CAPITULO 31 - LO QUE REALMENTE IMPORTA

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Carol abrió los ojos. Estaba boca-arriba en su cama, en su apartamento. Enfocó la mirada a lo único que tenía a la vista desde ahí: el techo. Estaba muy relajada. Por primera vez en mucho tiempo había conseguido dormir toda la noche; y lo que es más, no había tenido ningún sueño o pesadilla. Por primera vez en mucho tiempo, su mente realmente había descansado.

Notó una respiración a su lado. Giró la cabeza y allí estaba él: Thomas Shelby.

Recordó lo que había ocurrido la noche anterior. Una completa locura. Se escurrió de la cama intentando no despertar a Thomas, quien parecía dormir plácidamente, y se fue al baño.

Se aseó y se vistió, con un vestido color caqui, de corte sencillo, mangas cortas y con botones en todo el frontal. No era lo habitual en ella, pero a veces le apetecía usar otro tipo de ropa; y ese día era una de esas veces. Caminó hasta el aparador de la cocina y puso a hervir agua en la tetera.

Thomas se despertó. Abrió los ojos y miró a su lado, buscando a Caroline, pero no estaba en la cama. Miró a su alrededor y finalmente, localizó a Carol en la cocina, preparando algo. Parecía llevar un rato despierta; incluso ya se había puesto la ropa. Un vestido verde muy bonito, pensó. Lo cierto era que se ajustaba perfectamente a su figura, Thomas se deleitó con la vista. Se incorporó y cogió su camisa del suelo. Se la puso y, mientras caminaba hacia la cocina, se abotonó uno a uno los botones.

Caroline notó algo de movimiento y al girarse, encontró a Thomas tan sólo a unos pasos de distancia. Al verlo, no pudo evitar sentir que su corazón latía con más fuerza.

-Buenos días...-dijo él acercándose aún más.
-Buenos días...-respondió ella algo nerviosa.
-Te has levantado muy temprano...-le dijo él.
-No podía seguir en la cama...-respondió, y notó la mirada de Thomas sobre ella-. pero tranquilo, pude dormir bien...-le informó y no pudo evitar sonrojarse-. De hecho, hacía mucho tiempo que no dormía así de bien...-continuó. No quería que Thomas pensara que se había levantado por sentirse incómoda a su lado. Aunque por otra parte, tampoco pensó que a él realmente le importara.
-¿De verdad? ¿Sueles dormir mal?-preguntó Thomas con curiosidad.
-Sí...creo que no he dormido ni una noche entera desde que estoy en Birminghan...-dijo ella.

Thomas se quedó en silencio, pensativo.

-¿Te importa si me aseo un poco?-le preguntó él educadamente. Caroline agradeció mentalmente que Thomas no quisiera saber más sobre aquellas noches tan malas que había estado teniendo.
-No, en absoluto....adelante....-le contestó ella.

Thomas se dirigió al baño, donde se lavó las manos y el rostro. Se secó con la toalla que reposaba sobre una silla de madera junto al lavabo; y cuando estaba a punto de volver a la cocina algo llamó su atención. Se acercó a una mesita de patas largas que estaba junto a la bañera, y observó la botella y las cajas metálicas que descansaban sobre ella. Lo observó en silencio. Aquellas cajitas metálicas con letras chinas en el exterior le habían llamado demasiado la atención. Sabía perfectamente qué eran aquellos productos.

Salió y caminó hasta la cocina.

-¿Un té?-le ofreció ella extendiendo el brazo con una taza.

Él la aceptó gustosamente.

-¿Te has puesto un vestido?-apuntó tras darle un pequeño sorbo a la taza.
-Pensaba que jamás dirías nada al respecto...-bromeó ella.
-Estás muy guapa...-dijo Thomas, y ella notó cómo su corazón bombeaba su sangre con alegría.
-Gracias...-dijo con algo de timidez. Aún no se acostumbraba a esa cercanía con Thomas. Era algo extraño y difícil de digerir.

Thomas soltó la taza de té sobre la mesa y se acercó aún más a ella. Con una de sus manos tomó su cabeza y después de echarle un vistazo con detenimiento, la besó en los labios. Tierna y dulcemente. Ella le siguió el ritmo de sus besos y Thomas pareció acelerarse.
La arrinconó contra el mueble de la cocina y la agarró para sentarla sobre él. Sus besos eran cada vez más húmedos y sus labios estaban cada vez más resbaladizos...tal y como lo estuvieron la noche anterior...

Un Amor NocivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora