Kaylo abandonó la capital y deambuló sin rumbo fijo.
Como una persona que ha olvidado su afiliación o identidad, olvidó por completo que debía presentarse en el Palacio Imperial y caminó sin tener un destino fijo.
La carta que dejó la Princesa fue leída una y otra vez hasta que al final las letras casi se desvanecieron y el papel comenzó a desgastarse.
Agnes decía que esperaba que él viviera en este hermoso mundo.
Recordó la imagen de Agnes un día que contemplaba maravillada el paisaje del Palacio Imperial.
—Nunca antes vi un paisaje tan hermoso.
Fue agradable verla sonreír con sincera admiración.
En aquel momento, Kaylo estaba mirando a Agnes en lugar del paisaje.
Mirando los pétalos rozar su mejilla... Probablemente sentía envidia.
La Princesa, que no pudo apartar la mirada del paisaje durante mucho tiempo, finalmente habló.
—Sir Gray, lo siento.
—Le pido disculpas sinceramente por faltarle el respeto e insultarlo muchas veces en el pasado.
—No lo volveré a hacer, así que, por favor, perdóneme.
¿Desde cuándo decidió morir?
Claramente sabía de antemano lo que sucedería.
Debió haber sabido que él se iría para eliminar la Fuente de las Grietas.
¿Desde cuándo Agnes decidió morir y qué sentimientos tenía hacia él? Desde cuándo... ¿Por qué lo amaba?
La carta de la Princesa Agnes era una tontería.
Todas sus predicciones estaban equivocadas.
Agnes dijo que a diferencia de antes ahora habría más gente a su lado, pero todavía estaba solo.
Sugirió que sería una buena idea conocer a alguien a quien amara y formaran una familia, pero...
La única persona que amaba ya estaba muerta y ya no estaba en este mundo.
La soledad que había sentido hasta ahora en su vida no era nada.
Cada vez que inhalaba y exhalaba, sentía un dolor tan intenso que le dolían los huesos.
Intentó vivir como decía Agnes.
Vagó de aquí para allá, rescatando a personas en peligro.
Pensó que significaría algo, pero sin importar cuántas veces lo repitió, no pudo encontrarle ningún significado.
Todo lo que miraba al pasar parecía carecer de sentido.
Estaba aburrido, letárgico y vacío.
Quería preguntarle a Agnes.
«¿Es realmente hermoso un mundo en el que estoy solo?»
Este mundo no le impresionaba en absoluto.
No sentía nada más que depresión, que era mayor a todas las emociones que había sentido en su vida.
Se sentía desesperado, como quien ha perdido lo más preciado.
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...