Cap. 6.

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By Bill.

Muy puntual y con mi mejor pinta, con muchísimo ánimo, y una enorme sonrisa... Preparando el mejor tekila de mi vida, y siendo el ser humano más amable y simpático del planeta tierra.

Mí compañera de barra Aline, una muchacha joven de veinte años y con un rostro hermoso como los de las caricaturas de animación japonesa, dos lindas y adorables coletas en su cabello lasio y negro, su maquillaje caracterizado como el de una gatita, y su faldita corta de color rojo, una linda playera negra y medias con agujeros, unos tacones acharolados y una voz adorable y suave...
Era la perfecta compañera para una noche de bar, me había acogido tan bien y me había enseñado con tanto cariño y paciencia que se lo agradecí demasiado...

Había tenido un día genial... Tenía trabajo, Tom y Andreas estaban con vida y había tomado una reconfortante siesta en la cama de Tom después de habernos besado...
Si, sólo eso... Solo besarnos, pero había sido hermoso, me había venido a trabajar demasiado animado y al fin la vida me sonreía.

— ¿Adam te dijo qué a las dos de la madrugada debemos turnarnos para bailar? —¿What the fuck?.

— Espera, espera... ¿Qué?... —Aline se sonrió mientras servía un vaso de Whisky con hielo.

— Lo qué pasa es que hay pocas bailarinas, y a las dos de la madrugada llegan muchos clientes al bar... Entonces debemos animar al público un momento.

—Aline yo soy un hombre... No soy una puta bailarina.

— Ya veo que Adam no te lo dijo... Pero no es tan difícil, solo tienes que moverte un poco al ritmo de la música y animar a los clientes.

—¡¡No lo haré!!

—Bien... Pero no tomaré tu turno... Si Adam te pide que subas al escenario y te niegas... Tendrás problemas.—Mierda, por la maldita mierda.Debía convencer a Adam de qué me dejara en la barra, yo no podía subirme a un puto escenario a bailar como una prostituta de cabaret... Maldición.
Adam estaba dando vueltas por el bar y me observaba trabajar desde la distancia... Yo evitaba tener contacto visual con él, y me esforzaba en parecer muy ocupado para que se diera cuenta de que funcionaba muy bien atendiendo a los clientes desde aquí y no me pidiera subir a bailar.

Pero cuando eran alrededor de la una de la madrugada por la puerta de entrada del bar, apareció el Rapero de rastas más temido de Sankt Pauli, con su ropa ancha, su particular gorra y su caminada de chico rudo, lo acompañaban Gerard y Andreas...
Entraron mirando a su alrededor y tocando todo lo que les llamaba la atención... Mierda... Si Adam se enteraba que yo les conocía de seguro me corría... Me intenté ocultar metiéndome de un tirón debajo de la barra y quedándome quieto sin salirme de allí... Aline me observó un tanto confundida y con el ceño fruncido... Le hice un par de muecas para ver si me comprendía y me ayudaba a ocultarme pero me hacía cara de desentendida y comencé a preocuparme.

— Hola muchachos!! ¿Qué van a servirse? —Les preguntó Aline seguramente a ellos que ya habían llegado hasta la barra, mierda yo temblaba como una gelatina, me daba muchísima vergüenza que me vieran trabajando en éstas pintas, me había puesto un short ajustado y unas botas con plataforma, una holgada sudadera rockera y llevaba el cabello lasio, me había aplicado muchísimo maquillaje y seguramente se burlarían de mí... Adam me había pedido mostrar un poco de piel y yo había sido tan idiota y me lo había tomado muy literal.

— Hola preciosa... Qué bonito maquillaje... A mí sirveme una vaso con Whisky porfavor.—La voz de Gerard.

—Yo quiero lo mismo... Con harto hielo porfavor... Y algunas aceitunas para comer.— Dijo Andreas.

—Bien... ¿Y tú? ¿Qué quieres que te sirva? —Mierda, mierda, mierda...Se lo preguntaba a Tom.

— Lo mismo que a ellos... Pero traenos la botella por favor... Y de paso...
dile al pijo idiota que está escondido debajo de la barra qué no sea mal educado y que venga a saludar.—Maldición... Arrugue el ceño con los ojos cerrados y me resigne.

Encadenados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora