Cap. 12.

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By Tom.

En Sankt Pauli las zonas de apuestas eran un sitio llamativo para todos, con los chicos íbamos a esos casinos hace algún tiempo para divertirnos y ganar algo de dinero, a Gustav y a Georg se les daba bien el juego y volvíamos con los bolsillos llenos, además de lograr conquistar a alguna chica del lugar que se nos ofrecíera solo por dinero, teníamos sexo y les pagábamos para satisfacernos por una noche y después no volvíamos a saber nunca más de ellas, si perdías las apuestas te ignoraban y si ganabas te llovían las rubias, las morenas y las pelirrojas...

Acá las necesidades se pagaban, la compañía, el cariño, el sexo se pagaban en Euros... No existía una vida cotidiana dónde pudieras relacionarte con alguna muchacha, conocerla y lograr conquistarla o formar una relación, éramos demasiado conocidos y nuestra mala fama espantaba a las mujeres y a todas la personas de Sankt Pauli...
Por eso Andreas se empeñaba tanto en buscar a Sabela, tenían una extraña relación, tóxica y desagradable, pero Andy se desesperaba por siempre volver a su lado, aunque Sabela lo golpeara o lo tratara como a un maldito perro pulgoso.

Las caricias, las miradas de amor, el cariño gratuito no existía, nadie podía enamorarse de alguno de nosotros porque éramos la escorea, los asesinos, los rateros, los drogadictos y todos se mantenían alejados de Reeperbahn, y de nosotros...

Ahora veía sus pucheros, sus sonrisas de alegría, las expresiones de su rostro, la transparencia en su mirada, la admiración, y sus risas a carcajadas por cualquier estupidez que los chicos dijeran... Bill no pedía nada a cambio, él se quedaba a mí lado sólo esperando mis besos, y sus caricias eran las más sinceras que me habían dado en la vida... Me quería tal y cual yo era, sin sentir asco, sin mirarme como a un mugroso del callejón, sin tenerme miedo, llegaba a mi vida solo para amarme, y aunque nos habíamos conocido en las peores condiciones, desde ese día habíamos quedado flechados...

- ¡¡Puto asqueroso de mierda!! ¿Te estás cagando en los pantalones o qué?

- ¡¡Jajajajajaja me cayeron mal las hamburguesas de anoche Bily!!

- ¡¡¡Iiiiuuujjjj!!! ¡¡Hueles a mierda Penny!!

Llevaban rato sentados en el suelo jugando una partida de pocker mientras Gerard y yo vigilabamos el callejón a unos pasos de distancia de ellos... Era la segunda vez que alguno de los chicos veía cabezas rapadas por Reeperbahn, así que habíamos aumentado la seguridad y la vigilancia...

- ¡¡Te gané!!

- ¡¡Nooo!! ¡¡Puto tramposo!!

- ¡¡Jodete nena!!

Penny se llevaba bien con él, y Penny tenía un carácter de mierda, pero compartían cómo amigos y disfrutaban sin problema, Bill era muy cálido con todos y los descolocaba con sus repentinos abrazos y muestras de cariño...

- Bill tiene una linda esencia...

Me espabilo Gerard a mi lado...
Me miraba con una ceja alzada y se sonreía de manera exagerada como todas sus putas expresiones de loco...

- Si... Muy linda...

Le respondí medio imbécil intentando disimular la profunda admiración que le tenía...

- Eres muy afortunado... Qué se fijará en ti... Digo... No eres el más guapo de nosotros...

Volvió a sonreír...

- No sabía que eras Gay...

- No lo soy...

Le dije abriéndole los ojos bien grandes...

- Digo... No lo soy... No veo a Bill como a un hombre...

- Pero lo es...

- Si... Pero... No me gustan los hombres... Ustedes me dan asco...

Encadenados. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora