Paz, dulce paz (Capitulo 30)

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Por la mañana no me sorprendió sentir la cara y los labios entumecidos, los ojos hinchados y las nauseas de un día anterior. Los charcos de luz hoy no estaban presentes, parecía que el sol había decidido hacer conjunto al peor día en este mes. El cuerpo me pesaba de una manera realmente increíble, algo que pocas veces había sentido. Era ese clásico síntoma que se asociaba a lo que llamaban "Depresión" O en mi caso era el claro signo de un mal día. 

Aquel síntoma me era realmente aterrador, siempre que aparecía me recordaba los malos momentos y hacía que el peso sobre mis hombros fuera creciendo y la opresión dentro de mi se fortaleciera. Me helaba los huesos, me provocaba arcadas y mi mente se carcomía. Era el breve y significativo símbolo de la tristeza. Al igual que yo. 

Después de darle tantas vueltas al asunto en la alcoba y en la ducha, se había llegado el temible momento. El momento de reencontrarme con la causa de los síntomas. Mi familia, mi rota familia o al menos lo que llegaba a quedar de ella. Mientras bajaba las escaleras el silencio reinaba, un silencio glacial, uno que pocas veces revivía. 

Cuando entré al comedor no pude dejar escapar una sonrisa torcida al admirar a Tonia. Sentada en silencio, observando de mala gana el desayuno. Su vibra me encantaba y tal vez era exactamente lo mismo que cautivo a mi hermano, una vibra pasiva, totalmente tranquila y positiva. Su forma de ser se expresaba en cada cabello castaño y en cada peca de la chica. Era amable, atenta y generosa. Vivía de una forma amigable y sin odio a pesar de todo lo que había enfrentado. La admiraba y a la vez envidiaba por ser como era. 

-¡Cassie!-no supe cuando ella me pilló observándola, pero su bienvenida alertó a mis hermanos. Ambos minutos antes estaban en silencio, Sonía admirando una revista de diseño y Edward viendo perezosamente el periódico digital, como cada mañana. 

-Hola Tonia- dije débilmente. Me senté en la cabecera, después de unos minutos Daysi entró con mi desayuno de una forma escurridiza, ella también notaba la tensión.

-¿Lista para tu regreso a clases Cass?- asentí. Hoy sería el día en que regresaría y en el que enfrentaría lo que se venía, la revelación de mi relación con Luke.

-¿Listos para decirme en cara todo lo que estuvieron diciendo ayer en tu habitación, Ed?- Sonia abrió los ojos como platos y Edward se quedó completamente callado, yo los observé atentamente sin palabra de por medio. Sus expresione shubieran sido de risa en cualquier otro momento, no en este precisamente. 

-Me retiro para que hablen mejor- dijo Tonia mientras abandonaba la habitación.

-Eso fue un mal entendido- dijo Sonia al observar como Tonia se iba. Ella no sabía si mirarme a mí o a Edward que tomaba ambos lados de la mesa nervioso.

-Monstrua, no debiste escuchar eso-

-¡No les interesa si escuche o no! ¡Tan solo quiero que me digan la verdad!-

-No hay nada que decir más que la verdad Cass, estabas mal, te metí en el psiquiátrico para que mejoraras-

-¡Pero no lo hice Sonia, sufrí mientras que tu disfrutabas la vida en Dubái, mientras tu salías seguramente todas las noches a bares, mientras que tenías amigos y novios! ¡Yo sufrí!-

-¡Lo hice por tu bien!- gritó Sonia fríamente, vi como Edward se encogía de hombros y vi sus ojos cristalizarse. Odiaba hacerle precisamente esto a él, Edward era el menos culpable ahí y asumía las mismas consecuencias. Sufría cruelmente ante las cortantes palabras que decía en contra de Sonia e involuntariamente esas palabras también iban destinadas a él.

-¡Si lo hubieses echo por mi bien me hubieras llevado contigo! ¡Hubieras hecho hasta lo imposible por mínimo irme a ver una vez cada 4 meses! ¡NI SIQUIERA TE APARECISTE EN MI CUMPLEAÑOS, NI EN LAS MALDITAS VACACIONES, NI MUCHO MENOS EN NAVIDAD Y AÑO NUEVO! ¿¡DONDE ESTABAS NÍA!?- Sonia se quedó callada.

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