Desde muy joven, Raymond Spencer tuvo una personalidad dócil para cualquier cosa. Tanto es así que ni siquiera se quejó cuando Agnes lo seguía de forma molesta.
Por supuesto, estaba claro que no le agradaba.
Demian pensaba que su amigo Raymond tenía un rango emocional más estrecho que el de la mayoría de las personas.
Lo mismo sucedió en el campo de batalla.
Raymond siempre fue racional y nunca mostró agitación emocional.
Por supuesto, hubo momentos en los que parecía pasar por una situación difícil, pero Raymond siempre se mantuvo distante y sereno en cualquier situación. Esta fue también la razón por la cual tantos caballeros lo respetaban.
Sin embargo, tan pronto como Agnes dejó de respirar, lo que vio en Raymond...
Demian juraba nunca haber visto a Raymond tan agitado. Nunca pensó que podría mostrar ese tipo de expresión.
«Pensé que no eras capaz de llorar...»
Demian incluso a veces decía esto en broma.
—Raymond, aunque yo muera no derramarás ni una sola lágrima. Eres un tipo sin corazón.
Cada vez que eso sucedía, Raymond lo descartaba como una tontería, pero Demian era sincero.
¿Por qué Raymond estaba tan conmocionado por la muerte de Agnes?
Demian miró a Raymond, recordando su apariencia de antes.
Raymond, que estaba sentado en el sofá, tenía la cabeza gacha y el rostro enterrado entre las palmas de las manos.
—Raymond.
—...
—Agnes está bien. Entonces, ¿por qué no te tomas un descanso tú también?
—Agnes... D-Debo ver a la Princesa... —tartamudeó Raymond, con la voz quebrada y ronca.
Damián suspiró profundamente.
—Raymond Spencer, regresa a la realidad. Agnes estará bien.
—... ¿No es posible que vuelva a dejar de respirar durante la noche? —preguntó Raymond con la cabeza levantada.
Demian una vez más se dio cuenta de que Raymond aún no se encontraba en una situación normal debido a la mirada un tanto siniestra en sus ojos.
—Los médicos del Palacio se turnarán para esperar en el Palacio de la Princesa. Las doncellas también estarán a su lado.
—Pero...
Raymond inspiró y exhaló profundamente repetidamente como si sintiera una opresión en el pecho. Tenía los ojos rojos e inyectados en sangre, como si aún no se hubiera recuperado del shock.
—Por ahora, sería mejor que regreses a tu habitación y descanses. La condición de Agnes mejorará mañana —dijo Demian como para consolar a Raymond.
—...
—Podrás reunirte con Agnes mañana.
—... Está bien.
Demian envió a Raymond con un sirviente por si acaso.
Al quedarse solo, Demian suspiró y miró por la ventana.
Recientemente, pudo sentir cambios sutiles en Raymond.
Podía estar seguro de que los sentimientos de Raymond hacia Agnes estaban cambiando poco a poco. En tal situación, ¿lo que pasó hoy fue realmente un beneficio o una pérdida?
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La Princesa otaku trabaja duro hoy
RomanceReencarnada en una novela donde su personaje favorito respira y vive. Se decía era la más bella del continente, la joya más preciada por el Emperador, la reina de los círculos sociales... La bomba de tiempo de Winchester. ¡Se convirtió en la Princes...