Segunda Oportunidad (Capitulo 14)

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Narra Luke:

Estoy de pie pero no me siento como tal, realmente siento como si me estuviesen sumiendo en un suelo de arena movediza con tan solo ver la expresión tan frágil y desde luego rota de Cass. La observo a detenimiento, como si quisiera adentrarme en lo más profundo del iris de su ojos para averiguar cada sombra que en él habita y la atormenta por las mañanas y noches. En lo más profundo de mi alma y de los pensamientos que suelen ser aterradores a cierta hora de la noche, sé que tiene por completo la razón y no tengo el mínimo derecho de contradecirla. Aunque ganas no me faltan. Durante tanto tiempo deseé llegar a este punto, en dónde ella se liberara un poco del silencio y donde su boca estuviese lo suficientemente floja para dejar salir sus penas y tristezas. Por fin el infierno se desató en ella y quiso dejarla para ir a dar un paseo en mi mente. 

La observo tan cerca de mi, temblando y con las mejillas al rojo vivo. A pesar de que está helando puedo aún presenciar el calor que su cuerpo emana y aun a distancia puedo divisar las lágrimas que comienzan a formarse en sus ojos, las cuales van cayendo una a otra y forman interminables lagos brotantes en sus rosadas mejillas. No deja escapar un sonido, lo que me pone como loco pues sé que con todo este tiempo ella tuvo que haber aprendido a llorar en silencio, a gritar a las orillas de un abismo que todos desconocían y a morir lentamente y sin un sonido que alertara de lo que le pasaba a aquel ángel. 

Estoy que ardo de la furia y no puedo hacer nada. Aquella maldita y desgraciada sensación de opresión en mi pecho me impide poder hablar, poder tan siquiera confesar y tengo demasiado miedo. Quisiese acortar el espacio diminuto que queda entre nosotros, poder tomarla fuertemente de la cintura para abrazarla como nunca alguien lo haría, hacerla sentir segura de todo lo que pasó y pasará, protegerla de una forma salvaje y primitiva. Hacerle saber que al diablo los demás, que me tiene a mi y que batallaré con todo para tan solo verla sonreír una vez más.

Sé bien que tan solo es cuestión de tiempo para que mis sentimientos ante el ángel cruel que tengo frente a mi se revelen y no serán uno por uno, sino que de golpe. Y ahora más que nada se que la misión que estaba llevando a cabo se romperá y alterará. Sé que jamás le llegaría a hacer daño a Cass, porque si lo haría sería un boleto directo a mi derrota, a mi peor sufrimiento.

Cuando quiero decir algo para tratar de calmarla y decirle que siempre contará conmigo mi móvil empieza a sonar. Tomo con habilidad entre mis dedos el móvil y trato de apagarlo, pero la fina mano de Cass me detiene.

-Contesta, debe ser importante- yo asiento aún taciturno. 

Salgo del jardín lamentándome por dejar a la indefensa chica que me ha cautivado sola. Observo a mí alrededor y la biblioteca me parece el mejor lugar para contestar. 

Al ver el número la furia se vuelve a apoderar de mí y eso me provoca arcadas y ganas de estrellar lo primero que me encuentre. 

-¿Qué quieres?- digo fríamente o al menos lo más serio que puedo.

-Vaya cariño, veo que la nochecita con ella no te hizo mucho bien ¿No es tan buena como yo?- aprieto los dientes.

-Vete al infierno-

-¡Escúchame bien Luke, tú no me hablas así!  ¿Quién diantres te  estas creyendo imbécil?-

-¡No pienso seguir adelante con tu farsa!- digo casi gritando y trato de calmarme recordando que el servicio de la casa me puede escuchar o hasta la misma Cass.

-¿De qué demonios hablas?- dice más enojada que nunca y eso me provoca escalofríos.

-No pienso hacerle daño-

-Hicimos un trato Luke. O lo haces o una simple llamada y tu querida Anel queda sin tratamiento médico ¿A quién prefieres? ¿A una estúpida niña enferma con problemas mentales que tú nunca podrás salvar o a tu propia familia?

Siento como si me sumieran en el suelo. Efectivamente, era Cass o Anel.

El trato desde el comienzo me pareció una simple tontería. Ilusionar y luego terminar con los sentimientos de una chica ilusa para compensar un tratamiento de miles y miles de euros que no podíamos pagar en aquel entonces por la dura situación que atravesábamos.

-Veo que te queda claro esto Luke. Más te vale hacerme caso y espero que tu trabajo sea eficaz. Y quiero que la enamores rápido, quiero que esto acabe lo más pronto posible, suerte Luke- cuando quiero decir algo, cuelga ¡Maldita sea!

Salgo al jardín, siento como si estuviera pisando arenas movedizas. Acepté el trabajo cuando me dijo que solo enamorara y engañara a una persona enferma mental que odiaba. En cambio no me dijo que enamorara y engañara a una hermosa persona con apariencia de un ángel y con el corazón más puro y noble que puede haber en el mundo. Me siento como la persona más detestable del universo.

Cuando salgo me encuentro con ella hablando por teléfono. Me coloco atrás de la puerta, tratando de entender las palabras que salen dulcemente de sus labios.

-Lo siento Jace, no puedo salir hoy- siento como hiervo de los celos. Primero Alex y después este tipo. No me sorprendería nada si todo el instituto estuviera detrás de ella. De hecho ¿Quién no se enamoraría de semejante persona? - Lo sé... ¿Te parece si lo dejamos para el sábado?... Claro... yo las entradas y tú las palomitas ¿Vale?... Está bien Jace, hasta luego-

Ella cuelga y guarda su móvil en la gabardina. Yo no sé cómo separarme de la puerta, me siento pegado a seguir observándola en silencio. Sube sus rodillas a la altura de su barbilla. Enrolla sus brazos en ellas y mira como la suave cortina de gotas de agua golpetean el jardín. Así se pasa los siguientes minutos, en sus pensamientos tormentosos y observando las cortinas de lluvia caer ante ella. Mientras tanto yo no dejo de analizarla a fondo y de tener una sonrisa bobalicona en mis labios.

De pronto veo como ella saca su móvil y lo deja en la banca, ella se levanta y camina a la lluvia y veo como se mete en la suave cortina de lluvia. Se comienza a mojar y da vueltas sobre sus tobillos, veo como sonríe y ríe. Su melodiosa risa es contagiosa y hermosa.

Mi mente batalla para obtener la decisión que quiero ¿Voy con ella o me voy? Sucumbo rápidamente. Me meto en la lluvia y camino hasta ella.

Cass tiene los ojos cerrados y sigue girando. Pienso varias veces lo que voy a hacer, no sé bien si lo disfrutaré o lo sufriré. Me acerco más y la tomo por la cintura, ella abre los ojos como platos. Se queda congelada, cosa que me aterra. Tiene miedo, lo leo en sus ojos. Acorto la distancia y veo sus ojos dilatarse y sus labios temblar.

-Ayúdame a hacerte comprender que si hay una segunda oportunidad, esa quiero ser yo- ella trata de decir algo pero la silencio estampando mis labios contra los de ella.

En ese preciso instante comprendí que yo tenía en mis manos el humo de su pasado y ella el fuego de mis secretos.


Gracias de verdad por todo chicos, ya llegamos a las 600 lecturas. No se como agradecerles todo esto, los amo. 

Siempre suya

-Reny

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