Capítulo 8

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ELIZABETTA

—Hay que salir de aquí —dice Katherine —. Hermana sabes bien que está parte del palacio está demasiado frágil, en cualquier momento se nos puede venir encima.

—No te preocupes, eso no pasará. Tenemos que seguir avanzando.

—¿De verdad crees qué el padre de Vlad haya dejado algo sobre los híbridos en esté lugar tan viejo?

—Él era conocido por ser alguien quién siempre estaba precavido. Si él conoció a su nieto habrá dejado algo que nos pueda ayudar con Blakgelus —le respondo a mi pequeña hermana —. Blakgelus ha demostrado tener demasiado poder, necesita ser controlado perfectamente. Si pierde el control el consejo podría darse cuenta de absolutamente todo y entonces todos estaríamos en serios problemas.

Tengo una fuerte corazonada, está parte del palacio jamás ha sido explorada. Ha estado así desdé la muerte del padre de Vlad, tiene que haber algo aquí que nos pueda ayudar con mi sobrino.

Algo que nos ayude a entender un poco el poder que tiene.

No quiero que traten a ese pequeño cómo un monstruo, Blakgelus es un niño demasiado noble y estoy completamente segura de que le dará al mundo vampiro el cambio que tanto necesita desdé hace muchísimo tiempo.

Y para lograr eso tiene que demostrar que no es nada peligroso para los vampiros.

Katherine y yo continuamos avanzando lentamente por las viejas catacumbas, todo a nuestro alrededor está lleno de polvo y de telarañas.

Mi pobre hermana está demasiado asustada por eso ya que le tiene pánico a las arañas

No me pienso ir de aquí sin nada.

—Esté lugar...—me detengo frente a tres caminos —. Parece cómo un maldito laberinto.

—¿Cuál tomamos?

Analizo con cuidado cada camino, cualquiera podría no tener una salida.

Tengo que pensar con demasiado cuidado.

En los tiempos antiguos se acostumbraban a poner diversas trampas en estos lugares.

—Elizabetta ¿Cuál?

—Hay que continuar derecho.

—¿Qué? ¿Derecho? ¿Estás segura?

—Vamos.

Avanzo y nos adentramos en el camino.

—Espero que sepas lo que estás haciendo.

—No te preocupes Katherine, lo hago.

Caminamos por unos minutos más hasta encontrarnos de frente con una pared.

—Sin salida —dice Katherine —. Camino equivocado.

—Entonces hay que regresar.

—Hermana... esto parece un laberinto, podrían ser así todos los otros caminos. Recuerda cómo eran de inteligentes en los viejos tiempos —me dice ella —. Lo más recomendable sería regresar, después podemos regresar ya cuándo Alaric y Silas dejen de buscar al cazador.

—Le prometí a Silas encontrar algo que nos pueda ayudar en esto, no planeo romper la promesa que le hice a nuestro hermano.

—Pero esté lugar... nos podemos perder.

Ella camina hacia la pared izquierda.

—Además mira, hay demasiadas arañas. Honestamente estoy haciendo un gran esfuerzo para no gritar del miedo.

—Katherine, es Blakgelus al que queremos ayudar. Es nuestro sobrino, nuestra sangre.

—Lo sé hermana...—me mira —. Es solo que...

Ella se recarga en la pared, escucho un sonido raro y la pared que tengo delante se comienza a mover hacia la izquierda.

—¿Qué carajos...? —Katherine observa sorprendida la pared.

Delante de nosotras aparece una antigua puerta de madera roja.

—Elizabetta realmente eres demasiado buena para las corazonadas.

—Lo sé.

Camino hacia la puerta, tomo la manija, la rompo y después la abro.

Me adentro en la extraña habitación junto con mi hermana, el lugar parece una antigua biblioteca.

Hay un montón de estantes con libros muy pero muy viejos.

—¿Qué es esté lugar? —pregunta mi hermana.

Me acerco a uno de los estantes.

Tomo uno de los libros, le quito un poco el polvo y después lo abro.

—Son...—miro atentamente lo que se encuentra escrito —. Registros de batallas.

—¿Registros de batallas?

—Si, el papel es demasiado antiguo.

—¿Crees qué todo esto le haya pertenecido al padre de Vlad?

—No lo sé.

Comienzo a explorar el lugar junto con mi hermana menor, no únicamente hay registros de batallas si no que también se encuentran anécdotas. Todo es de un tiempo demasiado antiguo, casi más de mil años por lo que puedo apreciar.

Si esto realmente le perteneció a Vlad el Dragón, entonces aquí posiblemente se encuentre algo que nos ayude a entender lo que realmente es mi sobrino.

Solamente hay que buscarlo.

—Hermana —Katherine me llama —. Ven a ver esto.

Camino hacia el fondo de la habitación, Katherine se encuentra frente a una antigua mesa.

Ella trae en sus manos un libro con una pasta color rojo.

—Mira —ella me muestra la portada.

Tiene el símbolo de la antigua familia Tepes, el dragón.

Tomo el libro en mis manos.

Lo abro y comienzo a ver lo que sus páginas tienen escrito.

—¿Qué es hermana?

—Es... un diario —digo.

—¿Un diario?

—Si... un diario antiguo.

—¿De quién?

Sigo hojeando el diario.

Una abominación, no hay otra forma de describir lo que mi hijo procreó con aquella humana. Han creado al mismísimo anticristo, un ser cuyo poder está más allá de lo que hemos visto. Mi hijo creo a un monstruo, el dhampire no es nada más que un grave error.

—¿Dhampire?

—¿Qué es un dhampire? —Katherine observa confundida el diario.

—Esté diario... era de él, de Vlad el Dragón.

—Y el dhampire... era el primer híbrido.

—Si lo registro —sonrío.

—Y no de una forma muy amorosa por lo que puedo ver.

Cierro el diario.

—Hay que salir de aquí, hay que decirle a Silas.

—Si —mi hermana asiente con la cabeza.

Dhampire, así es cómo se les llamaba en los tiempos antiguos a los híbridos. Incluso Vlad el Dragón lo consideraba un monstruo, él que fue un rey verdaderamente fuerte.

Mi sobrino no será nada de eso, estoy segura.

Espero que haya registrado mucho más.

Contamos con ello.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora