El baile (Capitulo 33)

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Nos encontrábamos camino al departamento de Katia. Su había llegado de improviso a la "Mansión" Así que las tres subimos al auto de Tonia y nos emprendimos viaje hacía el atestado centro de Londres con un increíble tráfico.

Al llegar al departamento de ambas chicas, Su bajó y tocó la puerta fuertemente.

-¡Vamos Katia mueve tu bonito trasero, vamos a llegar tarde con este tráfico!-

-¡Ya voy, no me apures Su!- gritó Katia. La chica derrochó otros buenos 10 minutos retocándose el maquillaje.



-¡Estos te quedarían perfectos! ¡Son del mismo tono de tu vestido Bri!-

-¡Mira estos Tonia! ¿¡Su ya viste esos dorados!?- chilló Katia.

Estaba fatigada, harta a decir verdad, sentía que de un momento a otro la cabeza me explotaría o que saldría corriendo como desquiciada. No podía moverme libremente en la zapatería, estaba a punto de explotar, miré por las ventanas y vi la tiendas de ropa y de vestidos de gala de enfrente.

-¡Vaya! ¿Ya vieron cómo están esas tiendas?- le dije a Katia.

Las tiendas de vestidos estaban  más atestadas que la zapatería, había hasta gente haciendo filas para entrar.

-Suerte que tenemos a tu hermana- me dijo Tonia guiñándome un ojo.


-¿A dónde vamos?- digo mientras veo como Su maneja.

-Al salón de belleza, necesitamos arreglarnos, nos faltan menos de 4 horas-

-Tengo hambre- digo.

-¿Quieres galletas?- me pregunta Tonia.

-¡Por favor!- Tonia sacó unas barritas de granola con zarzamoras de la guantera. Me las comí todas en menos de 5 minutos. Cuando llegamos veo el salón de belleza, debe de ser uno de los más caros porque el salón es elegante y fino. 

-Hay muy poca gente, seguro Mary temprano-

-Lo sé, es uno de los más caros, casi nadie se da el lujo de venir seguido-

-¿Entonces porque estamos aquí?- pregunta desde la parte trasera Brisa.

-La estética es de mi prima-

-Que bien- dice Katia dando aplausos de felicidad.

Cuando entramos, desde el primer instante comienzo a darme cuenta del trato detallista que tienen con nosotras por Su.

Cuando salimos, me fue difícil reconocernos.


-¿Cuánto falta?- pregunta Su en el pie de las escaleras.

-¡Summer cálmate! ¡Faltan 10 minutos! ¡Hace precisamente 2 minutos que me preguntaste la hora!- vocifero Brisa cansada y molesta.

-Ahora faltan 9 minutos- dije. Vi como Su tiritaba.

-Estoy nerviosa, puede que Robert por fin me haga la gran pregunta-

-Cálmate Summer...-

-¡SU!- gritoneo- ¡Caray! Odio que me llames Summer, me siento como en casa de mis tías, las solteronas-

-Bueno Su, Robert no te va a pedir matrimonio- Su comenzó a reír nerviosamente.

-Lo conozco de años, y siempre me sentí atraída a  él ¿Y cómo diantres jamás se fijó si era más que obvio? Se lo hice obvio- se escuchó el timbre del living. Salimos y nos encontramos a los chicos arreglados y con cajas cada uno. Me sorprendió ver que Robert tenía dos.

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