Inviable - jags

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No puede ser, Marbella pensó.

En las noticias salía Alfredo Beltrán Leyva detenido. Le tomaban foto tras foto como si fuera un extraterrestre.

—Aquí hay gato encerrado.— Chalito hablo.

—Porque lo dices?— Doña Larissa pregunto.

—No hubo ningún movimiento.. ningún solo balazo.

—Estas escuchando y no escuchas.— Aislinn dijo. —Lo agarraron en las afueras de Culiacán.

—Si pero no crees que don Arturo pidió ayuda del chapo, del azul o del mayo? Donde estaban? Porque no mandaron gente?

—Quizás si mandaron.— Doña Larissa hablo.

—Entonces por no hubo desmadre por aquí? Para llegar allá, tienen que pasar por aquí y como les digo, no hubo ningún movimiento.

Doña Larissa asintió levemente, su hijo la había dejando pensando.

—Pobre señor. Apenas lo vimos en la fiesta de su hermana y ahora miren.— Greecia dijo.

—Ni modo. Así es la vida, tarde o temprano cosas así suceden.— Chalito encogió los hombros.

Marbella soltó un suspiró pensando que eso le podía suceder a Alfredo. Ahora estaba más preocupada que nunca.

—Ya te las olías, eda?

—Que?— Marbella miró a Chalito.

—Presentías algo.. por eso hiciste un drama para que no saliéramos.

—N-No yo..

—Como estará Karmina?— Miguelito la interrumpió.

—Tu no pierdes oportunidad.— Larissa río, haciendo que Miguel se sonrojara.

La familia Araujo Zazueta continuó viendo las noticias en silencio. Seguían hablando del mochomo y del cartel de Sinaloa.

—Pobre Paty.. mañana le hablaré para ver cómo está. Ella estuvo muy atenta con nosotros cuando murió su papá.— Doña Larissa miro a sus hijos.

—Si, ama. Mañana le habla para ver cómo está la señora. Así como ella estuvo al pendiente con nosotros, así estaremos con ella para lo que necesite.

Marbella asintió y se puso de pie. Al levantarse, le empezó a dar vueltas todo. Sintió que caía hacia atrás pero Chalito pudo agarrarla antes de que cayera al suelo.

—Ey? Que te pasa?— Chalito pregunto mientras la ayudaba a sentarse en el sofá.

—Que tienes?— Doña Larissa pregunto. —Te sientes mal?

—No estoy bien.. creo que fue porque me levante muy rápido.

—De que no comes. Ya te he dicho varias veces que dejes esas dietas, tú no las necesitas.

—Ay ama.— se quejó. —Estoy bien.— se puso de pie otra vez.

Mientras todos la observaban, ella subió a su habitación y se encerró. Dejó escapar un pequeño suspiro y se tiro sobre la cama.

Por favor, que no sea lo que estoy pensando.

Pasó todo el día en su habitación. En todo momento pensaba en Alfredo y en la posibilidad de que estuviera embarazada pero terminó quedándose dormida.

Al siguiente día despertó y se alistó para salir. Hace días quedo en salir con Martha, la hija de Arturo Beltrán Leyva.

Considerando las circunstancias, no sabía si se iban a ver en el lugar acordado ya que Martha no le ha llamado.