— No hay nada que se pueda hacer para evitar un embarazo ectópico, y una vez que sucede la única alternativa es un legrado. Ya que el embrión está alojado en una parte del organismo que no es viable ni para él ni para la madre, la única opción es quirúrgica. En su caso particular el embrión de cinco semanas estaba en la trompa de falopio derecha y ya no tenía espacio, por eso el dolor tan intenso. Lamentablemente no pudimos salvar la trompa de falopio, por más que no se rompió, tuvimos que removerla para poder limpiar correctamente la zona. — explicó el doctor con parsimonia.
— ¿Voy a poder quedar embarazada otra vez? — preguntó Jimena, sin dejar de llorar.
— Seguramente sí, la tasa de mujeres que vuelven a tener un embarazo después de una salpingectomía es bastante alta, no creo que tengas problemas para concebir otra vez de manera natural y si no llegara a pasar así, naturalmente, hay medios no naturales para concebir un embarazo, por ejemplo inseminación artificial con tus propios óvulos, especialmente porque tu útero está en perfecto estado para la concepción.
— ¿Y ahora cómo tenemos que proceder? — preguntó Lucas, no demasiado interesado en la idea de concebir otro hijo con Jimena.
— Ahora reposo, hidratación, y nada más. Probablemente tengas pérdidas de sangre, es normal, y la menstruación puede demorar dos o tres meses, también es normal.
Jimena asintió con la cabeza mientras se sorbía los mocos.
El doctor estrechó la mano de Lucas y se retiró de la habitación.
Volvían a estar solos ahí.
— Podes irte. — le dijo ella, todavía lagrimeando. — Supongo que tu novia te espera.
Estuvo tentado a aceptar la propuesta de Jimena, pero luego recordó la nota de la BBC que había leído días atrás, aquella que hablaba de lo difícil que era hacer un duelo por la pérdida de un embarazo que nadie sabía que existía. Suspiró profundo y se decidió a quedarse ahí.
— Voy a quedarme con vos hasta que estés bien, aparte... supongo que nadie sabe que estabas embarazada ¿no?
Jimena negó con la cabeza.
— No se lo dije a nadie, solamente a una amiga, y menos mal, no iba a poder soportar que la gente preguntara después de esto.
Lucas asintió con la cabeza, la nota que había leído estaba en lo cierto.
Pasó el resto de la noche con ella, y por la mañana le mandó mensajes a Nayla contándole cómo había salido todo y que quizás demorara en volver a casa porque iba a quedarse en la casa de Jimena a ayudarla, porque le darían el alta ese mismo día.
Nayla se lo tomó a bien, una parte de ella, la más empática, sabía lo que se sentía estar sola y necesitar ayuda, principalmente porque ella misma lo había vivido y Lucas se había quedado con ella todo ese tiempo. Se acarició el vientre movedizo, el niño en su interior estaba inquieto.
— Tranquilo, bebé, papá ya vuelve a casa. — le susurró y sintió la patadita tenaz cerca de su ombligo.
Bárbara estaba cerca de su hija, no quería dejarla sola en esa situación a pesar de que lo estaba sobrellevando con entereza.
— Quizás deberíamos enviarle flores ¿no te parece? — preguntó Bárbara con los lentes de lectura puestos casi en la punta de su nariz.
— ¿Flores? ¿Y si se lo toma a mal? — Nayla se sentó al lado de su madre que leía una carpeta de folios del trabajo.
— Bueno, eso es problema de ella... no sé, me parece que es un bonito detalle de nuestra parte.
Bárbara tenía razón, no podía actuar como que nada había pasado.
— Busquemos una florería.
Buscaron online una florería y compraron un ramo de flores blancas en una cesta. Dejaron la tarjeta vacía, porque ni las frases "pronta recuperación" ni "lamento tu pérdida" parecían adecuadas y enviaron las flores a la dirección de la casa de Jimena que Nayla sabía por haber investigado en las cosas de Lucas.
Las flores llegaron a la casa de Jimena y las recibió Lucas, algo consternado, y se las entregó a Jimena, que las olió instintivamente apenas las tuvo en las manos.
— ¿Y esto? — preguntó ella, con un gesto en su rostro que no era felicidad, pero que se le acercaba bastante.
— No lo sé, ¿las mandó tu amiga? — preguntó él, buscando algún remitente en las flores.
— Todavía no le dije lo que pasó... solamente lo sabes vos. — Lo miró algo extrañada. — ¿Le dijiste a alguien?
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Nido de cigüeña
RomanceNayla está embarazada y no sabe quién es el padre... aunque tampoco le importa. Lucas no tiene suerte con las mujeres y eso lo hace sentirse desdichado. Un mal entendido los hace conocerse y hacer un pacto para matar la soledad de ambos 🚫LECTURA P...