Capítulo 54

93 6 0
                                    

VERONICA

—Una ex loca y despechada de más de mil años...—comenta mi primo mientras estamos en la cocina junto con Lizbeth —. Pues vaya que Silas si tenía gustos muy... peligrosos cuándo era Vlad Tepes. Y creo que aún los tiene, mírate nada más.

—¿Te podrías tomar esto con más seriedad? —Lizbeth cruza sus brazos —. Justina es realmente peligrosa Sebastián.

—Lo sé, pero solo trato de animar el ambiente.

Un suspiro abandona mi boca.

—Ella... era alguien despiadada, mató a demasiados hace años en la aldea Colmillo. Me cuesta creer que no haya muerto después de lo que intentó hacer.

—Estoy de acuerdo contigo en que Silas la debió de haber asesinado y no haber puesto en un hechizo —me dice mi hermana —. Cuándo ví a esa Justina a los ojos ví al mismísimo diablo.

—Si Silas no pudo matarla una vez, creo que no podrá hacerlo ahora —comento.

—Silas ya no es Vlad, puede que si lo haga —dice mi primo —. Deberías de confiar en tu marido prima.

—Tengo que asesinarla yo.

—No es por ofender, pero no eres nadie contra ella Veronica. Justina es una vampiro de más de mil años de edad, tú eres una bruja novata que apenas y le están enseñando lo básico.

—Sebastián...

—Sería exponer tu vida.

—Tengo que proteger a mis hijos.

—Silas lo hará, es fuerte.

—Yo también puedo hacerlo.

—Prima...

—Si Justina aparece entonces la mataré, pero no dejaré que se le acerque a mi familia nuevamente.

Tengo que hacer todo para cuidar a quiénes me importan, Justina no puede herirlos jamás.

Tengo que dejar de ocultarme detrás de Silas y de los demás, tengo que comenzar a actuar también ahora que sé que puedo defenderme sin la necesidad de ser una vampiro.

(....)

Ya es de noche y hemos terminado en el restaurante, mi primo Sebastián se ha ido ya a casa junto con Lizbeth. Yo he terminado de cerrar el restaurante y ahora estoy de camino a mi coche.

Esté día si que ha sido pesado, el estar pensando en que ahora hay alguien más aparte de Van Helsing que quiere acabar con nosotros me ha generado demasiada presión.

Más de la que ya tenía.

Todo esto se tiene que terminar de una buena vez.

Llego a mi coche, saco las llaves y luego abro la puerta.

—Mírate nada más, la reencarnación te hizo perder los atributos que te favorecían en en pasado —dice una voz femenina a mis espaldas.

Trago saliva, me doy la vuelta y me encuentro de frente con la dueña de la voz.

—Te has convertido en una mocosa.

—Justina.

—Oh... ¿Me recuerdas?

—¿Cómo podía no hacerlo? Eres difícil de olvidar.

Príncipe Vampiro: El Despertar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora