Fiorella (Capitulo 47)

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-¡Par de enamorados, despierten! ¡Luke Carter! ¿Me estas creyendo idiota o que? ¡Se que estas ahí Bro, ya sal!- gritaba Adam. Sentí como Luke se removía en la cama y enredaba más sus piernas con las mías. Me gire para quedar de frente a él.

-Bello durmiente, despierta- dije en su oído, él se retorció más y me abrazo.

-Me niego, esta es la segunda noche en la que duermo tranquilo-

-A excepción de la patada-

-Pero por la patada me dejaste dormir así de cerca de ti-

-¡Cass, Luke! ¡En unas horas sale nuestro avión!- Me levante de golpe, Luke hizo pucheros.

-Quédate-

-Tengo que ir al cementerio- dije mientras me metía al baño para ducharme y cambiarme de ropa, opte por unos jeans ajustados y una blusa celeste. 

Cuando salí, Luke ya no estaba. Comencé a meter mi ropa a la maleta. Cuando salí me encontré con Adam.

-Extrañare este hotel, las almohadas parecen que tienen plumas de las alas de ángeles- yo reí ante su broma.

-¿Adam me puedes ayudar con una caja?- dije refiriéndome a la caja negra de Dana.

-Por supuesto- él se metió a la habitación y tomo la caja.

-¿Pero qué diablos hay aquí que pesa tanto?-

-Muchas cosas-

-Es la caja que te dio ese tipo ¿Cierto?- yo asentí mientras me colocaba una chaqueta y tomaba mi maleta.

-¿Te ayudo con tu maleta Adam?-

-Te lo suplico, esta caja pesa mucho- tome la maleta que estaba justo a un lado de la puerta y colgué la mía de mi hombro. Mire a Adam bufar y hacerse el fuerte cargando la caja, sus brazos se marcaban a pesar de la camisa que los tapaba, su tono de piel hacía notar el gran trabajo que le costaba cargar esa caja.

Baje las escaleras procurando estar a la par de Adam. Cuando llegamos a la planta baja me encontré con  Artemisa.

-¡Vámonos ya Si quieres ir al cementerio! Nos quedan menos de tres horas. ¡Adam cuida esto!- dijo mientras señalaba las maletas. Asentí y la seguí mientras caminaba rápidamente por el estacionamiento. Cuando subí al coche que apenas y conocía me fije en 3 ramos de flores, uno de margaritas, otro de gardenias y el otro de girasoles.

-¿Para quién son los otros?- Artemisa se quedó callada. Por fin logro hablar mientras íbamos a carretera.

-Para Fiorella, cumple años hoy-

-¿Qué hay de Tessa?-

-Cumplirá 8 años en unos meses, pero el otro ramo se lo daré porque le gustan muchos los girasoles-

Sabía mucho de Fiorella gracias a Artemisa. Mientras platicábamos en el hospital psiquiátrico ella me platicaba mucho de Fiorella.

Fiorella era años menor que Artemisa. Fiorella tenía origen italiano y vino a California cuando apenas tenía 18 años a estudiar, a esa edad quedo embarazada de su única hija, Tessa. Artemisa la conoció porque fue amiga de Michael, su novio le dejo en cuanto Tessa cumplió el año. Su novio era el mejor amigo de Michael, por lo que Michael duro casi 2 años buscándolo pero al parecer se lo había tragado la tierra. Fiorella fue rechazada por su familia en Italia, dejándola sin dinero y en la ruina. Artemisa y Michael le brindaron apoyo por mucho tiempo ayudándola a terminar su carrera. Fiorella se volvió una chica importante en algunas empresas al ser una exitosa contadora y una madre soltera con tan corta edad. La pequeña Tessa es una niña inteligente y hermosa.

-Antes de ir al cementerio, ¿Me acompañarías a visitarlas?- yo asentí, giro en una esquina dando a varios suburbios elegantes. Se estaciono en uno de los más grandes, salió casi de inmediato una señora muy joven con cabello castaño muy oscuro y ojos avellanos.

-¡Artemisa!- Artemisa tomo los ramos de flores.

-¡Fiorella! Pero que gusto- dijo abrazándola, mientras hablaban baje lentamente del coche, Fiorella me miro y sonrió- Fiorella te presento a Cass-

-Mucho gusto- dije estrechándole la mano.

-Artemisa platicaba tantas cosas de ti- el acento de Fiorella era justo como me lo imaginaba, un intento de acento estadounidense con un grave asomo de acento italiano.

-¡Vaya que me delatan con Cassie! Primero Dominic y ahora tu- Fiorella comenzó a reír.

-Siempre decía que eras como una tercera hija para ella- yo comencé a reír- ¡Pasen, pasen! Tessa debe estar emocionada, le dije que vendría su tía Artemisa- nosotras caminamos al lado de ella hasta entrar a la elegante casa.

-¡Tía, Tía, Tía!- una hermosa niña con cabello dorado entro en la habitación dando grititos de alegría.

-¡Tessa!- dijo Artemisa para darle un abrazo, la pequeña llego a sus brazos. Cuando se soltó del agarre de Artemisa me miro sonriente.

-¿Quién eres?- me pregunto con voz chillona.

-Me llamo Cassie linda- ella me tendió su pequeña y fina mano.

-Yo me llamo Tessa, mucho gusto- dijo haciendo pausas en cada palabra, como si hubiese ensayado esa oración para una obra. Fiorella me miro sonriente.

-Pasen a tomar una rebanada de pastel por favor-

-¿Compraste pastel?-

-¡Claro que no Artemisa! Yo lo hice- yo reí. 


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