Encadenados.

Capítulo 7.

By Tom:

Cuando el sol se escondió y el cuarto estuvo completamente oscuro otra vez, me desperté instintivamente. Me enderece en el suelo aturdido y confundido, me quede sentando intentando espabilar mientras mi cabeza volvia lentamente a la realidad. Miré a mi alrededor encontrandole forma a cada objeto, y cuando mi conciencia se aclaró, me levanté de un brinco. No sabía cuantas horas había permanecido dormido, solo sabía que habían sido muchas y eso me preocupó.

Me puse las zapatillas rápidamente y salí del cuarto casi corriendo. Al llegar al centro del bar, vi a Black con Geo jugando poker y bebiendo cervezas. Mire hacia el segundo piso y divisé a Sabela y las demás chicas allí.

-¿Dónde está Bill?. -Pregunté de inmediato y Geo alzó los hombros en señal de interrogante.
Seguí caminando hasta llegar a la puerta y allí vi a Gustav al lado del calvo que teníamos de rehén. Seguía inconsciente y me pareció un puto abuso.

-Ya tardó demasiado en despertarse... Obligalo. -le ordené mientras buscaba un lugar para ver el espectáculo y le robaba un sorbo de cerveza al vaso de Georg.

-¡Buscaré a los demás!. - Dijo Black y se puso de pie entusiasmado.

-¡Comienza ya!. -Le ordené a Gustav, y enderezo su postura de inmediato, llenó sus pulmones de aire e hizo crujir todos los huesos de sus dedos y también su cuello con movimientos bruscos. Ladeo su cuerpo buscando una posición cómoda y sin perder más tiempo le dio un feroz puñetazo al bastado.
La cabeza se le tambaleo y de inmediato la sangre salpicó desde su boca, pero había funcionado. Un quejido se escuchó junto a leves movimientos qué nos indicaban qué se estaba despertando.

-¡Buenos días bella durmiente... Al fin te despiertas!. -Dije divertido. Le hice una señal a Gus y no dudo en darle otro puñetazo más, para que se despertara por completo.
Kam apareció junto a Geo y me pareció muy extraño que Bill no les acompañara.

-¿Y Bill?. -No lo sé, no está afuera. -Respondió Georg. -¿Y Andy?. - Insistí, seguramente Bill estaba con él.

-Se quedará cuidando afuera. -Asentí con la cabeza dudoso, medio preocupado, y volví a mirar al bastado qué al fin abría sus ojos.

-¡Busca a Bill y traelo conmigo, Geo!. - Pero yo quería quedarme a ver Tom, Quiero... -
No lo deje terminar la frase y Me levante repentinamente del tronco donde estaba sentando y lo observe enfadado. Georg hizo una mueca de frustración como niño pequeño, pero dio la vuelta y salió del bar quejándose a regañadientes.

Que Bill no estuviera dentro del bar, ya era demasiado arriesgado, pero que tampoco estuviera en el patio, eso era una maldita emergencia y para mi mala suerte, teníamos a una visita que asesinar y eso daba para largo.

-Bien... Haremos esto muy rápido... Acabo de extraviar a un lindo y desobediente gatito y no tengo mucho tiempo para perderlo contigo. -Me puse de cuclillas frente a él, le miré directamente a los ojos y él hizo lo mismo.
Su nariz estaba inflamada, posiblemente quebrada y tenía un enorme agujero en la cabeza, producto del golpe letal qué Gustav le había dado para noquearlo la noche anterior.

-Cómo no nos conocemos... Partiremos por los buenos modales y nos presentaremos primero... Yo soy Tom, Tom Trümper el dueño de Reeperbahn y de las calles de Sankt Pauli. -El idiota sonrió con burla frente a mi declaración y eso me hirvió la sangre.

-¿Qué te hace gracia? ¿Eh?... ¿Mi nombre te hace gracia, maldita rata?. -Le pregunté sin gritos y sin dejar de mirarle a los ojos, alce mi navaja mostrándole el filo de ésta, mientras la acariciaba con mis dedos para asustarlo.

-Tú jefe... El tal Marcus... Se adueño de mi casa, de mi callejón, de mis calles... Asesino a muchas personas inocentes de Sankt Pauli en mi ausencia y seguramente tú, también participaste de eso. -partí diciendo, y el idiota dejó de sonreír de inmediato.