6: ¡Pellizcable!

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Del otro lado del pasillo Lucas aún pensaba en ella. Miraba la compra que había hecho para su vecinita: un pene realista de silicona que en la publicación exclamaba ¡pellizcable!. Aún se preguntaba por qué esa chica tan bonita necesitaría un juguete así, no quería creer que ella tampoco tuviera suerte en las relaciones, eso no parecía posible.

Se puso de pie convencido de que no podía ser esa opción y se encaminó a la puerta listo para ir a tocarle el timbre, pero se detuvo en seco, eso era una locura.

Dio algunas vueltas por el apartamento y sus ojos se toparon con la caja abierta de su compra online. Con todo el revuelo se había olvidado de su propio juguete. Lo sacó de la caja, era igual a la imagen e incluso un poco mejor. La piel sintética se notaba bastante similar a la piel humana, y la textura era muy agradable. Recordó el eslogan del juguete que había comprado su vecina: ¡pellizcable! y pellizcó las nalgas firmes de esa porción de cuerpo de silicona que tenía en las manos.

Se preguntó si la carne de su vecina también sería así de pellizcable e inmediatamente se sintió un enfermo. Se sacudió de la cabeza los pensamientos sobre ella y buscó las instrucciones de uso del masturbador masculino.

La desilusión lo embargó cuando vio los cuidados previos y posteriores que necesitaba la muñeca.

1- Limpie la muñeca con agua tibia y jabón neutro en el interior de todos sus orificios antes del primer uso. No utilice jabones perfumados ni con colorante, ni desodorantes.

2- Seque la muñeca y el interior de todos sus orificios con un paño de microfibra. No deben quedar restos de agua en el interior.

3- Utilice lubricante al agua para cada uso. Se recomienda el uso de condón para facilitar la limpieza posterior.

4- Si usted no usara condón para utilizar la muñeca emplee un duchador para limpiar el interior de los orificios y un cepillo de cerdas suaves, en lo posible marca Milsimaxxx. Si ha utilizado condón, repita el paso 1 y 2 luego del uso.

5- Guarde la muñeca envuelta en un paño color blanco, alejada de temperaturas extremas y de la exposición solar. No le coloque perfumes ni aceites.

Lucas suspiró desilusionado. Era más complejo que estar con una mujer real. La caja al menos traía un paquete de condones y una muestra pequeña de lubricante al agua.

¿Qué pasaba si la usaba con condón la primera vez sin limpiarla previamente? Quería estrenarla ya.

Se fue a la cama con el consolador debajo del brazo, la caja de preservativos y la muestra de gel lubricante en las manos y el celular en el bolsillo. Pensaba ver algo de porno, masturbarse con la muñeca y luego levantarse a limpiarla y cenar algo antes de preparar las cosas para el día siguiente. Era un buen plan.

Pero no contó con encontrar un video porno tan estimulante, y mucho menos con la nueva sensación de la muñeca. Introducir la verga ahí (así sea enfundada en un condón) era toda una experiencia. El orificio apretado y texturado abrazó su pija dura por el video y el lubricante hizo el resto. Acabó más rápido de lo que pensaba y sintió que no había sido suficiente... y todavía le quedaba un orificio por estrenar.

Se sacó el preservativo usado y esperó a que se le volviera a poner dura mientras veía un video con una pornostar neumática, rubia y tetona, que se atragantaba con una doble penetración. No tuvo que esperar demasiado hasta estar listo otra vez, se colocó un nuevo condón y metió la pija dentro del orificio más pequeño que oficiaba de ano. Era tan estrecho que sentía que apretaba demasiado... la sensación le gustaba.

Esta vez tardó mucho más en acabar, y estaba a punto de desesperarse y de romper el látex de la muñeca por la sacudida desesperada cuando en sus pensamientos se atravesó la imagen de su vecina con el falo de látex entre las piernas y le nubló la vista, y la rubia pornostar ahora era la muchachita morocha y lacia del otro lado del pasillo.

Acabó con un gemido que lo sorprendió, una parte por el sonido que emitió -que no conocía de sí mismo- y por otra parte por la imagen de su vecinita en pleno acto sexual.

Se desplomó en las almohadas con la respiración revolucionada y se sacó el preservativo unos segundos después de recuperar el aliento. Cerró los ojos para reponerse... y se durmió completamente. 

Nido de cigüeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora