63: Cheque

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Acababa de regresar de comprar los regalos para Nayla, cuando sonó el timbre de su apartamento, no el timbre del portero eléctrico, sino el otro, de la puerta del corredor.

Pensó que era Nayla, así que abrió la puerta dispuesto a decirle que no podría pasar porque sus regalos de cumpleaños estaban demasiado visibles, pero se sorprendió cuando vio a Bárbara del otro lado de la puerta.

— ¿Sí? — Preguntó un poco temeroso, jamás había cruzado palabra con su vecina, de hecho estaba seguro de que sólo la había visto una vez en persona cuando él entraba y ella salía del edificio y luego la había visto en fotos mientras la cuidaba a Nayla, algunas fotos antiguas y otras recientes de su viaje a México que Nayla le mostraba en cuanto las recibía.

— Soy Bárbara, tu vecina. — Se presentó, señalando la puerta del otro lado del corredor. — ¿Puedo pasar?

Lucas sabía que Nayla le había contado a su madre todo, aunque no estaba tan seguro cuánto de la historia real abarcaba ese todo. La invitó a pasar y le ofreció algo para tomar, aunque no estaba seguro de cuán social iba a ser la visita.

— Venía a agradecerte, Nayla me dijo que la ayudaste mucho mientras no estuve, sospecho que habrás gastado una fortuna, Nayla no tiene idea de los precios de las cosas. — Extendió un papel que arrancó de una libreta, era un cheque.

— No, por favor, no tiene que pagarme nada. — Dijo Lucas negándose a tocar el papel.

— Nayla me dijo que compraste comida, remedios... es lo justo. — Seguía con el cheque extendido en la mano, pero Lucas se negó por completo.

— No. No lo quiero. — Sentenció con firmeza.

Bárbara lo sopesó con la mirada y guardó el cheque en el bolsillo.

— Soy una madre moderna pero no puedo evitar preocuparme si mi hija embarazada me dice que el vecino es un buen tipo y que la ayuda desinteresadamente... — Tenía las manos en los bolsillos, fingiendo una actitud despreocupada, pero Lucas sabía que en realidad era una mujer de temer.

— Quiero mucho a Nayla. — Confesó. — Si supiera que aceptaría, me casaría con ella mañana mismo.

Bárbara sonrió.

— Me dijo que te rechazó una vez. — Hizo una breve pausa para analizar a Lucas con la mirada. — No te vas a volver un loco si te vuelve a rechazar ¿verdad?

Lucas negó con la cabeza rotundamente.

— Solamente quiero lo mejor para ella y el bebé.

Bárbara estaba acostumbrada a tratar con criminales y por sobre todo con mentirosos, y sabía que Lucas no era ninguno de los dos.

— Mañana es el cumpleaños de Nayla, hice una reserva para ir a una patisserie... ¿querés venir?

Lucas lo pensó un momento.

— No quiero interrumpir un momento familiar. — Se excusó, negándose.

— Qué lástima... — Bárbara era sincera. — Si cambias de opinión podes sumarte. Es a las cinco de la tarde acá. — Le extendió una tarjeta del lugar donde iban a estar, Lucas lo conocía de nombre, era un lugar sumamente exclusivo, había que hacer reserva con meses de antelación. — Ya me voy, no te molesto más.

Lucas la acompañó hasta la puerta, aunque eran pocos pasos, y Bárbara se detuvo antes de salir.

— Gracias por todo lo que hiciste por mi hija. — Le agradeció y se fue.

Lucas respiró profundo luego de que Bárbara se fuera, sabía que había sido una prueba pero no estaba seguro de haberla pasado.

Pensó si contarle a Nayla lo sucedido o no, en realidad no ganaba nada si le contaba, pero si no se lo contaba y su madre sí, quedaba como si le ocultaba cosas. Prefirió esperar, de todos modos la vería mañana y podría darle sus regalos.

Le llegó un mensaje del trabajo sobre el proyecto y luego de responderlo se dio cuenta de que le había llegado un mail, era de Jimena.

— ¿Por qué no me respondes los mensajes? — Decía el mail y Lucas recordó que la tenía archivada y silenciada en los chats.

Se apresuró a responderle por teléfono.

— Lo siento, de verdad estuve con la cabeza en otra cosa. — Le escribió.

— ¿Podemos vernos? — respondió ella inmediatamente.

Lucas ni siquiera lo pensó.

— No es buena idea.

— ok... — envió ella. — que te mejores.

Lucas no respondió, sabía que tenía que hablar con Jimena seriamente, después del cumpleaños de Nayla la citaría para decirle que no lo de ellos no iba más, que no quería volver a verla en otros términos que no fueran laborales.

Se sintió satisfecho por haber tomado la decisión, no era justo para Jimena estar esperando algo de él que jamás iba a suceder.


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Nota de la autora: Ya saben, lo de siempre, wattpad eliminó mi cuenta y perdí todo lo que tenía. Persisto sólo porque me hace increíblemente feliz subir lo que escribo y tener sus comentarios, y porque de cierta manera me presionan a darle final a mis historias, que hasta antes de ustedes quedaban inconclusas y olvidadas. 
Estoy considerando tomar otras medidas de backup, principalmente para aquellas historias que wattpad no quiere que suba a su plataforma, ¡pero eso será cuando termine esta historia! 

Las quiero! 

Besitos!

Nido de cigüeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora