Encadenados.

Capítulo 21.

By Bill :

Lograr que Gerard accediera a ir a un Hospital, había sido todo un lío. Tom y Penny habían tenido que obligarlo usando aquella particular fuerza bruta, que siendo honestos, no les costaba en absoluto.
Lo montaron sobre la camilla y lo subieron en la ambulancia y cuando estuve arriba, el paramédico tuvo que cedarlo porque el muy estúpido, se resistió hasta el último segundo.

Con Andy le acompañamos hasta el Hospital, según Tom, ambos nos veíamos más decentes y no causaríamos el miedo de la gente en el lugar. Así que con Andreas, nos habíamos aseado rápidamente y cambiado de ropas para cumplir con lo que Tom nos ordenaba.

Al llegar al Hospital, Emma ya estaba en el lugar esperandonos en la recepción, Tom y Penny, le acompañaban como era de esperarse y no daban la mejor impresión al estar uno a cada lado, atentos y vigilandola muy de cerca. Apesar de que Emma nos había demostrado qué podíamos confiar en ella, ese par de desconfiados seguían de odiosos.

Emma, ya se había encargado de todo el papeleo y cuando ingresaron a Gerard directo a pabellón, ella se despidió de nosotros y nos aconsejó quedarnos muy quietos y silenciosos para no levantar sospechas de nadie.

-¿Cuánto tardarás?. -Le preguntó Tom, mirando a su alrededor. El lugar era tan limpio y tan Blanco que resaltaba la mugre de Penny y de Tom, porque no se habían molestando en tomar una ducha.

-Un par de horas... No se muevan de la sala de espera... No hagan demasiado ruido y por favor... No lastimen a nadie. -la comprendía perfectamente. Advertirnos era lo mínimo que podía hacer, la pobre nos había conocido en nuestra peor faseta.

-Bill, por favor... Encargate de tu novio y de tus amigos. -Me dijo cuando los chicos caminaron hasta los asientos de la sala de espera y yo muy avergonzado, asentí con mi cabeza de manera obediente.

-No te preocupes... Ve tranquila... Y... Por favor... Cualquier cosa... Mantenme informado. -Le pedí preocupado. Sabía que la operación era riesgosa.
Emma asintió con su cabeza y dio la vuelta para luego cruzar un enorme par de puertas que la adentraron al pabellón de cirugía.

Respire hondo, no podía no sentirme agobiado y di la vuelta para ir con los chicos. Pero no habían pasado ni dos minutos y vi a Andy y a Penny intentando sacar golosinas de una máquina expendedora. Lo peor es que no sabían como mierda funcionaba, e intentaban sacar un refresco de Cola, metiendo sus manos por el agujero de abajo.

-¡Levantala desde atrás! ¡Yo intentaré alcanzarlos con la mano!. -Le Escuché decir a Andy, seguramente en su cabeza aquella idea había sonado fenomenal.
Penny, sin perder tiempo comenzó a levantar la máquina con su brutalidad natural y todas las golosinas se salieron de su posición.

-¡Ahí! ¡Déjala así! ¡No la muevas, ya los alcanzo!. -Gritó Andy feliz llamado la atención de la muchacha de la recepción que no fue capaz de decirnos absolutamente nada, por razones obvias.
Tomé aire, cerré mis ojos y solté en un suspiro para intentar no perder la paciencia tan rápido.

-¿¡Qué demonios hacen!? ¡Regresen a sus asientos!. -Les pedí mientras me acercaba pero era tarde. Andy había vaciado por completo la máquina y habían logrado sacar absolutamente todas las golosinas y más de 10 latas de refrescos distintos.

Miré a Tom qué estaba sentando en la última fila de asientos y me observó despreocupado. Era tan natural para ellos comportarse como animales.

-¡Tienen que echar dinero para que los productos salgan! ¡Se paga, rateros!. -Les regañe intentando no hacer demasiado ruido mientras miraba avergonzado a la chica en la recepción.

-¡Qué dinero ni que nada! ¡Ya salió todo lo que queríamos y de gratis!. -Me respondió Penny soltando la máquina de un tirón para luego echarse al piso a recoger su botín.
Solté otro resoplido agotado y me dejé caer sobre el asiento al lado de Tom.