Nuevo Alumno (Capitulo 22)

666 30 1
                                    

El lunes por la mañana nos fue agotador para todos dentro de la casa. Edward no dejaba de revisar su móvil buscando estadísticas de su empresa, mientras que Tonia y yo casi no llegamos al instituto dado a que nos quedamos dormidas. Cuando llegamos había un gran caos, en medio del desastre encontramos la melena rubia de Su y los lentes cuadrados de Robert.

-¡Que caos! ¿Qué ocurre?-

-Un alumno nuevo, es de intercambio. Al parecer de París, se llama Ethan Briand, nos van a tocar varias clases con él Cass- me dijo Su sonriendo.

-¿Qué tal está?- preguntó Tonia enarcando una ceja.

-Si te das cuenta, el 90% de los que están aquí, son chicas- Tonia ahogó un grito para que después yo le diera un codazo en el costado y ella riera fuertemente dando a notar nuestra presencia. Sonó el timbre y  Su se puso a correr con mi brazo entre sus manos.

La clase comenzó a llegar y Su parecía cada vez más ansiosa, se removía en su asiento nerviosa. Cuando llegó el profesor se detuvo un momento en la puerta para después colocarse junto al escritorio y aclararse la garganta.

-¡Jóvenes! Hoy se integra a la clase un nuevo alumno- Su a mi lado ahogó un grito, las chicas se retocaban con los dedos el maquillaje de mapache que algunas traían, otras chicas ridículas se acomodaban la ropa de manera provocativa y otras como Su sé removían el cabello de una y otra forma- Es alumno de intercambio, demos la más cálida bienvenida al nuevo alumno del instituto Francés, Ethan Briand- y el chico pasó al salón. 

Todas se quedaron boquiabiertas, hasta yo que consideraba tener suficiente con la belleza de Luke. El chico era demasiado atractivo y por lo que veía altanero, entró de una manera triunfante y con la barbilla en alto. Lucía un cabello rubio teñido, pues en realidad se notaba que su tono natural era un increíble castaño reluciente aunque para ser sincera, el rubio le quedaba a la perfección pues hacía juego con unos ojos azules demasiado claros e impresionantes, su tono de piel era idéntico al mío, mientras que su atuendo demostraba que era adinerado.

-Dios santísimo, estoy viendo un dios griego Cass- me dio igual. Era otra persona, una persona que en algún momento las chicas estarían fascinadas con él, pero que en dentro de unas semanas (por no decir días) lo dejarían y esperarían a otro charlatán. Ese chico nuevo era como un objeto brillante para un bebé. 

El chico paseó su mirada por el salón y con mi mala suerte el único lugar vacío estaba a mi lado. Su, veía fascinada su andar, yo en cambio comencé a tomar nota de lo que había en el pizarrón. El chico llegó (junto con todas esas miradas sobre él) y se sentó a un lado de mí. Sentía su mirada recorrerme constantemente, cosa que en algún momento comenzó a alterarme.

Podía ver por el rabillo del ojo como sonreía y coqueteaba con Su. Seguí escribiendo como un rayo. Se escuchó un fuerte golpe proveniente de la caída de una mochila contra el suelo que provocó que la pluma escarlata que tenía en las manos cayera precipitadamente contra el suelo. 

Me agaché para tomarla pero me topé con su mano, levanté la vista y mi mirada dorada se posó en sus ojos color azul hielo. ¡Maldición! Pero que hermosos eran.

-Aquí tienes- me dijo. Su voz era dulce y tiernamente cálida ¿Un juego de encanto? Yo solo le dirigí un intento de sonrisa amable.

-Gracias- dije regresando a mis apuntes.

En el receso todos estaban hablando a la par, todos de diferentes cosas. Tonia estaba platicando y riendo a carcajadas con Alex mientras que  Adam, Su y yo estábamos hablando de cosas absurdas.

-¡Pero Cass! El chico nuevo no paraba de mirarte- Adam me miró interrogativo.

-¿Te gusto?-

-¡Pero claro que no Adam!- mi móvil comenzó a sonar. De inmediato le dirigí una mirada a Tonia. Tonia movió los labios y por lo que pude ver transmitían un "Contéstale". Tomé entre mis manos temblorosas el móvil.

-¿Halo?-

-Por favor, sal de la cafetería y ve hacia las canchas- sentí un escalofrió.

-Yo...- y colgó. Tonia no paraba de mirarme, mis labios se movieron en un "canchas" ella abrió los ojos de tope, sacó su teléfono y el mío comenzó a sonar.


Tonia:Tienes que ir.

Tú:Tengo miedo

Tonia:¿Miedo de enamorarte? Cass no seas aguafiestas y ve ahora mismo


Contuve el aliento.

-Ahora vuelvo- les dije. Salí rápidamente de la cafetería y caminé hacia las canchas de soccer.



-Renata

ParallelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora