probablemente no funcionaría.
Si la inteligencia de la Princesa hubiera sido alta, Raymond no habría tenido que pasar por tantas molestias hasta ahora.
—Por lo tanto... Me está diciendo que no lo moleste en el futuro y que me comporte bien para no causarle problemas a Su Alteza el Príncipe Heredero, ¿verdad?
La respuesta que recibió de la Princesa Agnes fue inesperada.
—...
Cuando Raymond no respondió afirmativamente, Agnes apretó los puños.
Las palabras "no te metas" le golpearon la garganta, pero hizo acopio de toda su paciencia y se contuvo. En su lugar, cerró el puño con fuerza, lo colocó sobre su pecho y bajó la mirada.
—Soy muy consciente de haber incomodado inconscientemente a Sir Spencer en el pasado —dijo Agnes, bajando sus exuberantes pestañas temblorosas, y con sus ojos húmedos.
—¿...?
Agnes parecía muy lamentable mientras hablaba con voz temblorosa.
—A partir de ahora, me aseguraré de no interponerme en su camino. Como soy un miembro de los Caballeros Negros, es poco probable que nos encontremos —añadió Agnes aparentando fragilidad, como si estuviera a punto de llorar.
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...