Capítulo 31

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SILAS

—No se preocupen, hemos puesto a nuestros mejores hombres lobo a buscar a su hijo. Ellos conocen perfectamente cada rincón del bosque —nos dice Mirena.

—Te agradezco profundamente —le digo.

—¿Veronica por fin se ha dormido?

—Si, ella necesitaba descansar. Muchas gracias por ofrecerle una choza.

—Lo hice con gusto —responde ella.

—¿Por qué ofrecernos hospedaje? Si sabes lo que mi familia le hizo a tu aldea hace más de un siglo. Tengo esa curiosidad.

La morena sonríe.

—Es un motivo verdaderamente poderoso.

—Quiero saberlo.

—¿Quieres saberlo?

—Si.

—No sé si estarás listo.

—¿Qué tan malo puede ser?

—No es malo, solamente es algo difícil de creer.

—He visto demasiadas cosas difíciles de creer desdé que tengo memoria, esto no es nada.

Mirena se queda pensando.

—La verdad... tú... me resultas familiar. Tu nombre, tu rostro... absolutamente todo.

Tengo esa espina de que si nos hemos visto antes desdé que desperté y vi el rostro de Mirena. No sé por que.

—¿Nos hemos visto antes Mirena?

—Creo que ha llegado el momento.

—¿El momento? ¿Momento de qué?

—Del despertar.

—¿Del despertar?

El despertar... un momento, ya había escuchado antes eso. En el sueño que tuve con mi ancestro Vlad Tepes hace unos días, él dijo que el despertar estaba cerca.

—Ya había escuchado eso antes...

—Si, supongo que si. La conexión finalmente ha despertado.

—¿Conexión?

—Ven conmigo Silas por favor.

La mujer se dirije hacia el bosque.

¿Qué quiso decir con qué la conexión ha despertado?

Sin opción sigo a la mujer, nos adentramos en el bosque y comenzamos a caminar juntos entre la naturaleza.

Ella no dice absolutamente nada, solamente está callada y sería.

¿Hice algo malo?

Seguimos caminando hasta topar de frente con una cueva, Mirena entra en ella sin antes decirme que la siga.

Voy detrás de ella, caminamos un poco entre la cueva y en mi campo de visión aparece un gran estanque con aguas verdaderamente hermosas y cristalinas.

En el centro del estanque se encuentra un gigantesco árbol el cuál emite una luz azul muy sobrenatural y mística.

—Jamás había visto que un árbol brillará.

—No es un árbol normal.

—¿Qué quieres decir con eso? —le pregunto confundido sin apartar la mirada del árbol.

—Es el árbol de la vida.

—¿Árbol de la vida?

—Nadie sabe cómo fue que nació, solamente lo hizo hace más de mil años. Durante generaciones la aldea Colmillo se ha encargado de proteger al árbol de cualquier cosa mala que quiera dañarlo —responde la morena.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora