Príncipe Vampiro: El Despertar

Capítulo 47

VERONICA

—Una bruja...—digo sin poder creer la historia que me acaba de contar Silas.

Soy una bruja, una especial por las palabras de mi marido. Ahora veo por que aquella señora me dijo todo eso, ella sabía lo que era.

—Si amor —dice el vampiro —. Eres una bruja, una guardiana del velo según Agnes.

—Todo esté tiempo...—miro mis manos —. Fui una bruja sin saberlo, no puedo creerlo.

—Para nosotros también fue una sorpresa —comenta Silas.

—Mi pequeño...—llevo mi mirada hacia Blakgelus el cuál se encuentra durmiendo en el sofá de la habitación—. Si no hubiera sido por él estaría muerta en estos momentos.

—Es un niño verdaderamente especial —dice mi marido —. No dudo ni un poco a la hora de hacer ese hechizo, él realmente quería salvar tu vida.

La puerta de la habitación se abre y entran los hermanos Tepes junto con Sebastián, Alucard y Lizbeth.

—¿Cómo está eso qué eres una bruja? —me pregunta mi primo muy sorprendido.

—Me acabo de enterar también.

—Una bruja con un poder demasiado grande —comenta Alaric —. Una guardiana del velo, nunca antes había oído algo cómo eso. Es verdaderamente increíble humana.

—¿Cómo te sientes? —Katherine se acerca.

—Un poco extraña —digo.

—Debe de ser por que liberaron la magia que había dentro de ti desdé hace mucho tiempo atrás —dice Elizabetta.

—Si, eso debe de ser —contesto.

—¿Se dan cuenta? —Liz llama la atención de todos nosotros —. Mi hermana es una bruja, una bruja Van Helsing cómo lo fue Greta Whitmore. Eso quiere decir que Veronica...

—Es capaz de romper el hechizo familiar —dice el primer dhampire —. Mi madre puede romper el hechizo del cazador y así asesinar a Van Helsing de una buena vez.

—Es verdad —digo —. Soy una bruja, y la única forma en la que se puede romper el hechizo de Greta es que una bruja con la misma sangre de la bruja Van Helsing lo rompa. Si tenemos esperanza después de todo, si podemos acabar está vez con Van Helsing.

—Pero para romper el hechizo del cazador primero necesitas dominar ese magia que tienes Veronica —dice mi primo —. Si no no serviría de nada.

—¿Y cómo? ¿Quién le enseñará? —pregunta Katherine.

—Mi tía Mirena —responde Alucard —. Mi tía es una bruja muy sabia, ella puede enseñarle a mamá a hacer magia.

—Si tengo que aprender a usar esté poder tiene que ser de alguien que lo conozca perfectamente bien —comento —. Mirena en esté caso no puede ayudarnos.

—¿Entonces quién? —cuestiona el vampiro pelirrojo.

—Agnes —dice Silas —. Ella dijo que en cuánto te pusieras bien tenías que ir a verla. Ella puede ser tu maestra de magia, después de todo ella rompió el bloqueo que tenías desdé hace muchos años.

—Si...—asiento con la cabeza —. Es ella a quién necesito.

Entonces no tengo que perder el tiempo, necesito aprender a usar estos poderes.

Necesito aprender magia para poder romper el hechizo de Greta Whitmore.

Van Helsing tiene que ser eliminado nuevamente y yo lo tengo que hacer.

—¿Mami? —escucho la voz de mi hijo.

Llevo la mirada hacia el sofá.

Mi niño ya se encuentra despierto.

—¡Mamá! —él viene rápidamente hacia mi.

Lo recibo en mis brazos y me da un abrazo.

—Mi niño —lo envuelvo en mis brazos.

—Estás bien nuevamente —me dice contento —. Realmente tenía miedo de que no lo estuvieras, no quería que te fueras.

—Yo jamás te dejaría solo cariño —le digo —. Tu papá ya me dijo lo que hiciste por mi, realmente estoy muy agradecida contigo hijo. Me salvaste la vida.

—Lo haría las veces que fueran necesarias mamá —me mira —. Eres lo que más quiero.

—¿Y yo qué? —Silas cruza sus brazos.

—Tú en estos momentos no cuentas —le responde mi hijo a su padre haciendo a todos reír por su respuesta.

Mi pequeño es demasiado valiente, su vida pudo haber estado en peligro.

Algo pudo haber salido mal en ese hechizo, sin embargo no le importó en lo más mínimo exponer su vida. A Blakgelus lo único que le importaba era que yo estuviera bien nuevamente.

Mi hijo está creciendo, no tengo la menor duda que será un gran hombre en el futuro.

Quién sea que lo enamoré tendrá mucha suerte de tenerlo.

Realmente tengo un buen hijo.

Estoy demasiado orgullosa de él.