Capítulo 56

115 3 0
                                    

JUSTINA

Le clavo mis colmillos al humano y comienzo a beber lentamente de su sangre.

Poco a poco su corazón va dejando de latir hasta ya no escuchar ni un solo sonido de el.

—Oh vamos querida, deberías de tomar aire —dice una voz masculina.

Dejo de alimentarme y doy la vuelta.

Delante de mi se encuentra un hombre completamente vestido de negro.

—¿Quién eres? —le pregunto.

—Es completamente imposible resistir la tentación de la sangre ¿No es así? El instinto del depredador.

—¿Quién eres?

—Un amigo.

—No tengo amigos.

Dejo al humano y voy en contra del otro.

Intento clavarle mis colmillos en el cuello y él a una gran velocidad me detiene tomando mi cuello con mucha fuerza.

Intento soltarme pero si agarre es sumamente fuerte.

—Te convendría tener un amigo cómo yo Justina —me dice.

—¿Cómo sabes quién soy?

—Por la boca de tus amigos Tepes, un pajarito me ha contado una historia sumamente interesante —dice el desconocido —. Así que Veronica y Silas no son nada más que las reencarnaciones del poderoso Vlad Tepes y de su amante. Admito que eso no me lo esperaba para nada —aprieta más mi cuello —Escucha bien... soy alguien que ha enfrentado a demasiados vampiros y ha ganado. Te voy a soltar y si intentas atacarme te voy a arrancar esos lindos ojos verdes que tienes ¿Has escuchado vampira?

—Si...

Me suelta.

—¿Qué demonios eres? —le pregunto mientras llevo mis manos hacia mi cuello —. Un humano no puede tener está fuerza.

—Soy un humano especial.

—¿Especial?

—Soy un cazador de vampiros sumamente importante y poderoso —dice —. Soy Abram Van Helsing, un cazador fortalecido con un poderoso hechizo únicamente para una cosa... matar vampiros cómo tú.

—¿Un cazador?

—El mejor de todos.

—¿Y has venido a detenerme?

Se ríe.

—Amor, he venido a ayudarte.

—¿A ayudarme? —sueno confundida.

—Yo también tengo asuntos que se quejaron pendientes con la familia Tepes —dice el cazador —. Tengo una venganza personal en contra de ellos, al igual que tú.

—Mis motivos no son para nada iguales a los tuyos cazador.

—¡Oh! Eso no lo sé, mis motivos si son buenos —responde él —. No cómo los tuyos, motivos provocados por un amorío. Es algo patético Justina... ¿No te parece?

—¿Qué es lo qué quieres? —pregunto seria.

—Apesar de que tus motivos son tontos... planeo ofrecerte mi ayuda.

—¿Tu ayuda?

—Así es amor, te propongo una alianza. Vamos a trabajar juntos a partir de ahora.

—Yo no trabajo con absolutamente nadie.

—Deberías de cambiar esa manera de pensar cariño, yo te puedo ayudar a vengarte y tú me puedes ayudar a mi. Mataremos dos pájaros de un tiro si me escuchas —habla el hombre.

—¿Oh si? ¿Y cómo puedes ayudarme?

—Atrayendo a tus dos grandes enemigos solamente para que encuentren una muerte horrible —responde —. Tú quieres acabar con Silas y Veronica por que te lastimaron hace siglos y yo quiero acabarlos por que Veronica representa un gran peligro para mi. Ella tiene que desaparecer del mundo para siempre.

—¿Y qué te hizo esa perra para qué la quieras asesinar?

—Es una bruja, una bruja que puede romper mi hechizo con facilidad. No quiero que eso pase.

La propuesta de esté cazador se oye un poco tentadora.

—Si aceptará trabaje contigo... ¿Cómo harías para atraerlos?

—Usando lo que más aman... Y no no es Alucard —me dice —. Lo que más aman, lo que más cuidan en estos momentos es el pequeño Blakgelus Tepes, su nuevo hijo. Ese niño es su adoración y será también su destrucción.

—El niño...

—¿Por qué perder el tiempo yendo tras ellos cuándo puedes hacer qué ellos vengan?

Una sonrisa se forma en mi rostro.

—Es tiempo de ponerle a está historia un final ¿No lo crees bella Justina?

—Un final sumamente sangriento.

—Un final sumamente sangriento.

—Está bien —le digo —. Estoy contigo.

Él sonríe.

—Bien —dice —. Sabía que no eras tonta.

—¿Y cuándo comenzamos? —pregunto.

—Paciencia, yo te diré cuándo. Solamente sé paciente y obedece todo lo que te diga y obtendrás lo que más has deseado en todo esté tiempo que has estado encerrada en esa asquerosa cueva por culpa de ese hechizo.

Asiento con la cabeza sin responder nada.

Si esté cazador puede ayudarme a terminar definitivamente con ese par de malditos, lo usaré y cuándo me deje de servir simplemente lo convertiré en mi bolsa de sangre.

Todos ganan, en especial yo.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora