🪷 Capítulo 23 🪷

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Cuando Hazel se acercó, Diana parecía estar viendo a su salvadora.

—Hablábamos de los rumores sobre el Líder y la Princesa —respondió bruscamente Sirius.

—Ah, ¿esa historia? Yo también la escuché.

Hazel sonrió suavemente y asintió.

—... ¿Y Sir Spencer? —preguntó la Santa.

—Oh, el Líder probablemente está en su dormitorio ahora mismo. Acabamos de llegar, pero vine aquí primero.

—¿Completaron la misión? —preguntó Diana en tono amistoso.

—Fue una misión junto al Líder, por supuesto que se completó sin incidentes.

Al escuchar la respuesta, la Santa se burló internamente.

«Mira cómo alardeas sobre hacer estado a solas con Raymond.»

En esta misión, la Santa realmente quería irse a solas con Raymond, pero desafortunadamente ese lugar fue ocupado por la zorra de Hazel Devon.

—¿Sir Devon escuchó personalmente de boca de Sir Spencer lo ocurrido? ¿Es todo realmente cierto? —preguntó la Santa con cuidado, ocultando sus verdaderos sentimientos.

Hazel sonrió sin responder a la pregunta formulada en tono inocente

—... Creo que es un rumor. ¿Por qué Sir Spencer haría eso? —añadió la Santa con una sonrisa.

Sirius, Hugo e incluso Diana asintieron ante esas palabras.

En su opinión, Raymond Spencer no era el tipo de persona que abusaría verbalmente de la Princesa. Sin embargo, Hazel habló como un baldazo de agua fría.

—Nunca se sabe. El Líder estaba muy molesto con la Princesa.

—... ¿Es así?

Cuando la Santa volvió a preguntar, Hazel la miró fijamente y respondió.

—Sí, el Líder odia a las mujeres molestas tanto como detesta a los demonios.

—...

La Santa se carcajeó internamente. Fue una respuesta impactante, pero debía fingir estar calmada.

—¿Quiere decir que molesto a Sir Spencer?

Internamente la Danta quería arañar con fuerza el rostro de Hazel Devon, pero se contuvo. En cambio, desvió la conversación hacia ella misma.

—De cualquier modo, debe haberle resultado muy cansado haber viajado tan lejos esta vez, Sir Devon. Para mí también fue muy duro... No sé sobre otras personas, pero purificar a una persona endemoniada es una tarea complicada.

—Muchas gracias por tu arduo trabajo. Escuché que viajaste a un lugar lejano—respondió Hugo Lothian, de quien se podría decir era el observador exclusivo de la Santa.

—¿Qué? Hay muchos caballeros que sufrieron más que yo...

—No, muchos respetan el buen corazón de la Santa. Todos la admiran.

Fue un elogio tan descarado que incluso la frente de Agnes se frunció mientras los observaba desde su escondite.

«Hugo Lothian... ¿Era ese tipo de personaje?»

En la novela original solo se mencionaba como un caballero enamorado de la Santa... Pero a este nivel, ¿no parecía un fanático absoluto?

Agnes se sintió algo nerviosa.

Su fanatismo era más fuerte que el amor no correspondido de Hugo. No sabía si ante sus amigos del mundo moderno, pero tal vez perdería en términos de fanatismo ante alguie en este mundo.

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora