Salimos del avión algo mareados, Tonia apenas y se podía sostener mientras que Adam se masajeaba atareado la cabeza y tomaba la laptop entre sus brazos. El fuerte aire frió de Alemania nos golpeó bruscamente, yo solo cerré mi cazadora aún más y me abrace a mí misma.
Afuera del aeropuerto había un coche esperándonos, contratado por Amaranta, la hermana de Evelyn. El coche nos llevó hasta el hotel Sternenklare Nacht, el cual su significado en español era "Noche estrellada"
Me sorprendió ver el hotel. Si el hotel de Los Ángeles era elegante, esté era el triple. Todos los detalles eran de madera y el hotel desprendía un aspecto elegante. Llegamos hasta recepción, donde una señorita nos atendió amablemente. Pronuncio unas palabras en alemán, las cuales hubiera sido bueno que Luke estuviera en esos momentos ahí para traducir, lamentablemente estaba ayudando con las maletas. Tonia sonrió y con su porte elegante dijo:
-Mil disculpas señorita pero no hablamos alemán- ella sonrió.
-Mi nombre es Adelina bienvenidos al hotel Sternenklare Nacht ¿Les puedo ayudar en algo?- dijo a nuestro idioma. Tonia suspiro aliviada.
-Tenemos reservación a nombre de Hernán Villarroel- ella asintió y tecleo en la computadora.
-Si claro, el señor Villarroel. Su habitación es la suite Diamant por dos noches y las próximas 8 noches en la suite Presidential- Tonia y yo nos observamos confusas.
-Perdonara la ignorancia hacia la reservación ¿Pero que no eran solo 4 noches?- Adelina volvió a teclear.
-Me temo que no señorita, el señor Villarroel reservo 10 días- ella asintió confusa. Adelina le tendió las llaves a Tonia.
-Disfruten su estancia, les llevaran las maletas en unos minutos- nosotras agradecimos. A nuestros lados ya estaban Luke y Adam. Subimos por el ascensor hasta llegar a la habitación, Tonia abrió y la mayoría quedamos sorprendidos. No era una simple habitación, era un departamento. Todo en tonos blancos y crema con detalles de madera.
-Es hermoso- susurro Adam provocando unas risillas.
-La habitación principal se la quedan ustedes- Tonia nos miró y forzó una sonrisa.
-La segunda yo- dijo señalándose. Adam negó rendido y molesto.
Camine hasta la habitación con Luke pisándome los talones. La abrí lentamente asomando la cabeza. La habitación estaba compuesta por una cama King con colcha y sábanas blancas y azules claras. Una ventana amplia con vista a la ciudad, un sillón chaise longue y un baño propio con armario.
-Me puedo quedar en el sillón- dijo Luke.
-Claro que no, la cama es amplia- dije sonriendo. Él sonrió al igual.
-Voy por las maletas, ahora vuelvo- yo asentí y me recosté en la cama cuando él ya había salido.
No supe cuándo ni a los cuantos segundos de tocar la almohada quede dormida, solo sentí como Luke se recostaba y me abrazaba con su brazo para susurrar un:
-Buenas noches mi bella durmiente- yo sonreí y por unos momentos pensé que se había percatado de que yo seguía despierta sin embargo eran escasas las posibilidades.
Desperté por el baño de luz que me caía en la cara. Eran apenas las 7:30, nadie despertaría hasta después de las 10:00, eso era lo más seguro. Me levante cuidadosamente haciendo a un lado el brazo de Luke el cual me envolvía, camine con sigilo hasta llegar a la puerta. Me mire en el espejo que había saliendo de la habitación. Seguía vestida con ropa normal, se me había olvidado cambiarme de ropa debido que me quede dormida.
La sala aún no estaba del todo bañada de luz, sino que apenas se veían algunos cantaros de lucecilla. En la mesa del comedor se encontraba la caja de Dana, camine hasta ella abriéndola. Tome el primer paquete de cartas.
Regrese hasta los sillones de piel y me senté con las manos sudorosas y temblando. Tome su segunda carta.
Querida Cassie:
Sinceramente ahora te entiendo. Las ganas de suicidarme cada día son más altas, ya no puedo más. ¡No puedo! Quiero morir, quiero que todas esas malditas voces de culpa se vayan de mi cabeza como lo hizo mi consciencia hace ya un buen tiempo.
Me he mudado de la casa de mis tíos a un departamento, sola como lo merezco.
La soledad es una de las pocas cosas de lo mucho que merezco.
Lo siento por contarte esto, pero siempre que te pienso y te escribo desahogo una milésima parte de lo que siento.
Lo siento tanto.
-Dana Corbut.
Miro con horror la carta. Rápidamente tomo la tercera. Rompo el sobre con mis uñas pintadas de un tono azul tan oscuro que casi parece negro.
Querida Cass:
Esta es la tercera carta que te escribo, cómo la hipócrita que he sido todo este tiempo. Mi loquera ha tratado de localizarme todo este tiempo. Mis padres, mis tíos, mis amigos, todos preocupados por esta horrible persona.
No lo merezco, ¡Maldición, no lo merezco! ¡Soy un asco, una mala persona! ¡Soy una persona que hiere a los que la quieren! ¿Qué clase de desquiciada persona soy?
Ayer por la noche casi mato a una persona Cass. Casi la pierdo, estaba al borde de la locura debido a todo lo que tome en esa desdichada fiesta. Florence no tenía la culpa, ella solo quería que parara y me reclamaba y me tenía harta y yo... tome esa maldita botella y de pronto estaba en el suelo y todas esas miradas se posaron en mi. Solo recuerdo que alguien me grito "¡Corre!"
Ya no soy NADA de lo que era antes, ni siquiera la arpía mocos que era en la secundaria.
Las cosas han cambiado tanto... Ya no lo puedo soportar.
Lo siento tanto.
-Dana Corbut.
Siento las lágrimas escapar de mis ojos y la mano en mi boca para evitar que escapara una exclamación. ¿Qué demonios fue de Dana? Mi Dana. Voy por la cuarta carta con temor.
ESTÁS LEYENDO
Parallel
RomanceUna persona al mirarla puede jurar que se trata de un ángel sin alas, sin embargo al acercarse y mirarla a los ojos ella revela miles de demonios en sus ojos dorados. La joven Cassie Sanders posee belleza semejante a la de un ángel, cuna de oro...