CAPITULO 41 - NAVIDAD

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Caroline aparcó su vehículo en una calle vecina a la de su apartamento. Caminó calle abajo y subió las escaleras. Tras cerrar la puerta dejó su abrigo sobre una de las sillas del comedor y resopló, recordando lo que Ada le había dicho en la cena. Aún no podía creerlo, y lo que más le sorprendía era estar tan enfadada al respecto. En ese momento, llamaron a la puerta.

En un principio se extrañó, pero después pensó que quizás Thomas había venido tras ella, cómo lo hubiera hecho en otras ocasiones. Abrió la puerta sin temor alguno, y se sorprendió al ver al inspector Davies allí de pie frente a ella.

-Rob...-dijo sorprendida-...inspector Davies...-se autocorrigió.
-¿Esperaba a otra persona?-preguntó él audazmente.
-¿Qué? Claro que no....es sólo que...no esperaba a nadie en absoluto...-contestó ella.

Estaba mintiendo. En su interior hubiera querido ver a Thomas tras aquella puerta.

-¿Puedo pasar?-preguntó él apuntando con su dedo hacia el interior de la vivienda.

Ella dubitó durante unos segundos antes de contestar...no entendía qué hacía Robert en Birmingham y, mucho menos, en su apartamento a aquella hora.

-Claro....¿Por qué no?-dijo finalmente echándose a un lado para hacerle paso.

Robert entró y Carol cerró la puerta tras de sí. Él echó un vistazo a su alrededor, parecía estar inspeccionando el lugar.

-¿Ocurre algo?-preguntó Carol intentando sonar lo más casual posible, pero notaba a Robert algo intrusivo, y no le estaba gustando demasiado.
-No, claro que no. Sólo pasaba por Birmingham de camino a Liverpool y pensé en parar a verla, para comprobar que todo va bien...-dijo y se acercó a ella.

Hubo algo en la forma en que la miraba que no agradó a Caroline.

-Todo va bien, inspector Davies... en unos días iremos a Liverpool a por las armas de los Williams...y terminaremos con la misión....todo va sobre ruedas...-contestó ella.
-En realidad, quería saber si tú estás bien...-dijo tuteándola y volvió a acercarse.

A Carol se le puso la piel de gallina. ¿Ahora le importaba su estado? ¿Después de todo lo que ya sabía que le había pasado y de no haber hecho absolutamente nada al respecto?

-Estoy bien.-dijo ella de forma seca y concisa.

Robert se acercó y posó su mano sobre la cintura de Caroline. Ella se deshizo del agarre y dio unos pasos atrás.

-¿Qué estás haciendo?-preguntó inquieta, y también perdió las formalidades.
-¿Me creerías si te dijera que te echo de menos?-preguntó Robert.

Caroline no esperaba algo así, pero no le importaba en absoluto lo que él tuviera que decirle.

-Lo cierto es que no...-contestó con sinceridad.

No podría creer nada que aquel hombre le dijera, no después de lo que había vivido a su lado.

-Pues es cierto...-dijo y volvió a aproximarse para tomarla del brazo.
-Aléjate de mí...-dijo ella revolviéndose-. ¿Y tu prometida? ¿Ya te has olvidado de ella?-se atrevió a preguntarle.
-Ella no tiene por qué saberlo...-dijo sin más.
-Muy romántico, Robert...-dijo sintiendo asco hacia aquella persona que tenía delante.
-No entiendo por qué te pones así, no pareces hacerle asco a los demás...-y fue con aquella frase con la que Carol sintió unas irremediables ganas de abofetearlo. Pero no lo hizo.
-Es tarde, creo que debería continuar su camino, Inspector Davies...-caminó hacia la puerta y la abrió de par en par, y suplicó hacia sus adentros para que Robert se fuera sin poner objeción alguna.

Robert caminó hacia la puerta, y se detuvo justo frente a Caroline para mirarla cara a cara. Soltó una breve risa.

-Nos vemos en Liverpool, Caroline...-fue todo lo que dijo antes de continuar su camino.

Un Amor NocivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora