Capítulo 6

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VERONICA

Entramos en la habitación de Blakgelus y mi primo deja con mucho cuidado a mi hijo sobre su cama.

—Él realmente está casando —comenta el vampiro.

—Trajo a alguien de entre los muertos, me imagino que no se debe de sentir nada bien hacerlo.

—Sigo sin poder creer todo lo que me has contado —Sebastián me mira —. Blakgelus tiene poderes, poderes demasiado poderosos. Mi cabeza no puede con el hecho de que el niño pueda revivir personas.

—Yo tampoco puedo creerlo, pero es la realidad. Al parecer Blakgelus es más de lo que creíamos.

—Y tenemos a un ancestro loco nuestro suelto por ahí.

—Abram Van Helsing...

—El cazador de vampiros más peligroso del mundo entero, definitivamente estamos en problemas.

—Su fuerza... él pudo contener fácilmente a Silas y a Valeska. Van Helsing dijo que no era un humano normal.

—¿Qué no era un humano normal? —mi primo cruza los brazos —. Si no es un humano normal... ¿Entonces qué demonios es?

—No lo sé, lo que si sé es que estamos en un gran problema. Si los que mataron a Van Helsing en el pasado separaron sus restos por miedo a su resurrección entonces debemos de considerarlo un enemigo demasiado peligroso.

—¿Crees qué Silas y los demás logren encontrarlo?

—Espero que no, Van Helsing es peligroso.

—Mami...—la voz de mi hijo me hace voltear hacia la cama, él ya se encuentra despierto.

—Cariño...—me le acerco —. Duerme más.

—Perdón mamá.

—¿Por qué me dices eso?

—Yo traje a ese hombre malo de vuelta, ahora... todos ustedes están en peligro por mi culpa —me dice —. Soy malo, nunca debí de haberlo hecho. Pero... no pude controlarlo.

—Nada de esto es tu culpa hijo, no digas eso.

—Claro que lo es.

—Veronica es el momento de hacerlo —dice mi primo.

Asiento con la cabeza.

Sebastián se acerca a mi hijo y lo mira fijamente a los ojos.

—Blakgelus... quiero que olvides todo lo que te ha pasado está noche. Quiero que olvides a Valeska y que trajiste a Van Helsing de vuelta —le dice —. Todo fue un mal sueño, nada más.

—No puedo.

—¿Qué?

—Tío no puedo olvidarlo.

—¿Cómo es qué...? —Sebastián lleva su mirada hacia mi rápidamente —. No puedo hacerlo olvidar.

—Entonces... eso quiere decir que tiene lo mismo que nosotros.

—La inmunidad a la hipnosis.

Dios esto no puede estar pasando, mi hijo no puede ser inmune también a la hipnosis.

Él tiene que olvidar absolutamente todo lo que vió está noche.

—Perdón por lo que hice —dice mi hijo con voz cansada.

Él lentamente va cerrando sus ojos hasta volverse a quedar dormido.

—¿Qué vamos a hacer Veronica? Si te inmune a la hipnosis seguirá recordando todo lo que pasó.

Me siento sobre la cama.

—Todo esto está mal —digo —. Todo esto es culpa de esa maldita perra de Valeska, estábamos tan bien ¿Por qué tenía qué aparecer nuevamente?

—Por lo menos Van Helsing nos hizo un favor...—Sebastián se sienta a mi lado —. Dijiste que había asesinado a Valeska.

—Pero aún así no puedo evitar odiarla.

—Ella en estos momentos debe de estar llegando al infierno así que no te preocupes.

—Mi hijo vió absolutamente todo... vió cosas horribles.

—Le dijeron sobre los vampiros, creo que podra manejar correctamente está información. Es un niño sumamente inteligente prima, te prometo que todo estará bien.

—Me duele demasiado la cabeza.

—¿Necesitas algo?

—No... se me pasara pronto, gracias Sebastián.

Sebastián se pone de pie y va hacia la ventana.

—Llegaron —dice.

Me levanto también y juntos salimos de la habitación de mi hijo. Bajamos por las escaleras y vamos directamente hacia la sala de estar en dónde nos encontramos con todos los hermanos Tepes.

—¿Lo encontraron? —pregunto.

—No —Silas se acerca a la cantina —. Lo único que estaba era el cadáver de Valeska, Van Helsing despareció —toma una copa y una botella de vino —Lo buscamos por todos lados pero no encontramos nada —se sirve el vino en la copa.

—Un cazador de vampiros extremadamente fuerte —comenta Alaric —. Vaya familia la que te cargas cuñada.

—¿Me podrían dejar a solas con Silas?

—Claro —Katherine asiente con la cabeza —. Vamos todos afuera.

Ella se lleva a sus dos hermanos y a mi primo.

—¿Y Blakgelus?

—Dormido, traer a Van Helsing de entre los muertos lo ha dejado demasiado débil.

—Esa maldita de Valeska...—dice molesto —. Debí de haberla matado cuándo tuve la oportunidad hace mucho tiempo. Tal vez así podría haber evitado todo esto —me mira —Lo siento mucho Veronica.

—No es tu culpa.

—Claro que lo es, no protegí a nuestro hijo.

—Silas...

—Fui un tonto.

Me acerco al vampiro, le quito la copa de vino y la coloco sobre la cantina.

—No es tu culpa —tomo su rostro entre mis manos —. Así que no digas eso nunca más.

—Amor...

—Ahora lo importante es encontrar a Van Helsing, y también debemos de concentrarnos en Blakgelus. Él tiene dones sin ser un vampiro, dones que son capaces de hacer muchas cosas imaginables. Debemos de ayudarlo a controlarlos si es que tiene más.

El inmortal asiente con la cabeza.

—Vamos a salir de esto, solamente hay que tener fé Silas.

—¿Realmente crees qué podamos con el cazador de vampiros más poderoso de todos?

—Un rey Tepes lo asesino hace mucho tiempo, nosotros podemos volver a hacerlo. Vamos a acabarlo, debemos de tener esperanza Silas.

El vampiro me da un beso en la frente y después me abraza.

Él está asustado, puedo verlo con mucha facilidad en sus ojos. Yo también lo estoy, pero hay que tener fé en que podremos acabar con mi ancestro y volver a tener la paz que teníamos antes de la llegada de la maldita de Valeska.

Hay que ser fuertes en está situación, especialmente por Blakgelus.

Él nos necesita más fuerte que nunca para enseñarle a usar esos extraños poderes que tiene.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora