Capítulo 3

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VERONICA

—Ya me voy —dice mi primo —.¿Quieres qué espere contigo a qué Silas llegue?

—No te preocupes, estaremos bien. Ve a casa.

—Bien, pero mándame un mensaje cuándo llegues a tu casa.

—Bien.

Sebastián mira a Blakgelus.

—Nos vemos después pequeño diablo.

—Adiós tío.

Mi primo se retira del restaurante y me deja sola con Blakgelus. Según el mensaje que Silas me ha mandado hace unos minutos él ya viene hacia acá así que tengo que esperar pacientemente.

—¿Tienes hambre pequeñito? —llevo mi mirada hacia mi hijo —. Puedo prepararte algo en lo que tu papá llega.

—No tengo hambre mami —me dice —. Estoy bien.

—¿Seguro? —le pregunto y él asiente con la cabeza —. Bien ¿Tienes todas tus cosas?

—Deje mi mochila en la cocina.

—¿Tu mochila? Bien, espera aquí yo voy por ella.

Camino hacia la cocina, entro y veo la mochila azúl de mi hijo sobre la mesa.

Me acerco a ella, tomo la mochila y después voy hacia la salida.

—Aquí está...

Dejo caer la mochila al suelo al ver a mi hijo en el suelo sin conocimiento.

—¿Blakgelus? ¡Blakgelus! —corro hacia él.

Me arrodillo al lado de mi hijo, lo tomo en mis brazos y lo recargo en mi pecho.

—¡Blakgelus! ¿Qué te pasa? ¡Despierta!

No funciona, él no reacciona.

—¡Blakgelus!

—No te preocupes niña, solamente está tomando una siesta muy agradable —dice una voz femenina.

No puede ser, esa maldita voz la tengo perfectamente grabada en mi memoria.

Llevo mi mirada hacia el lado izquierdo y me encuentro con la madre de Caspian sentada tranquilamente en una de las mesas.

—A pasado tiempo Van Helsing... ¡Oh es verdad! Que ahora eres una Tepes. Déjame darte mis felicitaciones por unirte a la familia —dice.

—Valeska...

—¿No me han extrañado? Yo si los he echado de menos a todos ustedes.

—¿Qué demonios le hiciste a mi hijo?

—Solamente lo puse a dormir, es un niño demasiado lindo y muy adorable —responde —. Debes de estar orgullosa, tendrás a un hombre muy guapo en unos años. Definitivamente es el hijo de Silas, tiene absolutamente todo de él, que mal que los hijos de lleguen a parecer más al padre que a la madre. Eso siempre se me ha hecho injusto. Mírame... mi hijo saco más la personalidad de su padre, demostro ser un maldito débil al dejarse engatusar de nuevo por tu madre. He escuchado que ahora jugan a la casita en Londres, mira que son bastante ridículos.

—¿Qué es lo qué quieres?

—Cariño, hace años dejamos un juego incompleto. Tenemos que terminarlo.

¿Aún quiere la corona? Definitivamente es una completa loca.

—Finalmente después de años y años de búsqueda he conseguido el arma perfecta que me ayudara a destruirlos a todos ustedes —la vampiro se pone de pie y se comienza a acercar —. Debo de admitir que fue bastante complicado encontrar todas las piezas de esa arma, pero al final... yo siempre consigo lo que quiero.

—¿Arma?

—Oh tranquila Veronica, pronto la podrás ver en acción. Solamente necesito algo de ti, algo que es sumamente necesario para que todo pueda comenzar.

—¿Y qué es lo qué puedes querer de mi?

—A tu hijo.

—¿Mi hijo? No, no te le vas a acercar jamás maldita enferma.

Ella muestra una sonrisa burlona.

—No te estaba pidiendo permiso ¿Sabes lo qué tienes en tus brazos? Tienes al ser más poderoso de todos los tiempos, tu hijo es más de lo que pensábamos. Él es un verdadero Dios.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Tu hijo... tiene habilidades más allá de todo lo que se entiende de esté mundo. Él es una verdadera arma viviente, una bomba de tiempo que puede llegar a destruir todo si explota.

—¿Nuevamente dirás qué es peligroso? Mi hijo no es un monstruo, él es bueno.

—Aún...

—No te lo voy a dar.

Valeska aparece junto a mi.

—No estás en condiciones de negarte.

Me toma de la ropa, me hace levantarme y después me lanza contra una de las mesas.

Caigo sobre ella, ruedo hacia el suelo y caigo.

—He tenido que esperar demasiado, ya no estoy dispuesta a hacerlo Veronica.

Intento levantarme pero nuevamente caigo debido al dolor.

—Tu hijo...—veo cómo ella toma a Blakgelus en sus brazos —. Me ayudara bastante en mi venganza, gracias a su inimaginable poder...—me mira —Todos ustedes serán destruidos, no tendré rival alguno.

—No lo toques...

—Debieron de haber sido inteligentes, si no querían que nada de esto pasará... no lo debieron de haber engendrado nunca. Su misma estupidez será la responsable de su final.

—Blakgelus...

—Fue un verdadero placer volver a verte Veronica, disfruta tus últimos momentos cómo reina de los vampiros. Ya que una ves que tu hijo me ayude con mi arma, no quedará ni un solo rastro de la familia Tepes. Todos ustedes desaparecerán por completo del mapa.

Valeska camina hacia la salida.

—¡No te lo lleves! ¡Valeska! ¡Es un niño!

—Es un monstruo cariño.

La vampiro abandona el restaurante.

—¡Blakgelus!

Mi vista se comienza a volver borrosa, todo me comienza a dar vueltas y después todo se transforma en una total oscuridad.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora