Recordaba a Verónica como en un sueño.
Verónica era una chica de 15 años con trastornos mentales severos y bulimia, sus padres temían a pánico que sus trastornos fueran a dañarla a ella, a ellos y a su pequeña hija Ketrine. Verónica era en ciertos grados inofensiva y era una chica gravemente asocial e introvertida, pero, cuando se enojaba o sufría un cambio de humor muy drástico todo, absolutamente todo se venía abajo. Se ponía hecha un furia, gritaba se tiraba en el suelo y rasguñaba todo lo que encontraba, aventaba lo primero que se encontrara y la tenían que sedar para tranquilizarla.
Verónica era para mi una chica dulce, triste y con miedo a que el mundo le fuera a dañar, la pequeña me consideraba como su protectora en sus momentos de soledad y nerviosismo. Hacía todo lo que estaba en mis manos para calmar sus temores, sus miedos dejando a un lado los míos, me preocupe por ella y ella me quería, me idolatraba.
Me he culpado a decir verdad por haberla dejado, sufrió como nadie cuando se entero que me iría, lloro mucho y sin embargo nunca trato de evitar que me fuera. Quería mi felicidad como yo la suya. El día en que se entero de mi partida las cosas para ella, seguramente, se vinieron abajo o al menos eso recordaba al ver sus expresiones.
Caminaba por los alrededores del "living" del psiquiátrico, este sería el último día en este infierno con estas estúpidas personas y el último día que sufriría como lo hice estos últimos años. Veía a Sonia hablando con el director seriamente.
Mire fijamente aquel piano blanco que estaba justo en el centro del living, me acerque y acaricie las deshechas teclas del piano, me dispuse a tocarlo hasta que llego Verónica.
-¿Cassie?- me dijo tímidamente. Hace 3 meses Verónica había cumplido apenas 15 años y 1 año de estar aquí.
-Dime Verónica-
-Todos están diciendo que te vas a ir...- dice mientras intenta encubrir su voz quebrada- ¿Es cierto?- lo dice con un hilo de voz.
-No sabes cuánto lo siento- le digo mientras la abrazo, ella solloza.
-Voy a extrañar verte bailar todos los días en el salón recreativo- me dice entre llanto desconsolado. Me siento mal, tan solo yo tengo la culpa de que este así.
-¿Me veías bailar?- le pregunto alejándola un poco.
-Si te veía bailar todos los días y también a Ágata cuando... seguía viva-
-Tengo miedo Cassie-
-¿Miedo de que Verónica? Sabes que siempre me tendrás y que nunca te dejare, me llevaras siempre en ti. Debes ser fuerte y debes dejar de tener miedo-
-No le tengo ya tanto miedo a el mundo Cassie. Me tengo miedo-
-No deberías-
-Sabes como soy en realidad, no lo puedo controlar. Tengo miedo de hacerle daño a las personas que quiero, tengo miedo de ya nunca poder controlar lo que soy- yo la miro con ojos cristalinos.
-Debes prometerme que te mantendrás fuerte y dejaras de temer al monstruo que hay en ti, se que seras una maravillosa persona-
-Voy a extrañar verte bailar, eso era lo que me calmaba. Gracias por tener fe en mi Cassie-
Me muerdo el labio atarantada mientras las lagrimas caen una a una. Camino por toda la habitación, veo a Tonia girar sobre sus talones e irse junto a Carola, Artemisa y Michael, los únicos que quedamos somos Luke y yo.
-¿Es verdad que aquí estuviste todo este tiempo?- yo asiento débilmente con lágrimas en los ojos. Él me ve con ojos cristalinos.
-Ahora lo entiendo-
-¿Entender que Luke?-
-Porque te veías tan rota cuando te conocí- yo suelto una lagrima.
-¿Enserio me veía tan rota?- pregunto, él baja la mirada.
-Si Cass, veía a una chica hermosa, con la apariencia de un ángel, tan tierna pero tan fría que quemaba y tan rota que cortaba. Siempre que te veía sentía que debía de protegerte, de ayudarte a olvidar. Cuando me contaste aquel día tu historia supe que estaba en lo correcto y que con más razón debía de estar siempre para ti Cassie. Estaba, estoy y seguiré siempre a tu lado hasta que muera y si puedo en mis siguientes vidas, lo haré-
Yo sonrió tiernamente y lo abrazo fuertemente, el envuelve sus brazos en torno a mí. Me separo de él y el sigue con su mano entrelazada con la mía. Cuando estamos cerca de la salida vemos a Tonia desesperada y demacrada.
-¿Pasa algo Tonia?-
-Tengo escalofríos, me siento mal. Este lugar me asusta mucho- dice Tonia mientras se abraza a sí misma.
-Lo sé, es horrible-
-No sé cómo resististe tanto tiempo aquí Cass-
-Supe ser fuerte, eso fue lo único que me salvo de este infierno- Tonia y Luke me miran melancólicos- No quiero ser grosera ni nada que se le parezca pero quiero caminar sola un rato ¿Vale?- Luke solamente asintió sin decir una palabra en contra.
-Solo procura ser fuerte ¿Correcto?- yo asentí con una sonrisa fingida.
Camine por los pasillos del hospital alejándome cada vez más de esas 2 personas que amaba. Por cada paso que daba, podía escuchar los aterradores recuerdos que esos sonidos. Esos lloriqueos, alaridos y gritos espeluznantes. Mientras caminaba vi una habitación abierta, eche un vistazo y lo que encontré fue a un chico de unos 12 años viendo al vació. Por un minuto pensé que estaba muerto, hasta que hablo.
-¿Quién eres?- pregunto secamente.
-Cass- digo entrando en la habitación.
-Cass ¿Eres otra...?- el joven chico de cabello rubio oscuro me miro extrañado.
-No, solo vengo a visitar, antes yo estaba aquí ¿Cómo te llamas?-
-Derek ¿Antes eras una interna?- yo asiento-Desearía tener la misma suerte que tú ¿Puedes quedarte un rato conmigo? Me siento tan solo aquí-
-¿Por qué no te has ido?-
-La policía me entrego hace tiempo, mi familia me abandono de pequeño y no tengo a donde ir, no tengo familia ni recursos Cass- yo lo miro fijamente, lo veo tan roto como yo.
-Te puedo ayudar- escucho una voz atrás de mí. Me giro para ver a Artemisa poniendo una mano en mi hombro y viendo con ternura a Derek.
-¿Quién es usted?- pregunto Derek.
-Me llamo Artemisa Derek-
-Ella antes era enfermera de aquí- digo sonriéndole. Derek me da otra leve sonrisilla.
-¿Cómo piensas ayudarme?-
-Sacándote de aquí Derek, puedes hospedarte en mi casa- Derek y Artemisa comienzan a hablar, me levanto y salgo de la habitación, me dirijo hasta el living o al menos lo que quedo de él.
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Parallel
RomanceUna persona al mirarla puede jurar que se trata de un ángel sin alas, sin embargo al acercarse y mirarla a los ojos ella revela miles de demonios en sus ojos dorados. La joven Cassie Sanders posee belleza semejante a la de un ángel, cuna de oro...
