CAPITULO 46 - BAJO EL MISMO TECHO

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Thomas y Caroline permanecieron tumbados sobre la hierba mirando al cielo y abrazados por un rato, hasta que sus cuerpos se enfriaron y comenzaron a notar el frío. Se pusieron en pie y recuperaron su ropa, para a continuación, subirse al coche. De vez en cuando cruzaban sus miradas y unas leves sonrisas aparecían en sus rostros.

Thomas se sentó en el asiento del conductor y Caroline, a su lado, en el asiento de copiloto. Hubo unos segundos de silencio. Thomas echó las manos sobre el volante, pero no hizo nada más. Parecía absorto en sus pensamientos, cuales quiera que fueran.

-¿Qué va a pasar ahora?-Caroline preguntó rompiendo el silencio.
-Nos vamos a casa...-contestó Thomas.
-Tendré que volver a alquilar el apartamento...y ni siquiera tengo mi equipaje conmigo, no sé qué habrá sido de él...-comentó Caroline en tono casual.
-Te vienes conmigo...-dijo Thomas aún con la vista al frente.

Caroline lo miró con sorpresa.

-¿Contigo a...?-empezó a lanzar la pregunta pero no la pudo finalizar.
-A mi casa...-finalizó Thomas por ella.
-No puedo irme a vivir contigo.-rió ella como si fuera una locura.
-¿Por qué no?-preguntó Thomas esta vez mirándola.

Caroline vio algo en sus ojos que no había visto antes. Un brillo especial, una alegría que había dejado de estar reprimida, un ápice de esperanza... ¿Cómo iba a decirle que no a aquellos ojos?

-Está bien...me quedaré en tu casa de momento, gracias por el ofrecimiento...-le dijo con una sonrisa.
-Y no te preocupes por tu equipaje...-dijo Thomas arrancando el motor del coche-. Seguro que podemos comprar más de esos aburridos pantalones...-bromeó.

Caroline rió mientras Thomas comenzaba su conducción de camino a su casa en las afueras de Birmingham.

Llegaron a la casa de Thomas, y ya era noche cerrada. No se oía ni un alma. Bajaron del coche y caminaron hacia la entrada. Caroline no estaba muy cómoda, la última vez que estuvo allí fue en Nochebuena y lo primero que le vino a la mente, fueron los comentarios de Ada, y la presencia de Lizzie.

-¿Estás bien?-le preguntó Thomas despertándola de sus pensamientos.
-Sí...-susurró ella, aunque no sonaba muy convencida.

Thomas abrió la puerta y entraron al interior. Una vez dentro, Thomas se quitó el abrigo y lo dejó en el perchero. Tomó el abrigo de Carol e hizo lo mismo.

-Venga, vamos a dormir...estoy agotado...-dijo Thomas comenzando a subir las imponentes escaleras de la casa.

Carol lo observó y recordó aquel momento que vivió en su despacho, y Thomas acabó echándola de su casa a gritos. Suspiró al recordarlo...habían pasado tantas cosas entre ellos, que era difícil no encontrar algo que le evocara alguna situación pasada, ya fuera buena o mala.

-Caroline...-era la tercera vez que Thomas la llamaba, pero era la primera que ella escuchaba. Seguía con la mente en otra parte-. ¿Vamos?-le preguntó esperándola.

Finalmente Caroline se puso en movimiento y subió los escalones, dando alcance a Thomas. Entraron en el dormitorio y Thomas comenzó a quitarse la ropa. Se dejó únicamente la ropa interior y se tumbó sobre la cama. Caroline lo observaba sin saber qué hacer.

-Venga, vente a la cama...-dijo él, pero todo aquello le estaba resultado demasiado extraño a Caroline.

Nunca había estado en esa situación con un hombre, esa intimidad que se reserva para la alcoba. Se había acostado con alguno, había tenido relaciones amorosas cortas, pero dormir en la misma cama, bajo el mismo techo...eso era algo nuevo. Al menos, sin ser obligada. Lo que había compartido con Jonas no era comparable.

-¿Dormiremos en la misma cama?-preguntó aún sin decidirse a acercarse.
-Claro, no veo por qué no...creo que ya hemos compartido bastantes momentos íntimos como para no poder compartir una cama...-dijo-. No es más que un mueble...-añadió sin darle mayor importancia.

Un Amor NocivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora