Capítulo 20

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VERONICA

—Mi... ¿Mi hermana mayor?

—Así es Veronica —Lizbeth muestra una sonrisa —. Somos familia.

—No...—niego con la cabeza —. Yo... no tengo hermanos.

—De hecho si los tienes —dice Caspian.

Volteo hacia el vampiro.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Cuándo conocí a tu madre ella tenía una hija, una linda bebé recién nacida —dice —.¿Eras tú no? —le pregunta a la chica y está asiente con la cabeza sin responder nada.

¿Una bebé recién nacida? ¿Entonces yo soy la segunda hija de mamá?

—Era yo —dice Lizbeth.

—¿Cómo es posible? Samantha dijo que habías muerto de bebé.

—La verdad es que no, mis abuelos me quitaron del lado de mamá. Según lo que ellos decían mamá no era una buena influencia para mi por que se enamoró de un vampiro. Por años estuve lejos de Londres, viviendo con unos tutores contratados especialmente para entrenarme para que un futuro fuera parte de la organización de cazadores —dice ella —. Ni siquiera pude asistir al funeral de los abuelos, no quise hacerlo. Los odsba por lo que habían hecho, por haberme alejado de mi madre sin importarles que era una bebé que necesitaba de su familia para estar bien.

No puedo con toda esta información, fue tan repentina.

—Por años estuve buscando a Samantha, mis tutores me dijeron absolutamente todo sobre ella. El que había sido de su vida, me dijeron que había tenido una hija nuevamente. Que yo tenía una hermana menor y un primo llamado Sebastián —dice —. Cuándo me enteré de eso me llene de felicidad. Tenía más familia. Cuándo termine mi entrenamiento mis tutores me dejaron ir. Llegué a Londres hace a penas unas semanas, los he estado vigilando desdé entonces. Supe que mamá había formado una vida con el vampiro que siempre amo y que ahora tenía un hermano adoptivo llamado Tristán. Lo que no esperaba era que mi hermana Veronica viniera a Londres, fue entonces que decidí ayudarte en tu búsqueda de respuestas sobre Abram Van Helsing —me mira —Así tenía un buen motivo para conocerte al fin.

No sé que decir ante todo esto.

Lizbeth se me acerca.

—Me alegra mucho conocerte al fin.

—Entonces... somos familia.

—Si —responde —. Hermanas.

—Es... increíble.

Los ojos verdes de la chica se cristalizan y comienzan a derramar lágrimas.

—Yo...—ella limpia sus lágrimas —. Me pongo demasiado sentimental a veces, lo que pasa es que... he estado sola mucho tiempo que no puedo contener las lágrimas de la emoción de al fin poder estar con mi familia.

—Lizbeth...

—¿Puedo pedirte un favor?

—¿Un favor?

—Si —ella asiente con la cabeza —.¿Puedo?

—Claro.

—¿Me podrías dejar qué te diera un abrazo?

—¿Un abrazo?

—¿Puedo?

Asiento con la cabeza sin responder, una sonrisa se forma en el rostro de Lizbeth, se acerca más y me da un fuerte abrazo para luego comenzar a llorar.

Pobre de ella, su historia es demasiado triste.

Lo que mis abuelos le hicieron a ella y a mamá no tiene perdón. En el fondo me alegro mucho el no haberlos conocido.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora