El plan de Nayla era tan acertado que sólo necesitó unas horas para notar los resultados. Podía reconocer la desesperación en la mirada de cualquier hombre. Calculó que en una semana lo tendría rogándole otra vez que fuera su novia, y esta vez ella diría que sí.
Se fue a dormir satisfecha consigo misma, pero mientras se acomodaba -porque ya no era tan fácil dormir libremente con su panza así de crecida- oyó que el teléfono de Lucas sonaba.
Se incorporó inmediatamente y aguzó el oído. No podía escuchar nada de nada desde la distancia, pero sabía que alguien lo había llamado. Miró el reloj, eran casi las once de la noche, sólo podía ser una persona quien llamaba.
La llamada lo encontró trabajando, corrigiendo errores de código con un café instantáneo a su lado. Atendió lo más rápido que pudo para que dejara de sonar, aunque no tenía deseos de hablar con quien llamaba.
— Hola. — Saludó, en voz baja, mientras se apuraba a salir al balcón para no despertar a Nayla.
— ¡Hola! No me escribiste hoy... — Dijo del otro lado la voz de Jimena, en tono de reproche.
— Ah... es que... estuve ocupado todo el día, ya casi termino con la meta del proyecto. — Se disculpó, aunque no estaba seguro de por qué.
— Pero al menos podrías haberme puesto "ok" cuando leíste mis mensajes...
Lucas frunció el ceño, extrañado.
— ¿Qué mensajes? — Preguntó, más para sí que para ella, y abrió el chat con Jimena para observar que los últimos tres mensajes habían sido de ella, por la madrugada... y que estaban marcados como vistos aunque él jamás los había leído. — Lo siento, no recuerdo haber visto los mensajes, seguramente lo hice durante la madrugada y no me di cuenta. — Se disculpó.
— No pasa nada, me alegra saber que estás bien y que estás terminando el proyecto... ¿podemos vernos mañana?
Lucas miró la porción de ciudad bajo sus pies, había bastante movimiento a pesar de ser una noche fría de invierno en un día laboral. No podía mentirle que tenía que trabajar, especialmente porque le acababa de decir que estaba terminando con el proyecto.
— Mañana tengo que hacer... tengo una reunión con unos... unos compañeros de otro lado. — Mintió lo más rápido que pudo, aunque había titubeado tanto que era obvio que era una mentira.
— ¿Puedo acompañarte? — Insistió ella, sonaba tierna a la distancia.
— Es que te vas a aburrir, preferiría que no vinieras.
— Ok... ¡pero pasado mañana nos vemos! ...o voy a pensar que estás esquivándome. — Y soltó una risita.
— Para nada. — Mintió Lucas, y apretó fuerte los ojos, sintiendo en su propio cuerpo el impacto de la mentira.
Se despidieron y cuando Lucas cortó se aferró al borde del balcón. Soltó el aire que tenía acumulado en el pecho y una voluta de aire condensado se escapó de su boca, parecía humo.
Se preguntó qué iba a hacer con Jimena. Ya no le gustaba tanto como antes y sabía que la culpa era de Nayla, porque estaba convencido de que ahora ninguna otra mujer le iba a parecer suficiente después de haberla conocido a ella.
Pensó que en breve se terminaría su estadía con ella y eso le arrugó el corazón. ¿Qué iba a hacer cuando ya no tuviera excusas para verla a diario? Recién ahí Jimena parecía una opción, pero hasta que ese momento no llegara...
Un movimiento a sus espaldas lo hizo girarse, pero a la vez su celular vibró en su mano. La distracción momentánea por la vibración hizo que no viera a Nayla espiarlo a través del ventanal, que se escabullía de vuelta a la cama.
Miró el teléfono. Era un mensaje de Jimena.
— Cuando puedas buscá la canción. — Decía. No tenía idea a qué se refería y tampoco tenía ganas de preguntarle, iba a ignorar el mensaje en la barra de notificaciones.
Entró al apartamento y volvió a la computadora, tenía que terminar y no iba a volver a levantarse de la silla hasta que eso no sucediera.
En su habitación, Nayla calmaba su respiración acostada en la cama, por si tenía que fingir estar dormida. No había podido escuchar nada de la conversación, pero sabía en su interior que había sido una llamada de esa otra mujer. Necesitaba salir de la duda ya mismo, ¿pero cómo?
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Nido de cigüeña
RomanceNayla está embarazada y no sabe quién es el padre... aunque tampoco le importa. Lucas no tiene suerte con las mujeres y eso lo hace sentirse desdichado. Un mal entendido los hace conocerse y hacer un pacto para matar la soledad de ambos 🚫LECTURA P...