CAPITULO 14 - DUKE

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Entre el Bullring y el Barrio Irlandés (Irish Quarter) se encontraba aquella pequeña comunidad China. Llamado por muchos Chinatown, el barrio chino (Chinese Quarter), era una zona vibrante y llena de alboroto. Caroline nunca había entrado en ese barrio con anterioridad, si bien, había oído hablar de él, nunca había tenido la oportunidad de conocerlo.

No hacía tanto había estado en la estación de tren, que ahora había visto, quedaba cerca de este barrio. La New Street Train Station, era imponente, y nada más verla un escalofrío le recorrió el cuerpo al recordar su viaje a Londres.

Se sacudió el malestar y se adentró en las calles, observando los negocios, clubes y lavanderías de la zona; todos ellos regentados por la comunidad china. Se sentía algo incómoda allí, porque todo era un verdadero desastre: las calles sucias, olores indescriptibles, gente que la observaba de una forma extraña...

Decidió concentrarse en seguir a Duke, que parecía caminar mucho más decidido que ella. Con seguridad, él había estado allí antes y conocía bien la zona. Entró en un local y ella se aventuró a seguirlo.

Aquel sitio era cuanto menos pintoresco, ella no había estado antes en un lugar así. Por un segundo pensó que había perdido a Duke de vista y tuvo que acelerar el paso. Un pasillo estrecho, mujeres asiáticas ligeras de ropa en una esquina y otra...aquello probablemente era un club de alterne.

Había biombos separando zonas en las que escuchaba a mujeres y hombres exhalar su placer. No pudo evitar ponerse algo tensa, y un rubor alcanzó sus mejillas. Vio a Duke subir unas escaleras de madera, con unos escalones tan estrechos y tortuosos que daba vértigo sólo mirarlos...

Subió con cuidado, y al alzar la vista Duke no estaba. Había subido mucho más ágilmente que ella, no cabía duda. Al llegar al rellano de la planta superior, se vio sobrecogida por un penetrante olor que no supo reconocer. Por un momento le recordó al olor de café recién molido o quizás al caramelo de regaliz. Una nube de humo invadía todos los rincones de ese pasillo y aquel olor le estaba empezando a resultar algo molesto, aunque no era del todo desagradable. Sacó un pañuelo de su traje y se lo puso sobre la nariz. Caminó por el brumoso pasillo y vio unas cuantas habitaciones con las puertas entornadas. Con sólo una fugaz mirada pudo despejar las pequeñas dudas que tenía al respecto...aquello era un fumadero. El olor penetrante era el humo del opio, ahora lo tenía bastante claro. Nunca lo había olido por sí misma, ni había visto un fumadero antes...aunque sí había escuchado hablar de esa droga y de aquellos lugares a los que hombres y mujeres iban a fumar.

Hombres tumbados en divanes, como si hubieran caído allí mágicamente desde un árbol...algunos incluso estaban tumbados en el suelo... ¿Qué hacía Duke allí? No lo veía en ninguna de las habitaciones, aunque había una última habitación con la puerta cerrada y un par de hombres en custodia. Sólo podía pensar que había entrado allí, ¿Qué habría detrás de aquella puerta?

Estaba empezando a notar su cuerpo algo cansado, así que decidió salir de allí y volver a su apartamento. El humo probablemente le había afectado un poco, pues no tenía fuerzas para continuar con aquello y tampoco pensaba que pudiera llegar muy lejos con aquellos dos hombres custodiando la puerta.

Salió a la calle y tomó una bocanada de aire fresco. Eso fue de gran ayuda. El aire frío en la cara le hizo volver a despertar todos sus sentidos. Respiró hondo recuperando algo de energía.

Caminó para regresar sobre sus pasos y seguía recibiendo miradas extrañas de los ciudadanos del barrio, así que decidió acelerar para salir de allí cuanto antes. Al fin y al cabo era una mujer y estaba sola en un barrio desconocido para ella.

Llegó a su apartamento, después de un largo y tranquilo paseo por el centro de la ciudad. Subió las escaleras y cuando estaba introduciendo las llaves en la cerradura de la puerta, notó cómo alguien la abordaba. La agarraron del brazo y la giraron con brusquedad, poniéndola espalda contra la pared.

Un Amor NocivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora