42: Proyecto

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Se preparó para acostarse -otra vez- mientras la ansiedad la atacaba por dentro. Sentía su vientre tensarse e intentaba respirar profundo para calmarse. No estaba segura por qué estaba tan nerviosa, pero intuía que tenía que ver con la presencia de Lucas. Por un lado no quería verlo más y por otro lado lo necesitaba desesperadamente.

No quería dormir sola. En realidad no quería estar sola. Tenía miedo de que le pasara algo otra vez. Tenía miedo de que Lucas se fuera y la dejara sola.

— Tratá de descansar. — Le pidió él después de arroparla levemente, y le plantó un beso de buenas noches en la cabeza.

Nayla lo retuvo del brazo.

— ¿Te vas? Dijiste que te quedabas hasta que me durmiera — Insistió sin poder disimular la ansiedad.

— Me quedo en la sala, trabajando un poco más.

— Pero... — Iba a reclamar algo, pero no estaba segura qué cosa.

Lucas notó que estaba intranquila con la situación.

— ¿Querés que me quede acá hasta que te duermas? — Preguntó, haciendo con la mano un gesto que indicaba que ese "acá" se refería a la habitación.

Nayla asintió con la cabeza y le hizo un lugar en la cama, aunque ya era bastante grande de por sí.

Lucas se sorprendió al verla ofrecerle un costado de su cama, en realidad él pensaba trabajar un poco más después de responder la decena de mensajes que le había enviado Jimena, pero después de todo serían solamente unos minutos hasta que ella se durmiera y pudiera hacer lo que tenía pensado.

Se sacó los zapatos y los lentes, y se recostó en la cama, contra los almohadones de variados tamaños de la cama de Nayla.

— ¿Te querés tapar? — Preguntó ella, pero él se negó, realmente pensaba estar unos pocos minutos ahí.

Solamente quedó encendida una luz tenue y anaranjada de un velador dimerizable. El ambiente relajante, la cama blanda y la convicción de haber hecho todo lo que estaba a su alcance fue suficiente para que Lucas se quedara dormido instantáneamente, incluso mucho antes que Nayla, que harta de estar en la cama, se quedó despierta durante algún tiempo, pegada al cuerpo de él.

Se despertó dos veces en la noche para ir a orinar, pero él no se despertó. Y si bien se tentó de usar su breve periodo de libertad, volvió a la cama obedientemente, tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible para no despertarlo. Sólo falló la tercera vez, cuando al volver del baño y acostarse otra vez, despertó a Lucas.

Un poco de luz natural entraba por la ventana, lo suficiente para darse cuenta de que ya era de día.

— Me quedé dormido... — Se lamentó, incorporándose. Buscó su celular, que había estado toda la noche en modo silencioso, y comprobó que eran las ocho de la mañana, y que la decena de mensajes de Jimena se había multiplicado.

Se levantó de la cama y encendió la laptop, no podía perder ni un minuto más si quería llegar con los tiempos del proyecto.

Nayla reprimió su deseo de pedirle que se quedara en la cama con ella un poco más. Estaba aburrida de hacer reposo, pero no estaba segura de qué era lo que realmente quería hacer.

Lucas aprovechó el tiempo que tardaba la laptop en encender -que en realidad no era tanto- para ir a preparar el desayuno para ambos y contestar la cantidad infernal de mensajes de Jimena.

— Perdón. Estuve trabajando hasta tarde con el celular en silencio. — Respondió, mientras intentaba pensar en buscar una excusa para no verla ese día tampoco. — No pude avanzar casi nada con el proyecto, espero terminar hoy... si termino nos vemos a la noche. — Escribió, casi mecánicamente, pero luego se arrepintió, pero era tarde, ella ya había leído el mensaje y contestaba a toda velocidad.

— Podemos ir a cenar a un lugar hermoso que recomendaron en instagram. — Respondió luego de decirle buen día y de preguntarle cómo estaba, pura formalidad.

Ella envió el link del lugar a donde quería ir, pero Lucas lo ignoró.

— Si no llego a terminar hoy, vamos mañana. — Escribió, y vio que ella mandaba un audio y salió del chat rápidamente, para poder ignorarlo un poco más de tiempo.

Preparó malta con leche para ambos -para él y Nayla- y preparó tostadas con manteca y dulce de leche.

Nayla lo esperaba ansiosa, tenía hambre, y recibió las tostadas con alegría.

Lucas se sentó frente a la laptop para ingresar al servidor del proyecto y mientras le daba un sorbo a su taza, Nayla le preguntó si estaba enojado con ella. Se giró para verla, ella no parecía enojada, más bien demasiado tranquila. 

Nido de cigüeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora