Capítulo 23

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BLAKGELUS

—¿Hola? ¿Hay alguien? —camino lentamente por el aterrador pasillo.

No se escucha nada más que el ruido de mis pisadas, da mucho miedo.

—¿Papá?

No escucho ninguna respuesta.

¿Dónde está? ¿Dónde están todos?

¿Por qué el castillo luce tan aterrador?

Sigo caminando hasta que un ruido muy extraño me hace detenerme en medio pasillo.

Es un llanto.

Alguien se encuentra llorando.

Viene del fondo del pasillo.

Camino poco a poco hacia allá, el llanto se va haciendo más y más claro con forme avanzo.

Es el llanto de un niño.

Me termino encontrando con una puerta de hierro entreabierta, de ahí es de dónde sale el llanto.

Trago saliva y con toda la valentía del mundo entro en el lugar. Ahora me encuentro rodeado por muchas celdas.

El lugar está frío y bastante húmedo.

Nuevamente escucho al niño llorar, viene del fondo.

Camino hacia allá lentamente, volteo hacia la celda que se encuentra del lado izquierdo y me encuentro con un niño de más o menos mi misma edad.

Él se encuentra sentado en el suelo, sus manos están atadas a las paredes con cadenas y sus pies igualmente se encuentran atados el suelo con cadenas.

Su ropa se encuentra en un mal estado.

Es rubio y tiene su cabello muy largo.

—¿Hola? ¿Estás bien?

Él no me responde.

Veo la puerta de la celda, está se encuentra abierta.

—¿Necesitas ayuda?

—Quiero a mamá y a papá —dice triste.

—¿Qué?

—Quiero a mi mamá y a mi papá.

—¿Los perdiste?

Camino hacia la entrada y termino dentro de la celda.

—¿Cómo fue qué los perdiste? ¿Y qué estás haciendo en esté lugar tan feo?

—Ese malvado... me trajo y me dejó aquí.

—¿Ese malvado?

—Es un monstruo... él me quitó a mis padres, me quitó todo lo que tenía.

Él levanta su mirada.

Tiene ojos azules y su piel es clara.

—¿De quién estás hablando? —le pregunto.

—Del Dragón.

—¿Del Dragón?

—Él no es bueno, él me hizo esto. Me encerró cómo si fuera alguien malvado cuándo la verdad es completamente diferente —dice el niño rubio —. Por ser algo que su mente no comprende.

—No entiendo... ¿Quién es él?

—Pronto lo sabrás —responde.

Él baja la mirada y comienza a llorar.

—Estoy solo —me dice —. No tengo a nadie.

Me acerco más a él.

Me agacho para quedar a su altura y llevo mi mirada hacia su hombro izquierdo.

Lo toco y a mi mente viene una sola cosa, una ataúd de cristal en medio de un gran salón lleno de telarañas.

—Tienes que ayudarme —dice.

—¿Yo?

Él levanta nuevamente su mirada y después asiente con la cabeza.

—Si.

—¿Cómo? —le pregunto sin entender —.¿Cómo podría ayudarte?

—Tienes que sacarme de mi encierro, ya no quiero estar solo... es bastante horrible.

—Yo...

—Por favor...—veo sus ojos llenos de lágrimas —. Tienes que encontrarme, tú eres el único que me puede encontrar.

—¿Cómo?

Él toma mi mano izquierda y estás comienzan a emitir un brillo blanco.

—Estamos conectados, sabrás dónde buscar.

—Pero...

Nuestras manos dejan de brillar.

—Te lo imploro... ayúdame, sácame de mi encierro. Quiero ver de nuevo la luz del día.

Asiento con la cabeza sin responder nada.

Él muestra una sonrisa.

—Cierra los ojos.

Hago lo que me dice el otro niño.

—Abre tus ojos y encuentrame.

Lo hago y ahora me encuentro en una de las habitaciones del castillo de Bran.

Es de noche, volteo hacia la derecha y me encuentro con mi papá profundamente dormido.

Miro hacia la puerta, bajo la de la cama y comienzo a ir hacia allá. Tomo la manija, la abro y abandono la habitación sin más.

Camino entre todos los pasillos hasta llegar a las escaleras del palacio, las bajo todas y voy directamente hacia la puerta principal.

Delante de la salida se encuentran dos guardias.

—Príncipe Blakgelus ¿Qué hace despierto?

Formo dos bolas de fuego en mis manos.

Las arrojo contra los dos y caen al suelo.

Abro la puerta difícilmente y después abandono el castillo de la familia Tepes.

Llevo mi mirada hacia la zona sur y no veo nada más que bosque. Me comienzo a dirigir hacia allá mientras que los guardias de hace un momento me gritan que vuelva.

Ignoro sus palabras y me termino adentrando entre la espesura del bosque oscuro sin ningún miedo.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora