A su alrededor, las doncellas y los sirvientes los miraban inquietos.
A Agnes nunca le importaron los demás Para ser precisos, no le importaba mostrar su lado feo y testarudo.
Raymond odiaba incluso ese sentimiento egoísta.
—No quiero ser la pareja de la Princesa.
—...
—¿Cree que no podré huir si la Princesa no me deja ir? Incluso si tengo que vivir con un demonio feo, será mejor que estar al lado de la Princesa.
Entonces Raymond decidió lastimar a Agnes por cualquier medio posible. Sin embargo, sin importar lo que dijera, ella nunca se mostró afectada.
Quería pisotear aún más todos sus sentimientos, por lo que surgieron cada vez más palabras duras.
Deseaba insultarla, decirle que por favor se fuera, y llamarla repugnante.
Pensó que no le dolería porque Agnes era ese tipo de persona al que no le importaba nada.
Raymond abrió lentamente los ojos.
Los sueños que tuvo de cuando era más joven fueron tan vívidos como si hubieran sucedido ayer.
—¿Estás bien?
Lo primero que escuchó fue la voz de Demian.
Raymond lentamente levantó la parte superior de su cuerpo y notó que se encontraba en una habitación de su propio alojamiento.
—¿Cuál es tu problema? ¿Fue tan impactante que Agnes dejara de respirar? —preguntó Demian como si no comprendiera.
—...
—Honestamente, no lo entiendo. Pensé que realmente no te importaría si Agnes muriera...
—...
Raymond también pensaba así, pero en el momento en que vio con sus propios ojos la pequeña mano colgando como la de un cadáver... Se desplomó miserablemente.
Fue un resultado inesperado.
Demian miró a Raymond con expresión pálida por un momento, luego suspiró y preguntó.
—¿Has cambiado de opinión sobre Agnes ahora?
—...
—Necesito conocer tu corazón para poder ayudarte o no. Entonces, responde.
—... Yo tampoco lo sé.
No era mentira.
Raymond tampoco sabía lo que quería hacer, pero... No podía creer esta situación.
Esta situación no tenía sentido para él, como si el cielo y la tierra estuvieran patas arriba.
¿Cómo podía Agnes no recordarlo?
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...