The Idol ; Yoon Jeonghan (Seventeen)

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Jeonghan |112

Salir a escondidas de los manager, los guardaespaldas y de los hermanos mayores de Aeris no era buena idea, sin embargo, aquí estábamos, vestidos para pasar desapercibidos, cubre bocas y gorros pesqueros a pesar de ser de noche; aunque aquí en Japón era normal; la ciudad de Japón por la noche era hermosa, habían varios puestos de comida en las calles, Aeris iba tomada de mi mano, lo que me ponía más nervioso. Se suponía que ya debíamos estar dormidos pues mañana habría algo así como un fan meeting con los fan del anime y nosotros, nos habían explicado más o menos como sería el evento, al menos todos sabíamos hablar un poco de japonés, más Aeris y sus hermanos, pues según lo que nos habían contado, tenían abuelos japoneses que desde que ellos eran niños les enseñaron a hablar japonés, así que tenían una buena pronunciación en el idioma.

Senri el pequeño tirón que me daba ella llevándome hacia un puesto de comida callejero, pronunció unas cuantas palabras con el señor que preparaba las cosas y me tedio una especie de plato con lo que parecian ser dulces. Vi el plato y luego a ella, Aeris me asintió luego de pagarle al señor y nos llevó a una especie de banco y empezó a comer emitiendo ruidosos graciosos.

Reí por lo bajo e imite la acción de ella, aquello estaba delicioso, no pude evitar comerlo todo de un bocado; sonreí viéndola que me quedo viéndolo mientras sonreía felizmente, aquello me hizo recordar tantas cosas; cuando sus ojos me veían y brillaban, cuando sus sonrisas eran únicamente dedicadas a mi.

- Vamos, debo enseñarte el parque de los cerezos.

Tomó mi mano nuevamente y me jalo hacia ella, entrelaza neutros dedos, aquello hizo saltar chispas en mi interior, por unos cortos segundos sentí que mi Aeris había regresado, que había recobrado la memoria o que todo había vuelto a ser como era antes; pero no.

Solo lo sentí así porque yo era el único enamorado de ella, ella no estaba enamorada de mi, era lo que más dolía, el saber que ella no me pertenecía.

- Llegamos - señaló con la mirada.

Era asombroso, el lugar estaba lleno de flores de cerezos, los actuales estaban florecidos y habían pétalos de las mismas en el suelo adornando hermosamente el lugar y el parque, habían fuentes, puentes pequeños donde parejas enamoradas paseaban de la mano.

Me atrevo a decir que nosotros también podíamos hacernos pasar por un pareja enamorada, así tomados de las manos como estábamos, parecíamos una pareja perfectamente enamorada.

- Es hermoso - murmuré sin saber que ella me escucharía.

- Lo es, cuando era niña mi ligar favorito era este - confesó.

- Creí que habían vivido en Estados Unidos.

Ella asintió.

- Logre vivir un corto tiempo aquí antes de mudarnos a Connecticut en USA, mis hermanos mayores aprovecharon más aquí, Hadriel y yo no pudimos.

- Aun así, parece que conoces bien Japón.

Ella asintió nuevamente, esta vez me jalo con suavidad a una pequeña banca que estaba cerca de una fuente, nos sentamos, pero ella no soltó mi mano.

- Las guías que hago con las chicas en Japón dicen algo, Sana unnie y Mina-san suelen enseñarme nuevos lugares en Japón, Momo unnie no mucho, ella prefiere quedarse a dormir - se río - pero Sana y Mina suelen salir mucho conmigo.