By Tom:
No había alcanzado a sentir el alivio de nuestra venganza ni por 5 minutos, y esos hijos de perra habían aparecido para estropearlo todo, mandaron a la mismísima mierda todos nuestros esfuerzos y otra vez estábamos en el comienzo.
Avancé por Reeperbahn caminando a paso firme, sentía mi corazón latir de manera descontrolada en mi pecho, mi respiración agitada, bufaba enrabiado sintiendo la ira apoderarse de cada partícula en mi interior, mi sangre hirviendo, mientras los disparos retumbaban una y otra vez.
Vi a mis muchachos peleando nuevamente, a mis nuevos servidores dando sus vidas en una nueva pelea y supe que perdería el control de mi mismo. En mi cabeza pasaba la imagen de Gerard cayendo al suelo herido, su mirada, como se desplomaba después de aquel disparo que logró enloquecerme por completo. Mi amigo, mi fiel amigo moría y yo debía vengarlo.
Cargue la pistola asegurandome qué estuviera llena de balas y cuando llegué a la entrada del callejón vi como todos se dispersaban en la plaza de Sankt Pauli, batallaban unos con otros a filo de navaja y pistolas que no cesaban.
Al primer rostro desconocido qué vi, a unos seis pasos de distancia, le di un disparo justo en la frente. Debía actuar rápido, por lento y gilipollas ahora mi amigo se estaba muriendo. Era mi puta culpa, Bill me lo había advertido y yo cegado por la euforia, no lo había escuchado.Corrí mi arma apuntando hacia delante mientras el cuerpo del sujeto de desplomaba y de frente vi a otro bastardo peleándose con Geo, le dispare desde donde estaba justo en la nuca y su cuerpo se sacudió en las manos de mi amigo.
Seguí caminando, sin detenerme ni por un segundo y Georg se levantó del suelo para seguirme. Fui caminando por el área dando tiros como un maldito demente, exterminado a las malditas ratas que se habían llevado nuestra alegría.
—¡Estaban en el Elba! ¡Ronnie y Kam fueron al Río! ¡Tienen su coche allí! ¡Los Refuerzos de Marcus Vinieron a pie desde el Elba!. —me gritaba Geo detrás mientras intentaba alcanzarme.
—¡Kam se llevó un radio! ¡Me pidió que te entregara uno! ¡Nos mantendrá informados!. —Alce mi mano para revibir el radio y seguí avanzando atento a cualquier hijo de puta qué se me cruzara en el camino.
—¿¡Cuántos son!?. —Le pregunte al darme cuenta que mis hombres ya habían asesinado a bastantes.
—¡No lo sé! ¡Pero no te preocupes por eso! ¡Ya acabamos con casi todos!. —Era verdad, pero aún no sabíamos si en el Elba habían más de ellos.
—¡Ve por la camioneta! ¡Iremos al Elba!. —Georg dio la vuelta y se echó a correr de inmediato en dirección a la pensión.
Alterne mi vista en la Plaza y al ver solo cuerpos desplomados por toda la calle me detuve. De pronto, un ruido detrás de unos matorrales me alertó y apunte instintivamente con mi pistola sin mover un solo músculo. Pero reconocí a Andy, venía en reversa, encorbado saliendo desde los arbustos y jalaba el cuerpo de un hijo de perra desde los brazos, le había apuñalado en el estómago y el sujeto aún no se moría. Comencé a caminar en su dirección metiendome por un diminuto espacio que daba hacia un muro y pase por el lado del enrejado de la Plaza para ir con él.
—¡Sigue vivo! ¡Ven aquí, que este idiota tiene algo que decirte!. —Agregó Andreas al ver como yo me acercaba.
—¡Anda! ¡Repite lo que me dijiste!. —Le ordenó, para luego patearlo fuertemente en la espalda. El tipo se quejó y se encorvó quedando en posición fetal. Me detuve frente a ellos y esperé silencioso a que hablara.
Le apunte con mi pistola y cruce mirada con él unos segundos. Eran todos tan iguales, las mismas jodidas características mariconas, altos, rubios, pieles extremadamente blancas y ojos de color. El mismo corte de cabello cagon, la misma ropa de mierda inspirada en la perra milicia.
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Encadenados.
Hayran KurguEl Misterio y la oscuridad eran las características que un joven poseía. En un mundo dónde la sociedad le rechazaba por su aspecto y tenía que lidiar con las burlas y las risas de las personas, Bill Kaulitz se alejaba de todos intentando ocultarse e...