76: Supersticiones

178 18 3
                                    

— ¿Es verdad que trae mala suerte regalar algo antes de los tres meses? — preguntó Lucas en la pizzería a Nayla, que luchaba con el queso de su porción de pizza, era tan elástico que parecía poder estirarse durante unos cuantos metros antes de cortarse.

Nayla asintió con la cabeza, intentando que el queso se cortara, pero se resignó a tener que apoyar la porción de pizza en el plato y romper el queso con los dedos para poder masticar y tragar la deliciosa porción de una de las mejores pizzerías de la ciudad.

— Dicen que trae mala suerte, algunas mujeres son muy supersticiosas, ¿por? — hablaba sin mirarlo, buscando con la mirada una servilleta para limpiarse los dedos.

Lucas le ofreció una servilleta de papel y a Nayla se le iluminaron los ojos, se limpió los dedos engrasados y la boca brillante y volvió a preguntarle a Lucas por qué preguntaba eso.

— Es que le compré un conjunto de recién nacido a Jimena y me dijo que era de mala suerte y que no se compraba nada antes de los tres meses. — Lucas no tenía mucha hambre, apenas si había comido una porción de pizza y nada más.

— ¿A ver qué le compraste? — preguntó Nayla, curiosa.

Lucas le mostró el conjunto completamente blanco, y Nayla puso cara de que le gustaba mucho.

— Bueno, si ella no lo va a usar lo podemos usar nosotros. — resolvió rápidamente, encantada con el conjunto.

— ¿Qué tipo de mala suerte puede traer? — preguntó, realmente preocupado por esa superstición o mito popular o leyenda urbana, que sentenciaba una "mala suerte" para un regalo antes de los tres meses de embarazo.

— La verdad que no sé... — admitió Nayla. — ¿Por qué no te fijas en internet? — preguntó, y tomó la porción de pizza que aún había en su plato para terminarla.

Nayla tenía razón, y puso en el buscador las palabras: "mala suerte - embarazo - tres meses". El primer resultado fue sobre mitos relacionado al embarazo, casi todos relacionados con el sexo del bebé, pero entre esos estaba el que había mencionado Jimena: "Anunciar el embarazo o comprar artículos para el bebé antes de los 3 meses trae mala suerte." Ahí estaba, "mala suerte" pero ¿qué tipo de mala suerte? No lo explicaba.

Volvió al buscador y entró en una nota -que parecía bastante seria porque era de la BBC- que se llama "La regla de los tres meses". Miró por arriba la nota, era bastante larga para leerla ahí, y la guardó para leerla más tarde.

— ¿Encontraste algo más? — preguntó Nayla, que masticaba con dificultad el enorme bocado de pizza que tenía en la boca.

Lucas negó con la cabeza y bebió de un trago su bebida gasificada. Estaba preocupado o quizás intranquilo, y no estaba muy seguro de por qué.

Después de cenar volvieron al apartamento, Lucas seguía pensativo, y Nayla comenzaba a preocuparse.

— ¿Qué pasa? ¿Estás preocupado por Jimena? — preguntó ella, mientras caminaban de vuelta al edificio.

— Un poco. — admitió. — De verdad no la vi bien.

Nayla frunció los labios, no quería admitir que en realidad no estaba de acuerdo con lo que iba a decir.

— ¿Por qué no pasas la noche con ella? Si te necesita es mejor que ya estés ahí.

Lucas sopesó el ofrecimiento de Nayla.

— Mejor le escribo. — reconoció, y rápidamente escribió un mensaje para Jimena que le preguntaba cómo estaba y si necesitaba algo.

Jimena solía responder rápidamente, pero esta vez no fue el caso.

— Quizás está durmiendo, si estuvo tan mal durante el día quizás ahora se siente un poco mejor y duerme. — intentó Nayla, y a Lucas le pareció algo posible.

Llegaron a su apartamento y Nayla fue a bañarse al apartamento de su madre, y mientras Lucas la esperaba leyó la nota que había guardado.

Aquella nota no ahondaba directamente en por qué traía mala suerte regalar algo antes de los tres meses, pero decía que muchas personas creían que "era mejor no compartir la noticia hasta pasado el primer trimestre por si algo "sale mal" y el embarazo no llega a término."

Entonces, aquella "mala suerte" estaba involucrada con un aborto espontáneo.

La nota en sí era bastante dura, hablaba sobre lo difícil que era hacer un duelo cuando pocas personas -o ninguna- sabían de la existencia de esa pérdida. Que no contar que se había estado embarazada implicaba no poder contar sobre el aborto espontáneo, y que esa regla tácita de no mencionar un embarazo antes del tercer mes (o después del primer trimestre, que en fechas era lo mismo) era pura y exclusivamente para no tener que hablar sobre una posible pérdida de ese embarazo, de ese bebé.

Lucas observó la bolsa con la ropita que había comprado hacía unas horas y que Jimena había rechazado amargamente. ¿Y si él era el culpable de aquello?

No, no podía ser, principalmente porque no había pasado. 

Nido de cigüeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora