🪷 Capítulo 107 🪷

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Cuando él miró a la Princesa Agnes sin siquiera ocultar su posesividad, Raymond quedó tan sorprendido que ni siquiera pudo hablar.

Si la situación continuaba, Kaylo Gray inevitablemente cruzará la línea.

Y tal vez...

La Princesa Agnes podría estar dispuesta a aceptarlo.

«Debo detenerlo.»

Raymond se acercó a Kaylo Gray, que estaba parado solo en un espacio vacío.

*Tap. Tap*

Kaylo debió haber escuchado pasos, pero no reaccionó.

—Inventar ese tipo de situación es bastante impactante... —dijo Raymond.

Ante esas palabras, los hombros de Kaylo se giraron lentamente. Luego miró a Raymond con ojos rojos e inyectados en sangre.

—¿Qué dijiste?

—¿No estás confundiendo los sueños y la realidad? No hay manera de que la Princesa Agnes bese a alguien como tú.

—No creo que pueda opinar alguien que escucha a escondidas como una rata.

—La Princesa Agnes no ha perdido la memoria.

—... ¿Qué?

Raymond Spencer miró con diversión las pupilas temblorosas de Kaylo.

«Le diré la verdad.»

Sólo entonces podrá despertar de la ilusión.

—Agnes está fingiendo intencionalmente haber perdido la memoria. Todo lo hizo por mí.

—... ¿Qué clase de mierda es esa?

—Hemos pasado por muchas situaciones y, a diferencia de ti, hemos estado juntos desde la infancia.

—...

La mandíbula cerrada de Kaylo se torció ante esas palabras.

Raymond se rió entre dientes mientras veía temblar los puños cerrados de Kaylo.

—Agnes todavía me ama. Por eso finge haberme olvidado. Se acercó a ti a propósito.

—... Creo que estás equivocado.

—Será mejor que entres en razón, Kaylo Gray.

—...

—¿La Princesa Agnes realmente te besó? Incluso si es verdad... ¿En aquel momento pensaba que eras tú?

Kaylo Gray no pudo contenerse más. Se levantó y agarró a Raymond por el cuello.

Cuando Kaylo lo miró amenazadoramente, Raymond sonrió tranquilamente.

—Es una pena, pero... La Princesa debe haberte confundido conmigo. La Princesa Agnes se me ha declarado innumerables veces. Siempre me rogó que la mirara, que la amara...

—... Cierra la boca.

—Fuiste solo un sustituto.

—...

—¡Deshacerse de ti le resultaría fácil y n-!

*¡PAM!*

Al final, el puño de Kaylo aterrizó en la cara de Raymond.

Raymond no se quedó quieto.

De repente, los dos apretaron los dientes y pelearon.

Pero la pelea no duró mucho porque los caballeros, que los vieron, se apresuraron a detenerlos.

La Princesa otaku trabaja duro hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora