🪷 Capítulo 20 🪷

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Así llegaron a la oficina individual de los Caballeros Negros.

Cuando Agnes entró, vio a dos personas puliendo sus armas.

—Atención. Les presento al nuevo miembro de la Orden.

Kaylo presentó a Agnes frente a dos miembros.

Agnes saludó a los dos miembros con una sonrisa amable.

—Encantada de conocerlos. No duden en llamarme Agnes. Permitiré que me traten como a un miembro de la misma Orden cuando use el uniforme.

Inicialmente, el Emperador sólo le concedió esa autoridad al Líder Kaylo. Sin embargo, Agnes no tenía intención de ser tratada como una princesa por las personas de la misma Orden.

De esa manera, ¿no se volverían amigos con rapidez?

—... Encantado de conocerte. Soy Víctor Craven.

—Ho-Hola... Soy Anna Montrose...

Agnes miró a los dos miembros.

Víctor Craven era un hombre calvo tan grande que parecía un gigante. Si su piel hubiera sido verde, parecería tan aterrador como un troll.

Y la otra, Anna Montrose... Una chica pequeña y de aspecto escuálido.

Con su flequillo cubriendo sus ojos, parecía sombría.

—¿Son los únicos miembros? —preguntó Agnes, por curiosidad.

Kaylo negó con la cabeza.

—Eso no puede ser posible. Hay dos más, pero ahora mismo están en una misión.

—...

Eso significaba que quedaban cuatro personas, excluyendo a Kaylo. Era natural porque la mayoría de los Caballeros Negros estaban ahora en prisión.

Los crímenes que cometieron fueron diversos: Uno robó deliberadamente un banco en medio del caos de la Gran Guerra, otro tipo fue sorprendido desarrollando herramientas mágicas usando el cadáver de un demonio, otro fue sorprendido tratando de matar por rencor personal a un miembro de los Caballeros Azules, y así sucesivamente.

Agnes pensó que era una suerte que al menos cuatro de los miembros no estuvieran en la cárcel.

De repente, Anna Montrose levantó cautelosamente la mano.

El gesto fue tan tímido que las yemas de sus dedos apenas llegaban por encima del nivel de sus mejillas.

Cuando Agnes la miró, Anna Montrose sacó algo con cuidado.

*Nyann~*

Se trataba del gato que Agnes había curado en la zona A-15.

—Escuché que salvaste al gato de Sir Montrose —explicó Kaylo, parado detrás de Agnes.

—¿Era el gato de Sir Montrose?

Agnes abrió los ojos de par en par, y Anna asintió levemente.

Sin perder la oportunidad, Agnes giró la cabeza para hacer un tímido movimiento felino a Kaylo.

—En realidad, siempre he tenido un corazón débil y no puedo darle la espalda a un animal herido. Me alegro de que fuera un gato de la Orden.

El rostro de Agnes mientras hablaba parecía tan gentil como el de un ángel. Se preguntó si su movimiento funcionaría.

—...

Kaylo enarcó una ceja.

«Sorprendente. Aunque si algo no le gusta, abusa de animales y personas por igual.»

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora