Príncipe Vampiro: El Despertar

Capítulo 11

VERONICA

Blakgelus está más a animado el día de hoy, ha recuperado su sonrisa y en lo que va del día no ha dormido para nada. Hoy no ha hecho otra cosa más que jugar con su papá en el jardín.

Y por lo que puedo observar por la ventana ambos la están pasando bien, Silas parece un niño pequeño. Amo verlos de está manera a los dos, están creando un vínculo demasiado fuerte.

Tal cómo esperaba, Blakgelus es más apegado a su padre.

—Veronica me alegra verte —escucho la voz de mi primo.

Dejo de mirar por la ventana y doy vuelta.

El vampiro se encuentra delante de mi con un libro en sus manos.

—Sebastián, hola.

—¿Dónde está Silas?

—Afuera, está jugando con Blakgelus.

—Necesito hablar con los dos, es urgente.

—¿Urgente? —lo miro confundida —.¿Qué está pasando?

—Lo diré cuándo estén los dos.

—Ese libro... ¿Es el qué encontraron?

—Si, y tal cómo pensábamos no es un libro normal.

Llamo a Silas, él deja de jugar con nuestro hijo y se adentra en la casa mientras que Blakgelus de queda en el jardín.

Sebastián se encuentra demasiado serio, es raro que se ponga así por algo. Me estoy comenzando a sentir demasiado nerviosa.

—¿Qué es lo qué está pasando? —le pregunta mi marido a mi primo.

—He traducido algunas páginas del libro.

—¿Y qué?

—El idioma en el que fue escrito es en latín antiguo, una lengua muerta en la actualidad. Esté libro tiene demasiados años, incluso me atrevería a decir que siglos.

—¿Y qué averiguaste? —lo cuestiono.

Sebastián abre el libro y nos muestra una de las páginas.

En ella viene el dibujo de una mujer con cola de pescado, tiene garras afiladas y su cuerpo parece estar cubierto por escamas.

—¿Qué es? —Silas mira confundido el dibujo.

—Una ventus.

—¿Una ventus? ¿Qué es una ventus?

—Prima... ventus es la traducción al latín de sirena.

—¿Sirena?

—Si, esté libro contiene un sin fin de criaturas, criaturas sobrenaturales. Esté libro no es más que un bestiario, un libro que posee una descripción detallada de esas criaturas, sus poderes y  sus debilidades.

—¿Un libro de criaturas sobrenaturales? ¿Por qué Van Helsing tendría esto? —Silas suena confundido.

—Chicos... creo que ignoramos demasiado del mundo durante todos estos años.

—¿Qué quieres decir con eso Sebastián? —cuestiona el rey de los vampiros.

—Digo que... puede que estemos delante de un gran descubrimiento. Puede que el mundo no esté únicamente habitado por vampiros. Puede que estás criaturas estén entre nosotros desdé hace mucho tiempo.

—¿Qué cosas dices Sebastián? Eso es completamente imposible, los vampiros somos los únicos.

—¿Entonces por qué Van Helsing tenía esto? No encuentro otra explicación para eso, hay mas seres sobrenaturales en el mundo Silas. Nosotros no somos los únicos.

—Tal vez Van Helsing...

Sebastián nos muestra otra página.

En está nueva página hay una gran estrella, también se encuentra el dibujo de una mujer alrededor de lo que parece ser un círculo de fuego.

—¿Y eso qué es?

—Prima, esto se le conoce cómo bruja.

—¿Bruja? ¿Bruja de las qué lanzan hechizos y hacen pociones?

—Si, de esas. Según por lo que leí Van Helsing nos daba una descripción muy detallada sobre ellas, Van Helsing les tiene miedo según las palabras que están aquí.

Silas se aleja y toma asiento en un sillón.

Estoy completamente igual que él.

Mas seres sobrenaturales además de los vampiros se encuentran presentes en el mundo.

Sebastián muestra otra página, ahora puedo ver a un lobo demasiado grande, tiene garras muy afiladas y unos colmillos verdaderamente largos.

—Hombres lobo.

—Esto tiene que ser una broma... hombres lobo ¿De verdad? —dice el rey.

—No es ninguna broma, es completamente real.

—Si el consejo se entera de la existencia de estos seres... podría haber demasiado caos —comento —.¿Cómo es posible qué nunca se hubieran enterado de esto? —volteo hacia Silas —Estás cosas no se pueden ocultar fácilmente.

—Pues al parecer lo hacen amor, ya que en siglos ningún vampiro se ha encontrado con algo similar a esto.

—Hay un sin fin de seres sobrenaturales en las demás páginas, todos demasiado fuertes —dice mi primo —. Pienso que... Van Helsing fue atacado por uno de estos.

—¿Crees qué lo atacó uno de estos seres?

—Si, Silas viste cómo quedó el campamento. Ningún vampiro puede hacer algo cómo esto —le dice el rubio —. Van Helsing realmente les temió, tanto que huyo.

—Si hay hombres lobo, brujas, sirenas y otras cosas en Transilvania... ¿Dónde? ¿En qué punto? —digo —.¿Por qué mantenerse ocultos durante todos estos años?

—Es un completo misterio prima —el rubio cierra el libro —. Me seguiré quedando con el bestiario, quiero saber que otras cosas se encuentran en el.

—Investiga más —le dice Silas —. Quiero que me digas que otras cosas hay allá afuera.

El vampiro asiente con la cabeza.

—Bien —dice —. Entonces me voy.

Mi primo se va de la casa, mi marido se pone de pie, camina hacia la ventana, me le acerco al rey de los inmortales y los dos miramos a nuestro hijo jugar tranquilamente en el jardín.

—¿Estás bien? —le pregunto.

—No...—responde él —. Siempre pensé que los vampiros éramos los únicos sobrenaturales en existir en el mundo, esto ha cambiado absolutamente todo lo que creía conocer.

—Silas...—tomo mano izquierda.

Él desvía la mirada hacia mi dirección.

—Ahora no únicamente Van Helsing es un peligro, si no que estos nuevos seres sobrenaturales también lo son. Si Van Helsing les tiene miedo entonces son una fuerza a tener en cuenta, brujas, sirenas y  hombres lobo son una amenaza para todos nosotros.

—Tal vez... no son una amenaza Silas, piénsalo un poco. Han tenido siglos para atacar pero no lo han hecho, tal vez lo único que quieren es vivir en paz cómo nosotros.

—No hay que confiar amor, así cómo hay vampiros malvados también puede haber seres sobrenaturales malvados. Ahora no únicamente tenemos que preocuparnos por qué Van Helsing sea un peligro para Blakgelus, si no que estos sobrenaturales también. No pienso permitir que ninguno de esas cosas toque a mi hijo.

Pobre de él, ahora tiene más presión sobre sus hombros.

La situación vaya que ha cambiado con esto.

No logro asimilar todo lo que mi primo dijo.