Psiquiátrico (Capitulo 38)

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Todo el camino hacia el hospital estuve temblando, sentía sudor helado en la frente sin embargo, tras tratar de comprobarlo varías veces, no tenía nada. Sentía un nudo enorme en la garganta y mis manos no dejaban de envolverse y desenvolverse entre ellas.

-Tranquilízate Cass- susurro Tonia, Luke me miro nervioso.

-Puedes negarte-

-N-no, lo necesito es por mi bien- la lengua se me trababa con facilidad y sentí de pronto arcadas.

-Cass, estas muy pálida- yo sonreí.

-Vamos Artemisa, lo pálida jamás ha desaparecido de mi- Artemisa emitió una risa nerviosa.

-Pues entonces casi esta transparente, tranquilízate-

-Entonces cuéntame más del hospital- Michael dio un suspiro rasposo. Artemisa negó suavemente.

-Hace casi medio año que te fuiste de aquí Cass, cuando te fuiste el hospital fue decayendo-

-¿Por qué?-

-Por qué el dinero que tu familia ponía en cuenta de esos "Medicos"era lo que sostenía al hospital- dijo con voz seca Michael.

-Sí, el hospital decayó muy rápido y al tiempo sucedió lo de tu incidenete en el hospital de Londres, Edward me llamo alarmado por lo que los médicos de Londres le habían dicho de "Ciertos medicamentos" no sabía ni que hacer Cass, así que un día mientras el director del psiquiátrico no estaba tome tu expediente y el de Ágata. Regrese a casa ese día, nerviosa como de costumbre y comencé a revisar tus expedientes y encontré eso, que te administraban medicamentos demasiado fuertes que la verdad no eran adecuados para ti- me pongo tensa y veo de reojo a Luke. Se ve que está enojado, por primera vez en mi vida lo veo tenso, con la cara crispada de coraje y furia entremezclados, con los puños cerrados y mordiéndose el labio, a segundos de que le sangre. Trato de tranquilizarlo deslizando mi mano hasta la suya. Él sonríe y toma mi mano dándole un cálido apretón. Aun así, lo veo y sé bien que nada de lo anterior ha disminuido.

-¿Y Á-gata?- ella baja la mirada.

-Cass, le administraban un medicamento que en mis sueños hubiera imaginado existía. No comprendo ni cómo fue que la inocente chica sobrevivió sin convulsiones- Veo a Tonia a segundos de vomitar, pero me sonríe suavemente.

-De hecho si sufrió de varias convulsiones- dije con la mirada gacha.

-Pero yo hablo de convulsiones trágicas Cass, que la hubiesen llevado a morir. Ese medicamento es un alucinógeno que el gobierno seguramente ni siquiera sabe que existe, produce alucinaciones trágicas, arcadas continuas, sedación increíblemente violenta, y... la destrucción grave del sistema nervioso. Su muerte no fue accidente Cass, todos lo sabemos, hasta tú misma lo sabias nena-

-Después de eso ¿Qué paso?-

-Al día siguiente renuncie, me informaba de que sucedía adentro gracias a familiares de los pacientes o a mismas enfermeras con las que seguía teniendo contacto. Al poco tiempo yo abrí mi consultorio, ahí iban varias personas y me contaban sobre el hospital psiquiátrico juvenil. Un día, una señora, familiar de un ex paciente de ahí me contó que su hijo estaba de maravilla, que sacarlo de ese infierno fue lo mejor que pudo hacer, que el hospital administraba medicamentos que a los pacientes los afectaba más  y que al enterarse de eso las personas sacaron a los pacientes de ahí, que el hospital cerro a los pocos meses de quedarse sin nadie. Un día volví a ver el hospital. Cuando entre me sorprendió ver a enfermeras todavía, una de ellas era mi amiga. Me contó que seguían yendo para administrar algunos expedientes y que seguían haciendo servicio ahí para pacientes huérfanos. Pero que en realidad el hospital ya no era más que un albergue para ellos, pues los medicamentos los suspendieron- doy un largo suspiro. Pasaron otros diez largos y tétricos minutos para que Michael aparcara la camioneta en el estacionamiento solitario del psiquiátrico. Tonia me susurro un "Te juro que todo saldrá bien, solo cuenta hasta diez" mientras que Luke tomaba ansioso mi mano.

Vi desde afuera el hospital, con esta sería la segunda vez que lo veía de frente. La primera vez fue antes de irnos a Londres.

Era un edificio gigantesco, repleto de ventanas con barrotes. Había hierba mala pegada y creciente en las paredes hueso del psiquiátrico. 

Había un mínimo de 5 coches en el desierto estacionamiento, contando el nuestro.

Caminamos por el suelo de grava, escucho el crujir de las piedrecillas y siento escalofríos. De repente la temperatura va bajando hasta que siento como todo en mi está congelado. Artemisa me mira y me dedica una sonrisa tierna, Michael hace lo mismo, mientras que Luke no deja de darme suaves apretones en la mano. Caminamos hasta la gran puerta de metal, Michael abrió la puerta dejándonos pasar, una enfermera rubia y un tanto regordeta nos vio y puso cara de sorpresa extrema. Camino hasta Artemisa.

-¡Artemisa!- ella sonrió abiertamente.

-¡Carola!- se dieron un abrazo.

-Artemisa, en mis sueños pensé que volverías- ella nos miró y sus ojos se detuvieron inmensamente sorprendidos y llenos de euforia en mi- ¿Eres...? ¡No! ¿Cassie Sanders?- yo sonreí.

-Cass- digo escupiendo las palabras.

-¡Claro, la chica pelirroja del cuarto 14!- yo me estremezco- No sabes cuánto me alegra verte Cass- Carola me da un largo abrazo- ¿Y qué hacen aquí Artemisa?-

-Cass quiere venir y echarle un último vistazo al psiquiátrico-

-Eso es valentía nena, yo jamás hubiera regresado y recordar cuanto sufrimiento me hicieron pasar-

- Carola ¿Crees que nos puedas dejar echarle un vistazo rápido al hospital?-

-¡Claro que sí, pero con una condición!-

-¿Cuál?- pregunto.

-Necesito hablar contigo Sanders- yo asiento, Luke pasa su brazo por mi cintura sobreprotectoramente. Carola nos guía por las habitaciones. 

Llegamos hasta la desdichada habitación 14. Carola abre la puerta y yo siento como las arcadas se vuelven más violentas y la sensación de escalofríos aumenta.

La habitación seguía siendo la misma, una vieja cama de latón plateado con el viejo colchón destartalado, las sabanas amarillentas con la almohada que parecía tener papel periódico por dentro. La cama estaba colocada al lado de un alto ventanal con puertas de madera pintadas de un azul viejo, la belleza del ventanal se veía opaca por los barrotes que tenía. La madera del suelo se veía más maltratada que nunca, se notaba que en el tiempo que el psiquiátrico siguió "funcionando" cuando me fui, había estado otra persona ahí. Se notaban a simple vista unos rasguños violentos en el piso y las paredes. Mire fijamente el ventanal, habían estrellado algo en él. 

Escucho como Carola se aclaraba la garganta.

-La habitación se le dio a Verónica-

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