Esto podría deberse simplemente a su defecto moral de no querer ser como su padre.
«Ahora...»
Raymond había estado pensando en la posibilidad de que Agnes abandonara la capital mientras él estaba en una misión de una duración de dos semanas.
El Emperador Alexander seguramente le ordenaría salir de la capital, pero la Princesa... La Princesa del pasado nunca habría roto su terquedad y habría dicho que no iría, pero ahora era diferente.
Tal vez deseara salir de la concurrida capital y tomar un descanso en un lugar tranquilo.
A diferencia de antes, no disfrutaba de las fiestas y no había razón para insistir en permanecer en la capital. Además, debido a que el Príncipe Heredero estaba haciendo un escándalo por el compromiso de Agnes, el Emperador debía estarse sintiendo nervioso.
Como dijo el Príncipe Heredero, el Emperador no quería que Agnes se casara rápidamente. Entonces, la probabilidad de que abandonara la capital mientras él estaba en una misión... Claro está, era bastante alta.
Raymond se frotó la cara con la palma de su mano.
«Tal vez no pueda ver a Agnes por un tiempo.»
Quizás por mucho tiempo, entonces...
«Antes de que sea demasiado tarde...»
Antes de que fuera demasiado tarde, ¿qué es lo que deseaba hacer?
Raymond intentó encontrar una respuesta en medio de la confusión, y al final...
«... Quiero disculparme.»
Sentía que al menos debería disculparse con Agnes para tranquilizar su conciencia.
Una sincera disculpa por ignorar y herir sus sentimientos. Porque su padre ni siquiera fue capaz de hacer eso por su madre.
Si lo hacía, disminuirían las pesadillas de ser igual a su padre.
Raymond quería dejar de lado el resentimiento hacia su padre y el sentimiento de deuda hacia su madre. Pero por alguna razón, estaba convencido de que surgirían sentimientos incómodos incluso después de disculparse.
«Lo haré.»
Sólo entonces podría aceptar los sentimientos posteriores.
Lo que sea que fuera.
~Al día siguiente~
Los que llegaron al Palacio Imperial temprano en la mañana tenían algo en común. Todos fueron a perder el tiempo.
—¡Bastardo! ¡Sin siquiera informarme...!
Primero, fue el Vizconde Gray quien apareció para ver a Kaylo Gray.
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...