Pero su expresión era muy diferente a la que imaginaba.
—¿Qué significa esto? —preguntó Agnes, agitando la propuesta de matrimonio.
Las palabras pronunciadas por esos bonitos labios también fueron agudas y despiadadas, contrarias a la imaginación de Raymond.
—...
Raymond caminó hacia Agnes, y con su mano enguantada tomó la propuesta de matrimonio.
—Como puede ver, esta es una propuesta de matrimonio.
—... ¿Perdiste la memoria en un accidente? No hay manera de que no sepas sobre mi matrimonio con Kaylo.
—... ¿Realmente estás pensando en casarte con él?
—...
Agnes frunció el ceño y miró la expresión de Raymond.
Parecía que realmente estaba haciendo esa pregunta.
—Si realmente no planeara casarme, ¿no habría corregido los rumores?
—... No hay necesidad de llegar tan lejos, ¿verdad?
—¿Disculpa?
—Has llegado a este punto para castigarme...
Raymond respiró hondo y se mordió el labio inferior.
A Agnes le costó entender lo que decía.
—... Es mentira que perdiste los recuerdos sobre mí...
—...
—Puedes cortejarme de nuevo como antes. Ahora te concederé lo que deseas... Por lo tanto...
—Raymond Spencer, regresa a tus sentidos.
—...
Raymond parpadeó lentamente ante la fría voz de Agnes.
No quería admitirlo. No podía admitirlo.
Ahora que sabía cómo se sentía, finalmente estaba listo para recibir todo el cariño de Agnes...
—Sólo una vez... ¿Puedes darme una oportunidad? —preguntó Raymond con una voz terriblemente lamentable.
Una mano enguantada con cuero se deslizó alrededor de la muñeca de Agnes.
—Yo... Me equivoqué... Ignoré los sentimientos de la Princesa... Te lastimé... Hice todo mal...
A Agnes le resultó difícil comprender la apariencia algo desesperada de Raymond.
¿Qué hizo para que de repente el protagonista masculino original se viera así?
Agnes pensó por un momento, respiró hondo y habló con calma.
—Sir Spencer, me disculpé la última vez. Enton-
—¡Por favor, devuélvemelo! ¡Si sientes pena por mí, devuélvemelo!
—No...
«¿Qué pides de regreso, loco?»
Agnes se alejó un paso de Raymond, quien tenía una mirada extraña.
Sus ojos parecían los de un loco.
Agnes vino aquí para hacer preguntas, pero parecía que llegó a un lugar peligroso.
—Ese corazón es mío, ¿no? Estaba destinado a pertenecerme, así que te lo pido de regreso. ¡Dámelo...!
Raymond Spencer la agarró violentamente de la muñeca.
Agnes se sobresaltó y trató de apartarlo, pero el agarre era demasiado fuerte.
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...