🪷 Capítulo 41 🪷

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La Vizcondesa Gray habló en tono de disculpa.

—La Señora Ross mencionó que haría unos arreglos pronto...

La señora Ross era la única dama noble cercana a la Vizcondesa. También era la esposa de un noble de la corte sin territorio, pero era más sociable que la Vizcondesa.

El rostro del Vizconde Gray se puso rojo brillante.

—¡De todos modos...! ¡Hazlo bien, tanto como puedas! ¿Cómo puedo ser el único en esta familia que trabaja duro?

El Vizconde Gray de repente gritó y se irritó, como de costumbre.

La mesa quedó en silencio debido al repentino cambio de atmósfera.

Aunque los hijos del Vizconde lo observaron con ojos llenos de insatisfacción, ninguno protestó. Por otra parte, Kaylo miró tranquilamente la mesa.

El Vizconde Gray, que de repente se irritó, rápidamente se calmó, suspiró y se aclaró la garganta.

—De todos modos, hay rumores en los círculos sociales sobre que la Princesa ha cambiado... Quiero decir, se ha vuelto mucho más amable que antes. Los nobles que vi en la corte mencionaron eso.

—... ¿En serio?

Cuando la Vizcondesa preguntó, el Vizconde Gray volvió a fruncir el ceño.

—¡Sí! ¡El vizconde Middleton lo dijo! ¡Su esposa, que fue a una fiesta de té, le dijo eso! ¡Es normal que él sepa este tipo de noticias antes que yo!

—...

Cuando su marido volvió a enfadarse de repente, la Vizcondesa cerró los ojos con fuerza.

—¡Qué demonios, hah! ¿Debo pasar por esta situación solo porque no puedes atrapar los corazones de las damas nobles? ¡Estoy haciendo todo lo que deberías hacer! ¿Qué diablos estás haciendo bien? ¡Cría a tus hijos adecuadamente para que sean de ayuda! —exclamó con enojo del Vizconde.

—...

—¿Cuántas joyas te di para que las regalaras a damas nobles? ¡Incluso después de dar todos esos regalos costosos, ni siquiera pudiste conseguir una invitación adecuada para una fiesta de té! —gritó el Vizconde y golpeó la mesa.

El rostro de la Vizcondesa se puso rojo por la vergüenza.

«¡No importa qué, no puedo creer que me estés menospreciando así delante del bastardo...!»

Además, aunque su esposo mencionó que eran regalos caros, las joyas que regalaba a las mujeres nobles como soborno eran todas pequeñas cosas.

No había manera de que las damas nobles notaran una joya tan insignificante.

La Vizcondesa tenía mucho que decir, pero mantuvo la boca cerrada.

«Todo es por culpa de Kaylo... Sucio bastardo.»

La Vizcondesa miró a Kaylo como si fuera a destrozarlo hasta matarlo, como si toda esta vergüenza fuera culpa del hijo ilegítimo.

Cuando sus miradas se encontraron, Kaylo tomó tranquilamente un sorbo de agua.

La Vizcondesa se sintió mal no sólo por tener enfrente a su hijo ilegítimo parecido a una rata, sino también porque bebía tranquilamente agua en su casa.

Cuando Kaylo era joven, la Vizcondesa lo encerró en un pequeño almacén durante varios días porque llamó a sus hijos "joven maestro" y no se inclinó ante ellos... Lo encerró en la oscuridad sin darle comida ni agua para beber.

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora