Tu recuerdo, Ágata (Capitulo 40)

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Sigue el piano ahí, cierto, pero los estantes donde antes habían cientos de libros ahora están vacíos. De los sillones ni hablar, de 6 sillones pasaron a quedar solamente 1. La alfombra esta deshecha, solo quedan hilos unidos por suerte. Los ventanales están tan opacos que cuesta ver lo que hay al otro lado de los cristales.  

El piano luce horrible, tan descuidado que me pesa dentro observarlo. El color del piano que antes era blanco ahora es gris. Las teclas de marfil ahora están rotas en su mayoría y la madera excesivamente rasguñada y destartalada. 

Prefiero evitarme los sufrimientos pasados ahí y sigo caminando hasta llegar al lugar que más quería volver a ver, el salón recreativo o más bien las ruinas del salón recreativo. El segundo lugar en el cual pasaba más tiempo, en su mayoría bailando. 

Solía bailar día, tarde y noche si me era posible. Bailar era mi modo de escapar de la maldita vida que me atormentaba. El baile era lo único que me mantenía fuerte en aquellos momentos, y seguía siendo mi sueño y mi gran pilar para el futuro. 

El salón seguía siendo prácticamente el mismo. Pintura blanca, techo blanco, suelo de madera, barrotes de metal en las ventanas pero todos, absolutamente todos los espejos estaban rotos y estrellados. Me acerqué a uno de ellos, mi cara se dividía en todos los trozos del espejo, observé con atención mis ojos los cuales veía mas brillantes que de costumbre.  Me gire y volví a ver el salón recreativo. 

Recordaba varios momentos "lindos" que viví ahí, porque para ser sincera, jamás podría considerar un recuerdo hermoso en un infierno como este. 

Uno de los momentos que más recordaba y más atesoraba era el día en que conocí a Ágata. 

Desperté temprano debido a esas pesadillas. Las odio, me recuerdan constantemente lo que en realidad soy. Todas y cada una de ellas terminan en algo parecido a "Jamás cambiaras lo que eres" o "Eres un fenómeno, un monstruo" "Deberías morir, es más, deberías matarte" O simplemente terminan en las frases que me dijo Samantha antes de suicidarse. 

Me vestí con el uniforme del psiquiátrico (Un pantalón y una camisa de algodón blanco y unas pantuflas miel) . Me colgué del hombro mi mochila que contenía mis zapatillas de ballet ya desgastadas y varios discos de música que me había regalado Edward. Caminé hasta llegar a la puerta de la recamara y salí rápidamente de ahí. 

Mientras caminaba por los pasillos del hospital, escuché a un par de personas hablando en la oficina del doctor Kenner. 

-¿Pero que es lo que en realidad sufre su hija señores Kavanagh?- 

-Nuestra hija sufre de ataques depresivos e indicios de esquizofrenia aguda- 

Preferí dejar de escuchar y seguir caminando hacia el salón recreativo. Cuando llegué procure dejar la puerta entrecerrada, puse los discos y comencé a bailar como acostumbraba, alejándome cada segundo más del impacto del mundo en mi. De repente escuché el azote de una puerta. 

-¡Vaya vida llevo!- escuché bufar a alguien que entraba y azotaba con todas sus fuerzas la puerta para volver a cerrarla, el impacto fue tan fuerte que me sobresalte. La causante de eso era una chica con una larga cabellera rubia platinada y unos ojos grandes color azul un tanto grisáceos- Perdón, no sabia que te iba a asustar de esa manera- ella dio una leve risilla. 

-No te preocupes- dije mientras pausaba la música. 

-¿Eres interna?- yo asiento tristemente- Bailas genial pelirroja ¿Cómo te llamas? -

-Cassie- ella asiente graciosamente- Pero puedes decirme Cass-

-Soy Elise Ágata, pero puedes decirme Ágata- yo le saludé de mano. La puerta se abrió de par en par. 

-Señorita Kavanagh, debe acompañarnos para asignarle su alcoba- 

-Mas bien mi mazmorra- dijo levemente pero aun así muy audible- ¿Te parece si quedamos en dos horas aquí, Cass? - yo asentí un poco desvariada. La enfermera me miró estupefacta, era obvio que lo haría, jamas había hablado con alguien mas que no fueran alguna de las enfermeras o doctores, y siguió caminando con Ágata.

-Hasta que te encuentro- escucho decir a alguien detrás de mi. Me limpio rápidamente las lagrimas y me giro para encontrarme a Carola. 

-Carola, no te había escuchado- 

-Te estaba buscando Cassie, ¿Puedes acompañarme a dar un paseo por el jardín? Quiero hablar contigo- yo asiento y comienzo a caminar con ella por los pasillos- Luces mejor que nunca Cassie- ella abrió la puerta de un corredor dejándonos salir al exterior que para mi sorpresa estaba intacto, tal y como lo recordaba. Las hortalizas seguían floreciendo y las plantas no estaban secas al igual que el pastizal. 

-Me siento bien Carola, soy por fin feliz- digo sonriendo y viendo el hospital donde se encuentran todos. 

-La verdad, jamás pensé que te volverías a enamorar- dice. Yo borro la sonrisa bobalicona de mi rostro y sigo caminando a la par que ella. 

-Pues yo tampoco. Pensé que todo eso del amor se había terminado Carola, pero Luke me hace ver las cosas tan diferentes y sumamente distintas a la cruel realidad. Me hace ver que todo es posible. Mis sueños tuvieron el sentido de seguir adelante, pienso por fin en mi futuro ¿Sabias que tengo que presentar un examen en 3 meses para entrar a la universidad de danza en París? ¡Tengo que entrenar tanto! Necesito ser feliz como mis hermanos lo desean, como mis padres lo hubieran deseado, o al menos mi padre y como toda la gente que me quiere lo desea. Carola, por fin lo lograre, estoy segura de ello- Carola me mira con los ojos empañados de lagrimas. 

-Lo se cariño, lo se. Yo también estoy segura de que lograras todo lo que te propongas- yo sonreí tiernamente. 

-Carola quiero que me cuentes todo lo que sabes de una vez por todas- le digo mirándola débilmente, se que lo que me dirá me derrumbara fácilmente. 

-No hay mucho que contar Cassie, supongo, Artemisa ya te contó la base de todos los problemas- 

-Me contó de los medicamentos, sin embargo siento que no me ha contado mucho sobre la muerte de Ágata- 

-Yo no supe sobre esos malditos medicamentos hasta la muerte de Ágata- 

-¿Qué pasó ese día Carola?- 

-Te contaré todo lo que se, sin embargo debes sentarte, es algo muy fuerte Cass- Carola me indica una banca a su lado, me siento sin hacer reproche y la miro. Ella procuraba evitar el contacto visual y sus ojos rápidamente se llenan de lagrimas. 

-Ya no me asustes Carola, se que es fuerte y que eso te atormenta aun, pero tienes que contarme, me es necesario y te es necesario para que vivamos tranquilas tan solo con el buen recuerdo de mi mejor amiga- ella asiente y me ve a los ojos. 

Hola gente sexy de Wattpad. 

Se que la novela se esta tornando un poco oscura y triste, y sinceramente hasta yo lo siento así, pero hay que recordar que Cass nos contó varias veces que su pasado era muy triste y oscuro y estas son algunas de las cosas que siempre atormentaron a Cass "Mírala a los ojos y podrás ver sus demonios" Pero no se preocupen también habrá cosas muy lindas mas adelante. 

Creo es todo, les deseo un maravilloso inicio de semana ¡Los amo mucho mis amores! 

P.D: Foto de Ágata en Galería o Elenco 

Siempre Suya

-Reny 

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