Capítulo 3.

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Feliz cumpleaños a mis gemelos bellos. Capítulo Toll como regalo de cumpleaños para todas Aquellas que los aman.
De Criptaz 🖤

By Bill:

Flashback.

Habíamos caminado por la orilla del río Elba por más de una hora con Aline, mientras ella llevaba su par de sandalias colgando en sus dedos y caminabamos descalzos por la arena, yo había olvidado mis zapatillas en el roquerio.

—Las situación cambiará en algún momento Bill. —Me decía esperanzada.

—Algún día recordaremos toda esta guerra solo como un feo recuerdo... Nuestros chicos lo solucionaran, confío en que algún día Sankt Pauli será un lugar distinto. Gerard y Tom harán de éste un lugar mejor, te lo aseguro. —Sonreí al escucharla hablar con tanta confianza y esperanza.

—¿No lo crees?. —Me preguntó mientras yo miraba mis pies al avanzar, qué dejaban rastros de mis propias huellas en la arena húmeda. Voltee la cabeza para mirar hacia atrás asegurandome qué no nos estabamos alejando mucho del grupo, y luego de ver a todos nuestros amigos jugando en el agua y a las luchas en la arena, sonreí.

—Ojalá... Ojalá así sea. —Agregue en tono apagado. Yo a diferencia de ella no tenía tanta fe, no porque no confiara en Tom ni en los demás muchachos, sabía que ellos eran capaces de asesinar a cada uno de esos Cabezas Rapadas, pero lo que me preocupaba era otra cosa... Yo temía por sus vidas, temía que en aquella maldita Guerra alguno de ellos muriera peleando.

—Ganarán... No lo dudes ni por segundo Bill. —Insistió como si me leyera el pensamiento, y yo simplemente la miré a los ojos y volví a sonreí.

—¿Te gustaría que mañana fuéramos de compras juntos?. —la observe con expresión incrédula, ya que lo que me proponía era algo totalmente descabellado, teniendo en cuenta que nuestros novios estaban en una guerra donde nosotros dos también éramos blanco para los calvos.

—Sí, tienes razón, sería una puta locura. —Agregó al notar mi rostro, sin esperar palabras que se lo confirmaran.

— Cuando la guerra acabe... Sería lindo ir juntos a cualquier sitio sin necesidad de guardaespaldas, ¿no lo crees?. —Respondí como broma, y ella Soltó una carcajada ánimosa qué me dio mil años vida más. Aline, era una muchacha muy alegre, siempre sonreía y estaba tan llena de vida que amaba su compañía, estar con ella era la dosis perfecta para mis días de martirio y preocupaciones en Sankt pauli.

Fin del Flashback.

Hamburgo, Sankt Pauli, hoy.

Bill:

Nuestro primer amanecer en el distrito después de seis largos meses sin estar allí, era como despertar en el mismo infierno, estábamos tirados en el piso del departamento de Sabela, durmiendo en un colchón viejo y apestoso que amablemente ella nos había ofrecido para pasar esa noche. Hacía un calor de los mil demonios y las preocupaciones en mi cabeza no me habían dejado dormir.
Sin haber pegado un solo ojo durante toda la noche me revolví bajo las sábanas y decidí levantarme de una vez por todas, provocando que Tom a mi lado se despertara también.

—¿Qué pasa contigo, no tienes sueño?. —¿quién podría dormir en paz con tanta mierda ocurriendo?.— Dije agotado mientras me ponía de pie para volver a sentarme en el sofá. Comencé a ponerme mis zapatillas y Tom se enderezo en el colchón y me observó perezoso.

—Bill... Tenemos que hablar tú y yo. —No hay nada de que hablar Tom, ya está todo dicho... Nuestros amigos están perdidos, mi mejor amiga está muerta, nuestro callejón tiene un nuevo dueño y nosotros Tenemos que dejarnos de estupideces y comenzar a recuperar lo que nos quitaron. —Dije sin pensarlo, durante la noche me había quedado recordando cada minuto y cada segundo que había pasado al lado de Aline y saber que ese tiempo jamás regresaría que nunca más volvería a verla, me había roto el alma y el corazón en mil pedazos.
Sabía que peleando No recuperaría a mi amiga ni la traería a la vida nuevamente, Pero tenía que vengar su muerte, alguien tenía que ser capaz de vengar todas las aberraciones que le habían hecho.

Encadenados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora