Capítulo 22

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SILAS

—Esto ya tiene que ser una broma —le digo al novio de Alaric mientras todos nos encontramos reunidos en el gran salón del palacio —. ¿Hadas? ¿Enserio?

—Es lo que encontré, las hadas también forman parte de la larga lista de seres sobrenaturales que existe —dice él.

—¿Qué otra cosa has averiguado?

—Solamente las hadas, es un poco difícil traducir. No confío mucho en la información de internet. Seguiré trabajando en el bestiario.

Hadas, hombres lobo, brujas y sirenas. Esa lista va en aumento, seres con demasiado poder han estado viviendo en nuestro mundo bajo nuestras propias narices por más de un siglo y no nos habíamos dado cuenta. El poder que ellos poseen puede ser demasiado destructivo para el mundo vampiro y el humano. Necesito saber que más se enciende allá afuera para poder hacer algo al respecto.

Si el consejo de vampiros y el gran consejo de enteran de todo esto, las cosas se volverían demasiado complicadas.

Ellos no escucharían razones y tratarían de encontrar a todos esos poderoso seres para contenerlos a su modo.

—Entonces ve a hacerlo a la biblioteca, ahí nadie te molestará. Necesito que me digas que otras cosas están allí —le digo.

Él asiente y después sale del lugar acompañado por mi hermano Alaric.

—Hijo, tienes que controlarte un poco —me dice mamá —. Has estado sujeto a mucho estrés últimamente.

—¿No se dan cuenta? Hay seres con demasiado poder allá afuera ocultos. Necesito saber que clase de seres sobrenaturales existe realmente y cuántos —le respondo a mi madre.

—Pero sabes que eso va a tomar tiempo, Sebastián está haciendo todo lo que está en sus manos por traducir correctamente todo lo que está escrito en ese libro.

—Lo sé...

—¿Has sabido algo de Veronica? —me pregunta mi hermana Elizabetta mientras tiene a Blakgelus durmiendo en sus piernas —.¿Te ha llamado?

—No —digo —. No he podido hacerlo, he estado tratando de cuidar a mi hijo correctamente. Aún Van Helsing está suelto y eso me ha mantenido ocupado.

—Recuerda que le prometiste a Veronica no buscarlo —dice mi otra hermana.

—Lo sé, hasta ahora lo he cumplido hermana. No te preocupes. También quiero darle su espacio, no debe de ser nada fácil encontrar algo en la organización de cazadores.

Él no obtener nada que pueda ayudar realmente me está matando. Soy el rey vampiro más inútil de todos seguramente.

—¿Has leído el diario de Vlad el Dragón? —pregunta la Gran Anciana.

—Un poco, antes de venir al palacio lo leí.

—¿Y qué otros poderes puede tener Blakgelus?

—Bueno... tiene mi don y el de controlar la electricidad. Entre los poderes que el Dragón registró en su diario, Blakgelus también puede crear rosas místicas, cambiar de forma y controlar el agua. Solo paso en decir algunos, es una lista larga.

—¿Tanto así?

—Si Gran Anciana.

—Vaya...—ella deja su taza de té sobre la mesa de centro —. Entonces esté pequeño definitivamente es demasiado poderoso —ella lleva su mirada hacia mi hijo —Blakgelus en definitiva puede cambiar el mundo, darle un nuevo comienzo a todo lo que conocemos desdé hace siglos.

—Puede hacerlo, pero el consejo no lo permitirá. Si se enteran de que otro dhampire está en el mundo entonces ellos vendrán por mi hijo para encerrarlo tal cómo el Dragón hizo con su nieto hace siglos o aún peor... ellos podrían matarlo sin importarle que Blakgelus sea un niño.

—El consejo puede ser demasiado estricto, pero no creo que sean capaces de llegar a lastimar a un pequeño —comenta Katherine.

—Ellos no lo verán cómo un pequeño hermana, ellos lo verán cómo lo que es —le digo —. El segundo dhampire, un poderoso híbrido que puede destruir todo en cualquier momento.

—Eso es ridículo —dice mi madre —. Él no haría jamás eso, mi nieto es un amor.

—No quiero arriesgarme —respondo.

Volteo hacia la ventana del gran salón.

—Es tarde ya —comento para luego ponerme de pie —. Tengo que irme a casa.

—Es muy noche para que conduzcas hasta allá con Blakgelus cariño —dice mamá —.¿Por qué no se quedan está noche aquí? Tu habitación aún sigue igual, puedes usarla.

—Has caso a lo que tu madre está diciendo Silas, no es recomendable ir solo por la carretera de noche. En especial con ese cazador Van Helsing rondando. Podrías poner en peligro a tu hijo si lo haces —comenta la Gran Anciana —. Además... Blakgelus está profundamente dormido, no puedes despertarlo. Pasa aquí la noche.

—Lo haré —asiento con la cabeza.

Me acerco a dónde se encuentra mi hijo y lo cargo en mis brazos con demasiado cuidado.

—Yo los acompaño hasta la habitación —mamá se pone de pie.

Me despido de todos los demás y después abandono el lugar en compañía de mi madre.

Hacia demasiado tiempo que no me quedaba a descansar en el palacio, me he desacostumbrado demasiado a su ambiente desdé que me mudé con Veronica.

Se siente bien estar de nuevo entre sus paredes.

Subimos al segundo piso del castillo, llegamos a la que era mi antigua habitación, camino hacia la cama con mi hijo en mis brazos y con cuidado lo dejo sobre la cama para que duerma más cómodo.

—Si que tiene el sueño demasiado pesado —mamá lo tapa con una pequeña manta —. En eso se parece a ti. También tenías el sueño pesado cuándo eras un niño.

—¿Así?

—Si, también eras un llorón.

Me rio.

—Blakgelus se parece demasiado a ti, es tu vivo retrato —me dice —. Solo espero que cuándo crezca tenga la personalidad de su madre.

—¿Y eso por qué?

Ella me mira.

—Por que el mundo ya tiene suficiente con un Silas Tepes —dice tranquila.

—Auch...

Mamá se me acerca y deja un beso en mi mejilla derecha.

—Eres un buen hombre cariño, un buen marido y un buen rey para los vampiros. Pero sobre todo... eres un buen padre.

—Gracias por decirme eso mamá, en estos días he estado dudando sobre ser un buen padre.

—Estos últimos días han sido demasiadas complicados, en especial desdé que Van Helsing volvió de entre los muertos. Pero no dejes que nada te haga dudar de ti mismo Silas.

—A veces pienso en que... si... mi hijo pensara que soy un buen padre.

—Lo hace cariño, de eso no tengas la menor duda. Para Blakgelus tu vales cien puntos —me muestra una sonrisa —. Tú eres su modelo a seguir, para Blakgelus tú eres su héroe.

—Gracias mamá.

—De nada hijo, nos vemos mañana.

—Si.

Ella se retira de la habitación.

Me le acerco a mi pequeño y le doy un beso en la frente.

—Descansa pequeño dragón —le susurro.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora