Capítulo 66

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VERONICA

Todos nos hemos reunido en el palacio, ahora saben que la magia de la guardiana no se ha perdido. Que tenemos nuevamente la esperanza de terminar definitivamente con Van Helsing.

—¿Cómo vamos a llamar la atención del cazador? —pregunta Alaric Tepes mientras todos nos encontramos en la biblioteca del castillo.

—Su mayor deseo es acabar con su familia, entonces usaremos a alguien de ustedes cómo carnada —comento.

—¿Y quién será? —pregunta Katherine.

—Yo —dice mi marido —. Yo lo seré.

—¿Estás completamente seguro de qué quieres hacerlo? —le pregunta Elizabetta.

—Si.

—Y una vez qué llamemos su atención ¿Qué? —Sebastián cruza los brazos —. Necesitamos un lugar, no podemos hacerlo en la calle. Necesitamos un lugar completamente desolado dónde matarlo.

—Y lo tenemos —respondo.

—¿Lo tenemos? —Liz me mira sin entender —.¿Cuál lugar es ese?

—El cementerio de San Nicolás —dice Silas —. Llevaré a Van Helsing directamente hacia allá.

—Todo está muy bien, pero... ¿Cómo piensas romper el hechizo del cazador? —Sebastián me mira —.¿Tienes un hechizo? ¿Oh algo parecido?

—Alucard...—llamo al rubio.

El dhampire se me acerca con una pequeña hoja de papel y me la entrega.

—¿Qué es eso? —pregunta el pelirrojo.

—Mi tía Mirena estuvo investigando estos últimos días, encontró el hechizo indicado para contrarrestar el hechizo del cazador —contesta el primer dhampire del mundo.

—Entonces ya todo está listo —digo —. Mientras Silas lleva a Van Helsing hacia el cementerio nosotros estaremos ahí esperándolo y una vez que estén ahí lo tendrán que retener hasta que pueda lanzar el hechizo.

Todos asienten con la cabeza sin responder.

Estoy nerviosa, realmente espero que todo esto finalmente se termine por el bien de toda mi familia.

—¿Y qué haremos con Justina? —pregunta mi hermana Lizbeth.

—Una vez que Van Helsing se muera nos haremos cargo de ella —le dice Silas.

—La noche está por caer, necesitamos irnos ya —digo.

Todo el mundo vuelve a asentir y mis familiares abandonan la biblioteca.

—Alucard espera —le digo al rubio antes de que esté cruce la entrada de la biblioteca.

—¿Si? —se me acerca —.¿Qué pasa mamá?

—Hijo... ¿Ha ocurrido algo últimamente de lo qué quieras hablarme?

—¿Algo?

—No sé... tal vez algo cómo que tengas sentimientos hacia alguien más.

—Ya sé lo que quieres decir con eso, Agnes se los debió de haber dicho cuándo vino.

—¿Qué está pasando entre Lizbeth y tú?

—Me enamoré de ella.

Definitivamente no esperaba esa respuesta.

—Te enamoraste de Lizbeth...

—Sé que es tu hermana, pero yo no... pude evitarlo —me dice él —. Solamente pasó y...

—Hijo no te voy a regañar ni nada, cómo todos tú también tienes derecho a enamorarte de alguien.

—¿Aún qué sea de tu hermana?

—Ustedes dos no son familiares de sangre, así que no hay problema alguno.

—¿De verdad?

—Si —asiento con la cabeza —. De verdad.

—Gracias mamá...

—¿Y Lizbeth? ¿También te ama? —sonrío.

—Si —me dice para luego sonreír también —. Estamos juntos ahora.

Tomo las manos del dhampire.

—De verdad les deseo de todo corazón que les vaya bien en esto, ambos sugirieron demasiado por culpa de sus familias. Creo en el destino y sé que él los unió por que así tenía que ser —le digo al híbrido —. Son almas gemelas cariño y eso es demasiado importante.

—Lo sé...

—Solo prométeme que la cuidarás bien.

—La voy a proteger con mi vida siempre, te lo prometo mamá. No le pasará nada malo mientras yo esté a su lado —responde —. Siempre velare por su seguridad.

—Muy bien mi pequeño dragón, espero que seas demasiado feliz Alucard. Te lo mereces.

Le doy un beso en la mejilla derecha.

—Es tiempo de acabar con Van Helsing —dice.

—Si.

Vamos juntos hacia la salida y abandinsmos la biblioteca listos para enfrentar al legendario cazador de vampiros.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora