Capítulo 64

91 7 0
                                    

ALUCARD

—¿Cómo va Veronica con su transición a vampiro? —me pregunta mi tía Mirena mientras vamos caminando por el bosque.

—Va bien según mi papá —le respondo —. Está aprendiendo muy bien.

—No me extraña, siempre fue inteligente.

—Si...

—¿Y Blakgelus?

—Lo deje en la escuela, iremos más tarde por él Lizbeth y yo.

—¿Lo estás cuidando junto con Lizbeth?

—Si, es buena compañía y me ayuda mucho.

—Ya veo...

Mi tía deja de caminar, hago lo mismo y después volteo hacia su dirección.

—¿Qué pasa?

—Te he notado demasiado raro desdé que llegaste —comenta la bruja —.¿Es por ella? ¿No es así? Por Lizbeth Van Helsing.

Dios, no puedo creer que haya sido tan obvio.

Suelto un suspiro y después solamente asiento con la cabeza sin decir una palabra.

Mi tía sonríe con mucha emoción.

—Ayer... cree una rosa especial, una rosa que no puede marchitarse. Yo la cree para Lizbeth —comento —. Cuándo ella la recibió estaba demasiado contenta por ella, y yo no hacia otra cosa más que mirarla y sentirme feliz también. Comencé a sentir demasiado en mi que no puedo explicar correctamente.

—Sabía que tarde o temprano iba a pasar —se me acerca.

—Yo no sé que es lo que me está pasando.

—Eres muy tonto Alucard —se me acerca —Tú...—me toma de los hombros con sus dos manos —Te has enamorado de Lizbeth, has caído ante ella.

—Enamorado...

—Si... ustedes dos han sufrido mucho, a Lizbeth la apartaron de su familia cuándo era pequeña prácticamente la encerraron y aún que odie decirlo te paso exactamente lo mismo que a ella —dice la bruja —. El destino los ha juntado para que ambos reparen en el otro todos los daños que fueron provocados. En pocas palabras... son almas gemelas, así cómo tus padres y Sebastián y Alaric.

Así que de esto se trataba, de amor.

Ahora entiendo por que parecía un bobo.

—Yo no sé si pueda ser digno...

—Lo eres, cree en mis palabras Alucard.

—¿Qué pasa si ella no siente lo mismo?

—Nada, la vida sigue cariño —me responde.

—¿Qué me recomiendas hacer tía?

—Que dejes de ser un tarado y en vez de estar perdiendo el tiempo conmigo aquí vayas a ver a Lizbeth y le digas sinceramente todo lo que sientes por ella.

—Yo... tengo miedo.

—Es natural cariño, pero tienes que arriesgarte. El que no arriesga no gana Alucard.

—Pero... mis padres... ¿Qué dirán? Lizbeth es la hermana de mi madre.

—No son familiares de sangre, no pasa nada. Ellos te van a apoyar igualmente.

—Tía...

—Ve ya Alucard, no pierdas más tiempo.

Me suelta.

—Si...—sonrío.

—Ve.

Me alejo de ella, me trasformo en un cuervo y salgo volando del bosque en dirección a Brasov.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora